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Una de Indios y Vaqueros

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Ya comenzada la segunda mitad de 2015, en humbertsanz.com toca hablar de alguna de Mis Antigüedades. En esta ocasión, vamos a ponernos nostálgicos desempolvando uno de mis juguetes más antiguos que conservo y con el que jugué largas horas (sólo y acompañado) durante mi infancia. Hablaremos de mi Fuerte de madera.

Bienvenido a mi Fuerte… ¡forastero!  :-)

Pero... pongámonos en antecedentes:

A principios de los ochenta, los sábados los pasaba con mis abuelos maternos en su piso de Hostafrancs (Barcelona). Por las tardes, después de comer, solían dar en la televisión una película del “Oeste”.

Screenshot de John Wayne a la película "Fort Apache" (1948)

Los Western, actualmente, quizás sea un género cinematográfico algo anacrónico. Pero hace 3 décadas eran películas fascinantes y, más, vistas por los ojos de un niño... Yo recuerdo quedarme extasiado viendo las frenéticas carreras de caballos, los inagotables tiros y polvaredas, los paisajes, decorados y la épica que desprendían esos films en blanco y negro o color sepia.

Cuando llegaba el siguiente lunes, en el recreo del colegio, rememorábamos la película vista el fin de semana, jugando al patio a “indios y vaqueros”: librando batallas campales caóticas y algo salvajes que acababan siempre con algún niño llorando y algún que otro castigado...

Saliendo del Saloon después del tiroteo. Cinema Studio del Desierto de Tabernas

Si tuviera que dar una lista de las 10 películas del género Western que más recuerdo o más me gustaron, seguramente este sería mi "Top Ten":

  1. Los Siete Magníficos (1960)
  2. El Bueno, el Feo y el Malo (1966) "Trilogía del Dólar"
  3. Murieron con las Botas Puestas (1941)
  4. La Muerte Tenía un Precio (1965) "Trilogía del Dólar"
  5. Sólo ante el Peligro (1952)
  6. Dos Hombres y un Destino (1969) 
  7. Duelo de Titanes (1957) 
  8. Por un Puñado de Dólares (1964) "Trilogía del Dólar"
  9. Fort Apache (1948)
  10. Le Llamaban Trinidad (1970)

Cartel de "Los Siete Magníficos" (1960), basada en "Los Siete Samuráis" de Akira Kurosawa

La mitad de las películas que he citado, fueron rodadas en Almería (lo que se denominó Spaghetti Western). Ya de mayor, he ido muchísimo a estas bellas tierras andaluzas a estudiar su vulcanología y a disfrutar de sus parajes vírgenes.

Y una vez allí, a sido inevitable ir a ver los lugares, pueblos y decorados donde se rodaron esas películas que tanto me fascinaron en mi infancia… sitios como: el decorado del pueblo mejicano de “Los Siete Magníficos” (1960), en el Texas Hollywood de Tabernas; el Cortijo de El Sotillo, cerca de San José, donde se filmó, por ejemolo: “Por un Puñado de Dolares” (1964); la era del pueblo los Albaricoques, donde se disputó el duelo a tres de “El Bueno, el Feo y el Malo” (1966) y tantísimos otros emplazamientos almerienses que os recomiendo que visitéis…

Marta frente la era circular de los Albaricoques, donde se rodó el duelo de “El Bueno, el Feo y el Malo” (1966)

Pues bien, regresando a mi infancia: para que los niños y niñas pudiéramos jugar a “indios y vaqueros” de forma más creativa y calmada (que como lo hacíamos en nuestras “fabulosas” reyertas del recreo) había un juguete estrella que muchos recordareis haber tenido: ¡los Fuertes!, quizás los más famosos fueron los de la juguetera Comansi (que, actualmente, los ha vuelo a relanzar con un vistoso modelo):

Imagen promocional del actual Fuerte de Comansi

A parte del propio Fuerte, era indispensable, para poder montar dioramas y/o jugar, tener un surtido número de figuras de plástico: indios, vaqueros, caballos, carretas, tipis, etc. Estas piezas eran relativamente baratas (se podían comprar en mercadillos, quioscos…) generalmente se entregaban sin pintar (a diferencia de cómo las vende hoy Comansi).


Mi Fort West

Mi Fuerte no sé si es de Comansi ya que, curiosamente, no pone la marca de ningún fabricante ni en la caja ni en el propio juguete. Sea como fuere, es el modelo Fort-West, referencia 5/39, artesanal y hecho en España.

Caja original de mi Fuerte de madera de juguete

Por lo que he visto en Webs de nostálgicos, con modelos similares al mío, pienso que se fabricó en los años sesenta o a principios de los años setenta. A mi me lo regalaron a finales de los setenta.

Visión general de mi Fort West

Como vemos en la anterior imagen, mi Fuerte es de base rectangular y dispone de un suelo desgastado de madera. Nos recibe con un gran cartel donde pone “Fort-West” y, debajo de este, tenemos la robusta puerta de la fortificación.

Detalle interior de la puerta del Fuerte (con bisagras y un firme cierre)

Tiene de una torre de vigilancia (con una tosca escalera de mano para acceder a su mirador) coronada por una ondeante bandera de Estados Unidos de America. También dispone de unos barracones, donde encontramos la caseta del Sheriff y la del Comandante, un amarradero y abrevadero para los caballos.

Torre de vigilancia (con su bandera y escalera), barracones, amarradero y abrevadero para los caballos

Por último, si nos fijamos con la siguiente imagen, vemos que en todo el perímetro interior de las paredes del Fuerte hay pasarelas (excepto donde está: la puerta, los barracones y la torre de vigilancia). En las pasarelas, el tejado de las casetas y, obviamente, en el mirador de la torre, se pueden postrar los pistoleros para defender la fortificación.

Vista aérea de las pasarelas perimetrales, el tejado y la torre: lugares de defensa del Fuerte

Respecto a las piezas de plástico, tengo una variada y representativa selección. Desgraciadamente, muchas de las que atesoré en mi infancia se perdieron o se les corrompió el plástico. Actualmente he ido comprado otras de características similares (como la bonita diligencia) hasta dejar, como fue antaño, mi “set original”.

¡Bien!, hagamos inventario de las piezas de plástico que dispongo:

En primer lugar tengo 14 vaqueros: uno de ellos es el conductor de la diligencia (es la única figura que tengo pintada), otros dos van montados a caballo, después hay uno agachado que suele ponerse conduciendo la carreta y las ocho restantes son figuras sueltas (con su peana incluida).

Mis 14 figuritas de vaqueros, 6 caballos, la diligencia y la carreta

A parte de la citada diligencia y de la carreta cargada “supplies” (provisiones); para los vaqueros tengo los siguientes accesorios: 6 vallas para construir un cercado, un parapeto con escalera, un cañón ligero y 3 árboles.

Accesorios para los vaqueros

Para una perfecta paridad, dispongo también de 14 indios: dos de ellos van montados sobre negros corceles y el resto son figuras sueltas (con su peana incluida).

Mis 14 figuritas de indios y 2 caballos

Si repasamos, contando: los de los jinetes (indios o vaqueros), los de la carreta y los de la diligencia, dispongo de un total de 8 caballos.

Por otra parte, para los indios dispongo de: 4 tipis (cabañas indias), un tótem, una canoa, una hoguera calentando una sartén, una roca (por cierto: de Almería) y un pequeño palmeral.

Accesorios para los indios

Y bien...

Sentado al suelo frente mi viejo juguete, abro su caja desgastada y me invade su añejo aroma... Su interior lo encuentro repleto de color y recuerdos. Monto el cartel y la torre del Fuerte e improviso un sencillo diorama con mis figuras de plástico. Mi corazón de niño se siente por unos instantes feliz y despreocupado…

Mi Fuerte desmontado y con todas las piezas guardadas en su interior

Anonadado miro los detalles de cada escena y mi mente se acaba trasladando hasta el Cortijo del Fraile del Cabo de Gata… ¡Bellísimo emplazamiento!, marcado por unos luctuosos sucesos que impactaron a Federico García Lorca inspirándole a escribir su obra teatral: Bodas de Sangre (1931)... ¡Bellísimo emplazamiento!, que impactó a Sergio Leone, imaginando una hacienda mejicana donde poder rodar sus películas del Lejano y Salvaje Oeste.

Cortijo del Fraile (Almería). Imagen propiedad de www.parquenatural.com 

Y allí, frente a la capilla del cortijo… rodeado de pitas, chumberas y desierto… imagino que soy el audaz pistolero Clint Eastwood, retándome en mortal duelo con el “Malo” de Lee Van Cleef.

... ¡suenan dos disparos! ...

Screenshot de la película Murieron con las Botas Puestas (1941)


Dos poesías y diez microcuentos clandestinos

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En esta ocasión, en Las Piedras de la Ágora, volveremos a hablar de Arte… y que mejor que comenzar haciéndolo con el trabajo de Jordi Pascual Morant.

Jordi, este mes de setiembre, está presentando su nueva producción de VisMor L’Essence. El sábado venidero, día 7 (de 10 a 22 h.), es obligada la visita al stand que montará en la emblemática plaça Reial de Barcelona, donde podréis admirar y adquirir las elaboradas piezas de su catálogo.

Bellísimo collar de la nueva producción VisMor L'Essence (imagen de Susu&Don)

También quisiera recordaros que VisMor, estrena nueva Web. En ella podréis contemplar (con espectaculares imágenes de Susu&Don), todo su catálogo:



Dos poesías

Hace más de 10 años, el Gobierno de España presidido por José María Aznar, presentó su polémico “Plan Hidrológico Nacional” que planteaba, entre otras cosas, el transvase del Ebro.

Esta amenaza a un río, con casi un perenne periodo de estiaje, generó un movimiento masivo, por parte de “todos” los habitantes del sur de Catalunya, así como del resto de cuenca del Ebro, en contra de esta infame obra hidráulica.

Como geólogo y, si me permiten, algo entendido en hidrogeología, considero que los transvases son una grave aberración medioambiental… Y más, hoy en día, que existen otras soluciones más sensatas planteadas dentro de una cultura del agua. Lo que pasa con el transvase del Ebro es, simplemente, una cuestión política y de intereses económicos encubiertos. 
 
Manifestación antitransvasista en Amposta (foto cedida por la Plataforma en Defensa de l'Ebre)

Así pues, para dar mi apoyo incondicional a estos miles de defensores del Ebro, a principios de milenio (viviendo aún en Barcelona) escribí varias poesías antitransvasistas: dos de las cuales fueron publicadas en medios públicos, como la revista Lo Senienc o el diario La Vanguardia.

Desgraciadamente, a día de hoy, todo continua igual. Por este motivo, he pensado republicar esas dos poesías en mi blog: para que su fuego no apague esa llama popular… para que su agua no cese nunca de alimentar ríos caudalosos de gente pacífica en las calles…


Rotundament No!

“Rotundament No!”, es la primera poesía que me gustaría presentaros, la escribí a finales del año 2000. En ella expresé todo mi sentimiento de repulsa contra el trasvase del Ebro, ligándolo con las impactantes sensaciones que me dejaron las riadas excepcionales (debidas a una descomunal gota fría) que ocurrieron a les Terres de l'Ebre a finales de octubre de ese mismo año y que arrasaron buena parte del territorio.

El poema “Rotundament No!” fue publicado íntegramente, en febrero de 2001, por la revista mensual Lo Senienc, en su número 240:

Portada de la revista Lo Senienc, número 240 (febrero 2001)

Cada una de las siete estrofas de este poema están formadas por cuatro versos de arte mayor. Fueron escritas con métrica catalana (usando palabras del dialecto tortosí, hablado por mi familia) y presentan versos eneasílabos de rima asonante ABBA:


Rotundament No!

Fi d'octubre... fi del segle XX,
l'Ebre i tots els rius es desbordaren:
vesànics de còlera es tornaren,
vesànics en veure el seu destí.

Com fera que es sent acorralada:
l'aigua va atacar als més innocents,
les seves cases, la seva gent:
nostra terra com camp de batalla!

A les costes bramava el mar pare,
vaig quedar mirant-lo embadalit:
d'alienament havia embogit,
cridaven fort les seves onades.

I es que han vingut los de “dalt”,
els que de natros mai se'n recorden,
pos ara si que sembla que volen
nostre agostat tresor emportar.

Ja veieu que el delta no els importa:
pot ser, en comptes d'arròs, volen sal?
El que volen?, només fer-nos mal!
Si això volen: tanquem-los la porta!

I ens diuen: l'aigua és un do diví,
mentre juguen a golf als xalets…
Polítics venuts i botiflers,
no barrareu el pas del camí.

Amics de l'Ebre, no tinguem por,
si pregunten que en pensem d'això,
amb veu pausada, direm tan sols:
transvasament?... rotundament no!!


El delta de l’Ebre

La segunda poesía que os presentaré, la escribí a principios de 2001 y no es tan contundente como la anterior. La titulé “El delta de l’Ebre” y se trata de una oda a la desembocadura de este importante río mediterráneo.

“El delta de l’Ebre” fue presentada a un concurso llamado e-poemas, convocado por el diario La Vanguardia para Sant Jordi de 2001. Felizmente fue seleccionada y publicada en el suplemento “Vivir en Barcelona” de este rotativo (en su número 42.923) el día 7 de mayo de 2001.
  
Portada del diario La Vangardia, número 42.923 (7 de mayo de 2001)

Si queréis leer esta poesía directamente de las páginas de La Vanguardia, os remito al siguiente enlace de su hemeroteca digital, donde la encontraréis (junto a los otros poemas seleccionados): Página 4, “Vivir en Barcelona” (07/05/01).

La poesía consta de siete estrofas formadas, cada una, por cuatro versos de arte mayor (al concurso presenté la primera y la última estrofa, ya que las bases sólo permitían poemas de máximo 8 versos). Fue redactada con rigurosa métrica catalana, con los tres primeros versos decasílabos y el cuarto alejandrino con una cesura en su parte media. Las estrofas siguen una rima asonante AABB:


El delta de l'Ebre

Diuen que ets asimètric i aixafat,
per venir del nord el corrent del mar.
Diuen que encara creixes d'algun punt...
mentre jo, només veig el far,
[a dins l'aigua vençut.

Pujarem fins la Creu de Coll Redó,
per a poder admirar-te... o millor!,
fins les antenes, al sostre del Port,
on veurem el nostre delta,
[ferit de lenta mort.


Diez microcuentos clandestinos

A parte de la poesía (ya sea "clásica" o conceptual), otra forma literaria que voy cultivando son los microcuentos. Un microcuento, también llamado: microrrelato, minicuento o hiperbreve, es un pequeño texto (algunos de una sola línea) que narra una historia o describe un sentimiento de forma clara pero muy escueta, obviando todo detalle o palabra innecesaria. Por eso, los microcuentos, son un excelente ejercicio de síntesis.

Pues bien, en esta entrada de poesía se han colado 10 microcuentos… 10 desesperados balseros náufragos en este mar de palabras… 10 clandestinos inmigrando dentro de este blog de piedras y cielo:


El opio del pueblo

Por la mañana:
-¡Políticos corruptos! ¡Banqueros estafadores! ¡6 millones de parados!
Por la noche:
-¡Hoy la Champions League en el bar!


Crisis sin fin

Un hombre corre desesperado por la acera…
perderá el bus...
perderá el trabajo...
¡lo perderá todo!


Amor por interés

-¿Me quieres?
-El servicio se paga por adelantado…


Biografía de aquel niño abortado

Fin


Esperanza laboral

Gracias por venir, ya le diremos algo…


Cobarde asesino

El coche no paró…
El chico quedó tendido en el suelo... muriendo…
Su bici también.


Amor terrenal

Nada le quedaba, tan sólo la Tierra lo seguía amando...
y la Tierra lo atrajo hacia ella con fuerza: ¡desde un último piso!
El abrazo fue intenso... ¡para siempre!


Diálogo a tres bandas

-Era buena persona.
-Sí... ya descansa.


Transvase del Ebro?

Parece que NO me escuchas.


Cuatro instantes triviales

  1. Primavera 
Flores y polen.
Pajarillos cantando... copulando.
Amor por todas partes... amada alergia.

  1. Verano 
Hace calor en las calles de Gràcia.
Me sumerjo en las aguas de un anillo VisMor:
piedra preciosa en la plaça del Diamant... Levanta el vuelo la “Colometa”.
Oigo música, charanga... ¡es fiesta mayor!

  1. Otoño 
Hojas secas y podridas... el parque está triste sin ti.
Sentado sobre el húmedo césped, veo pasar a una pareja de viejos...
¡Mierda!, me he manchado los pantalones.

  1. Invierno 
Llueve y el cielo está gris… a fuera las calles, lo mismo.


Espero que os haya gustado, espero vuestros comentarios, espero que me sigáis y me compartáis…


Volcanes. Cuando la furia se convierte en pasión

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Como ya os conté en “Los Volcanes de la Península Ibérica”, desde que tengo uso de razón me apasionan los volcanes. De hecho, el vulcanismo y la paleontología fueron dos de los motivos que hicieron decidirme a cursar la carrera de geología… después, las circunstancias, me hicieron acabar especializándome laboralmente con la geología más aplicada.

Pero los volcanes siempre han continuado siendo mi “asignatura mimada”, esa disciplina que he seguido cultivando una vez terminados los estudios universitarios… Para ello, he tenido la suerte de poder visitar y estudiar todas las manifestaciones volcánicas del estado español: las peninsulares, siempre acompañado por mi mujer… las canarias, junto a mi mujer, mis padres y mis sobrinos Joan y Lluís.

Teneguía: el volcán más joven de España (erupción 1971). Con mi padre y Joan (La Palma, agosto 2006) 


Definición de volcán

En la mitología romana: Vulcano, hijo de Júpiter y Juno, es el dios del fuego y los metales. Es el forjador del hierro y creador de las armas para dioses y héroes. Se le representa como un hombre maduro y fornido, aunque cojo y poco agraciado. A pesar de ello, se casó con Venus, la diosa del Amor, quien le fue infiel con Marte, el dios de la guerra.

Diversas escenas de este dios fueron representadas por renombrados artistas como: Velázquez, Rubens, Tintoretto o Giovanni Battista Tiepolo. El escultor Giuseppe Moretti creó, a principios del siglo XX, la escultura de Vulcano… se trata de la mayor estatua de hierro forjado de todo el mundo. Se encuentra en Birmingham, en el estado americano de Alabama:

Estatua de Vulcano de Giuseppe Moretti, en Birmingham (Alabama) Wikipedia

Se creía que el dios Vulcano tenía su fragua bajo una “montaña humeante” de una de las islas Eolias, al norte de Sicilia (Italia). En honor a este dios, llamaron Vulcano a esa “montaña humeante”... En honor a este dios, llamaron Vulcano a esa isla… En honor a este dios, se dio la denominación a todo el resto de “volcanes” de la Tierra y… ¡del Universo!

Vista aérea del volcán e isla de Vulcano, islas Eolias (Italia) Wikipedia

Pues bien, de forma genérica, definimos volcán como una estructura geológica por la que emerge el magma al exterior de un planeta (o satélite). Siendo, un magma, cualquier roca fundida, compuesta por: lava, piroclastos, ceniza volcánica y gases.

Por lo general, en la Tierra, los volcanes se forman en los límites de placa tectónica (convergentes o divergentes), aunque existen zonas de intraplaca, llamadas “hot spot”, donde encontramos fenómenos de vulcanismo importante, como el que ocurre en las islas Hawai (USA).


Clasificación de los volcanes

Monte Fuji: volcán sagrado y cima de Japón  nihonnipon.com

Los geólogos utilizamos dos tipos de listas para clasificar los diferentes tipos de volcanes: una es a partir del tipo de erupción que emiten, la otra es a partir de la forma del edificio volcánico que han formado.

Veamos estas dos clasificaciones con ejemplos:


1.- Clasificación de los volcanes según su tipo de erupción

Una erupción volcánica es la expulsión de un magma confinado en una cámara magmática hacia el exterior de un planeta o satélite. Las erupciones pueden variar en intensidad, duración y frecuencia.

Los diferentes tipos de erupciones que tenemos dependerán de la temperatura, composición, viscosidad y elementos disueltos en el propio magma.

Erupción violenta del Pinatubo (Filipinas), en junio 1991 National Geographic

Los volcanes, a lo largo de su vida, pueden presentar diversos periodos eruptivos (alternando erupciones muy violentas con otras más “tranquilas”). Cuando decimos que clasificamos un volcán por un determinado tipo de erupción, lo hacemos porqué esta es la forma principal (o más característica) que tiene de emitir el magma hacia su exterior.


2.1 Erupciones de tipo fisural

Este primer tipo de erupciones, reciben este nombre porqué la lava se expulsa a través de fisuras originadas a lo largo de una dislocación de la corteza terrestre.

Son erupciones tranquilas (sin explosiones) con lavas muy fluidas y cuantiosas que pueden recorrer grandes extensiones formando mesetas amplias (de más de 1500 metros de espesor) llamadas “traps”.

Las erupciones fisurales, son las responsables de la creación de las enormes dorsales oceánicas que se generan en los límites de placa divergentes.

La meseta del Deccan (India) es un buen ejemplo (terrestre) de este tipo de erupción volcánica:

Deccan Traps, resultado de erupciones de tipo fisural Wikipedia


1.2 Erupciones de tipo hawaiano

Reciben este nombre por ser el tipo de erupción que, generalmente, tienen los volcanes de Hawai (USA).

Al igual que las fisurales, estas también expulsan una lava fluida y abundante que se acumula formando grandes lagos en sus cráteres. Cuando esta se desborda (o se escapa por las grietas de las laderas) se llegan a crear largos ríos de lava que descienden, pausadamente, por sus laxas vertientes. Los pocos gases que se liberan en este tipo de erupciones lo hacen de forma tranquila y sin explosiones, aunque pueden formar chorros de lava de hasta 500 metrosde altura.

Para este segundo tipo, he escogido como ejemplo el Mauna Loa de Hawai (USA):

Chorros y ríos de lava saliendo del cráter del Mauna Loa en Hawai  listdose.com


1.3 Erupciones de tipo estromboliano

Este tipo se llama así por el volcán Stromboli, que encontramos en las islas Eolias, al Norte de Sicilia (Italia).

Las erupciones de tipo estromboliano también expulsan una lava bastante fluida pero, en este caso, sí que se desprenden gases: con proyecciones de escoria alrededor del cráter. Como los gases de este tipo de erupción pueden escapar con facilidad de la cámara magmática, no se producen explosiones violentas. Cuando la lava rebosa por los bordes del cráter, desciende por sus laderas, pero no alcanza tanta extensión como pasaba con las erupciones de tipo hawaiano.

En este caso, he tomado como ejemplo al propio Stromboli (Italia):
  
Proyecciones de escoria y ríos de lava del Stromboli  decadevolcano.net


1.4 Erupciones de tipo vulcaniano

Estas erupciones se denominan así por el volcán Vulcano que, como sabemos, también se encuentra en las islas Eolias de Italia.

Las erupciones vulcanianas, presentan un magma menos fluido que las estrombolianas: de hecho, cuando la lava emerge al exterior, se solidifica relativamente rápido. Este tipo de erupción desprende grandes cantidades de gases y, las explosiones que se producen, pulverizan la propia lava generando mucha ceniza y escorias (bombas, lapilli, gredas...).

En este caso, como ejemplo, he escogido a Vulcano (Italia) que tuvo una erupción de este tipo el 1888:
  
Erupción de Vulcano en 1888  uclm.es


1.5 Erupciones de tipo pliniano o vesubiano

Este grupo se denomina así en honor a Plinio el Joven que describió, con todo detalle, la erupción que ocurrió al volcán Vesuvio, el año 79 d.C. y sepultó las ciudades de Pompeya y Herculano.

Las erupciones plinianas difieren de las vulcanianas, porque la presión de los gases en la cámara magmática son tan extremadamente fuertes que se produce una explosión muy violenta que genera una colosal columna eruptiva (que puede superar los 30 kmde altura) y, generalmente, acaba con el derrumbe de la parte superior del volcán.

Para las plinianas, tomaremos como ejemplo la propia erupción del Vesuvio (Italia):

Gravado de la erupción del Vesubio, 79 d.C., tal como la describió Plinio el Joven Wikipedia


1.6 Erupciones de tipo peleano

La denominación de este tipo de erupción proviene del Mont Pelée: volcán ubicado a la isla Martinica y que tuvo una erupción de este tipo, el 1902, que destruyó la capital de la isla, Saint-Pierre.

En las erupciones peleanas, la lava que se genera es tan extremadamente viscosa que se consolida con gran rapidez en el punto de emisión, formando un domo o pitón. Esta densa acumulación de material lávico en el crater, puede llegar a taponarlo por completo. La enorme presión de los gases subyacentes bajo el punto de emisión, provocan una enorme explosión que levanta el domo o piton (o destroza la parte superior del edificio volcánico) abriendo un conducto por donde salen, con extraordinaria fuerza y velocidad, todos estos gases acumulados (a elevada temperatura) mezclados con cenizas y pumita, formando flujos piroclásticos o nubes ardientes.

Como ejemplo de este tipo de erupciones, he escogido al mismo Mont Pelée:
  
Erupción del Mont Pelée de 1902, con una nube ardiente llegando al mar  Wikipedia


1.7 Erupciones de tipo hidrovolcánico

Las erupciones hidrovolcánicas se producen cuando el magma que asciende hacia la superficie entra en contacto con el agua.

Dependiendo de si el contacto es directo (o indirecto) con el agua freática o con el agua superficial (mares, lagos...), tenemos tres tipos diferentes de erupciones hidrovolcánicas:


1.7.1 Erupciones freatomagmáticas

Si el contacto del magma es directo con el agua freática, se produce una erupción freatomagmática.

Este tipo de erupciones, emiten columnas formadas por vapor de agua, cenizas, piroclastos y fragmentos (más o menos pulverizados) de la roca encajante. Suelen ir acompañadas de destructivos flujos piroclásticos y se caracterizan por la severa violencia de sus explosiones y colapsos que acaban desfigurando la forma original del edifico volcánico.

El ejemplo más clásico de erupción freatomagmática, es la que le sucedió al volcán Krakatoa en 1883:

Litografía de la erupción del Krakatoa de 1883 Wikipedia 


1.7.2 Erupciones por explosión freática

Si un magma ascendente se acerca a un acuífero sin entrar en contacto directo con él, la elevada temperatura generada hará que se evapore el agua freática (casi de forma instantánea) provocando una violenta explosión de todo el acuífero. Esto creará una depresión circular, llamada maar, donde se suele formar una laguna en su interior.

Encontramos excelentes ejemplos de maares en el campo volcánico de Calatrava, Ciudad Real (España). Como la hoya de Cervera, próxima a la localidad de Almagro:
  
Maar de la hoya de Cervera, Almagro conchapec.blogspot.com


1.7.3 Erupciones surtseyanas

Por último, cuando el contacto del magma se produce directamente con aguas poco profundas de mares o grandes lagos, se pueden generar erupciones surtseyanas. Esta denominación proviene de la isla de Surtsey (Islandia).

Estas erupciones, provocan violentas explosiones causadas cuando el magma entra en contacto con el agua somera del mar y la vaporiza. Debido la ruptura explosiva de magma, se acaban formando anillos de toba y conos volcánicos que, si llegan a emerger, podrán crear una nueva isla.

Como ejemplo de este tipo de erupciones, he tomado la de la isla de Surtsey (Islandia) que se formó, en el año 1963, a partir de una erupción de este tipo:
  
Erupción y nacimiento de la isla de Surtsey, en 1963  astronoo.com


2.- Clasificación de los volcanes según la forma del edificio volcánico

Otra manera de clasificar los volcanes, es a partir de la forma que tiene el edificio volcánico que han construido a lo largo de su historia eruptiva

Existen siete tipos de edificio volcánico: vamos a repasarlos todos con ejemplos:


2.1 Rift

Son estructuras volcánicas quilométricas y extensas, originadas por erupciones de tipo fisural.

Los rifts se crean en los límites de placa divergentes, donde el ascenso de magma provoca un levantamiento de la corteza y un desplazamiento de la superficie adyacente. Los rifts se convierten, de esta manera, en verdaderas cordilleras oceánicas.

La mayoría de rifts (con alguna excepción como: el Gran Valle del Rift, en África Oriental) se encuentran en las dorsales oceánicas:

Al centro (de arriba a abajo) el rirf de la dorsal mesoatlántica  fotosimagenes.org


2.2 Volcán escudo

Este tipo de edificios deben su nombre por la similitud que tiene su morfología con un escudo defensivo reposando cara arriba.

Se forman por las constantes y abundantes corrientes de lava fluida que se van acumulando a las llanas vertientes del volcán y alrededor de su cráter.

El volcán escudo más grande de la Tierra es el Mauna Loa de Hawai. Como ejemplo para este tipo, he tomado la isla Tortuga de Haití:

Isla Tortuga, con el típico perfil de volcán escudo Wikipedia


2.3 Estratovolcán

Un estratovolcán es un edificio de forma cónica, gran altura (muchos sobrepasan los 2500 metros de altitud), con un perfil escarpado y erupciones periódicas.

Su denominación proviene por la manera que se disponen, internamente, sus capas (mal llamadas “estratos”). Estas capas son una alternancia de: coladas de lava, depósitos piroclásticos y cenizas volcánicas... es decir, un fiel reflejo de toda su variada historia eruptiva.

Como ejemplo de estratovolcán, he tomado el Kilimanjaro (Tanzania), la montaña más alta de África:

Estratovolcán Kilimanjaro Wikipedia 


2.4 Conos de escorias

La eyección de escorias (bombas, lapilli, cenizas…) desde una apertura volcánica, hace que estos materiales se vayan acumulando a su alrededor, formando una estructura en forma de cono. Dicha apertura volcánica irá subiendo con el cono, formando un cráter central en su zona superior. Eso sí, dependiendo de factores como: el material expulsado o la explosividad de las erupciones, se pueden adoptar otras formas de conos de escorias más "asimétricos".

A pesar de que su forma cónica podría recordarnos la que adoptan los estratovolcanes, los conos de escoria son mucho más pequeños (no suelen sobrepasar los 500 metrosde altura) y, sobretodo, su estructura interna es mucho más simple, ya que están formados sólo por capas acumuladas de material escoreáceo.

Como ejemplo de cono de escorias, me gustaría destacar el volcán Corona: la montaña más alta de la isla de Lanzarote (España). La actividad de este volcán provocó, en profundidad, espectaculares tubos de lava visitables, como la Cueva de los Verdes o los Jameos del Agua:
  
Monte Corona (cono de escorias). Punto más elevado de Lanzarote  fotosaereasdecanarias.com


2.5 Caldera volcánica

Una caldera volcánica es una depresión del terreno, más o menos circular.

Las calderas se diferencian de los cráteres volcánicos, primero por su mayor tamaño, y... sobretodo, por su génesis.

Existen 3 tipos de caldera, dependiendo (precisamente) de su génesis. Para explicarlos, volveremos a poner tres ejemplos del vulcanismo canario:


2.5.1 Calderas de colapso

Cuando un volcán, debido a sus constantes emisiones de material al exterior, va vaciando la cámara magmática subyacente. El sobrepeso del material acumulado sobre esta cámara podrá producir un repentino y violento desplome creándose una gran depresión, de forma circular, en la parte superior del edifico.

Como ejemplo de este primer caso, tenemos la inmensa caldera de Las Cañadas del Teide, en la isla de Tenerife. Si miramos la siguiente imagen, sobre esta vieja caldera de colapso, observamos como se ha formado el gran estratovolcán Teide (situado en la zona noroeste de esta caldera):
  
Caldera de las Cañadas del Teide, con el Teide construido encima de ella  viajejet.com


2.5.2 Calderas de explosión freática

Cuando las altas temperaturas de un magma ascendente entran en contacto con las aguas de un acuífero, se puede originar una gran explosión, al convertir (de forma casi instantánea) el agua freática en vapor. Estas explosiones hacen (literalmente) reventar el acuífero, formando en superficie una depresión circular rodeada por un anillo de tobas. Este tipo de calderas, como hemos visto en las erupciones por explosión freática, también son conocidas como maares.

Para este caso, tenemos un excelente ejemplo canario con la Caldera de Bandama, en la isla de Gran Canaria:

Caldera de Bandama, desde el pico de Bandama (viaje a Gran Canaria el 2008)


2.5.3 Calderas de derrame lateral

Por último, si un volcán contiene grandes cantidades de lava líquida acumuladas en su zona más superior y, de repente, uno de sus flancos se fractura por una zona de debilidad, por esa grieta se verterá toda esa lava acumulada, precipitándose por la ladera hasta vaciar completamente todo el interior. El resultado será una caldera, rota por un lado, y de altas y verticales paredes internas.

El ejemplo clásico para este tercer tipo es la Caldera de Taburiente, en la isla de La Palma. Esta espectacular estructura volcánica se formó cuando una pared del suroeste del enorme edificio volcánico original, se quebró por una zona de debilidad (por lo que hoy conocemos como el Barranco de Las Angustias) vertiendo toda la lava acumulada en su interior, hacia el mar:

Isla de la Palma, con la inmensa Caldera de Taburiente rota por el lado SW. Google Earth


2.6 Domos y pitones volcánicos

Las erupciones de lavas muy viscosas no forman los típicos edificios volcánicos de forma cónica. En este caso, sus densas lavas se acumulan sobre la misma boca eruptiva con poca dispersión lateral, creando estructuras, en forma de cúpula o mamelón, denominadas domos.

Este mecanismo de emisión implica que el último material emitido ocupará la parte central (o núcleo) del domo, si bien, cuando el magma es menos viscoso, las lavas pueden desplegarse en abanico formando cúpulas de flujo.

Como ejemplo de domo, os propongo observéis los que se formaron al volcán Santa Elena (USA):

Domo y cúpulas de flujo, generados al interior del volcán Santa Elena (USA). Wikipedia

En el caso extremo que la lava tenga una altísima viscosidad, esta saldrá a la superficie casi solidificada dando lugar a edificios con estructura monolítica.

Estas coladas de lava "endurecida" tienen un escaso o nulo derrame lateral y son conocidas como agujas o pitones.  En sus paredes verticales, podremos observar las estrías debidas a su estreñida extrusión.

El ejemplo de pitón que más me impactó, fue la descomunal aguja formada al cráter del Mont Pelée, tras su erupción el 1902. Desgraciadamente, su forma vertical y la actividad del volcán, hicieron que acabara derrumbándose:

Pitón volcánico del Mont Pelée (1902). ngkszki.hu


2.7 Chimenea volcánica exhumada

Las chimeneas volcánicas exhumadas, también conocidas como cuellos o tapones volcánicos (o roques en las islas Canarias), realmente no se tratan de un edificio volcánico, pero sí son una forma erosiva de origen volcánico.

Cuando un volcán cesa su actividad, la erosión comienza a hacer mella con su morfología externa. El material que se solidificó en su chimenea es mucho más resistente que el material depositado en el cono volcánico exterior. Por eso, con el tiempo, el cono desaparecerá permaneciendo la chimenea volcánica como testimonio del volcán desaparecido.
  
Devils Tower, en Wyoming. Fantástico ejemplo de chimenea volcánica exhumada Wikipedia

A pesar que sus formas verticales pudieran confundirnos con las de un pitón volcánico, como hemos visto: su origen y composición son totalmente diferentes.

Tenemos en la Tierra buenos ejemplos de chimeneas volcánicas exhumadas, como la Devils Tower en Wyoming (USA). Pero yo quisiera quedarme con el Anayet, una chimenea andesítica (del Pérmico) que encontramos en el Pirineo de Huesca, España:

Llegando a la base de la chimenea exhumada del Anayet. Mayo de 2012

Cierto, son simplemente volcanes…

Puede parecernos que, a día de hoy, los tenemos todos controlados… encerrados en esta “jaula de cristal” llamada olvido histórico.  Puede parecernos que, en su cautiverio, tal como si fueran leones: sean mansos, domesticados y… ¡bellos!

No debemos olvidar que son fieras: impredecibles e incontrolables… Fieras que esperan, con paciencia, su libertad… Fieras que se ríen de nuestra corta existencia humana... de nuestra gran arrogancia.

No debemos olvidar… ¡nunca!, que ellos crearon la Tierra, los océanos y el caldo de cultivo de la vida. No debemos olvidar  ¡nunca!, que ellos pueden, cuando quieran, terminar con nosotros.

Paris bien vale un... retorno

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Antecedentes

Hace 30 años, en julio de 1983, siendo yo un niño, hice con mis padres un viaje en coche por toda Francia. Nuestro particular “Tour” hizo escala un día y medio en su capital. A pesar de las pocas horas que pasamos en París, mi padre (con un año menos que mi edad actual) montó un intensivo recorrido con el que pudimos visitar la mayoría de monumentos de la ciudad.

Recuerdo unas semanas antes de emprender el viaje, la alegría que tuve cuando me dijeron que iríamos a París… a ese París mitificado por la mente de un niño soñador… a ese París que tantas veces había visto en libros, películas e ilustraciones…

Para mí, las dos cosas más importantes que tenía que hacer en la capital francesa eran: comprarme la típica figurita de la Torre Eiffel, montada sobre un pedestal de mármol donde pusiera “Recuerdo de Paris” y subir hasta la cima de tan famosa torre.

Place de la Concorde, al fondo... ¡la Tour Eiffel! (julio de 1983)

Llegando a Trocadero conseguí mi primer objetivo... una figurita de la torre donde ponía, en su pedestal de roca: “Souvenir de Paris”. ¡El segundo propósito ya estaba cerca!

Pero al llegar a la taquilla de la Tour Eiffel tuvimos una desafortunada noticia: nos anunciaron que el monumento estaba en obras y que no se podría subir a la “somme”. ¡Menudo jarro de agua fría! Nos tuvimos que conformar con visitar las dos primeras plantas (teniendo en cuenta que la segunda está a tan sólo un tercio de la altura total del edificio),  nos tuvimos que conformar con levantar la cabeza para ver, allá en lo alto, la inaccesible cima.

Mis padres cuentan que no me quejé, no di ningún berrinche, no mostré enfado ni decepción… simplemente les dije, sujetando firmemente la figurita en mi mano: “No os preocupéis, volveremos algún día y subiremos juntos al tercer piso”.
  
Sujetando la figurita, bajando de la segunda planta de la Tour Eiffel, junto a mi madre

Esa declaración de intenciones nunca la olvidé... pero fueron pasando los lustros y, por un motivo u otro, no volvimos más a París. Hasta que este mes de julio, cumpliéndose treinta años de ese fallido intento, les propuse a mis padres volver a la Torre "Infiel" (como así la llamaba de pequeño), aprovechando que a mi mujer le quedaban unos días de vacaciones en octubre.

Mis padres accedieron a hacer el viaje juntos y, encima, quisieron correr con todos los gastos. La única condición que pusieron fue que yo me hiciera cargo de la planificación y ejecución de todo el viaje.

Así pues, teniendo en cuenta que disponíamos de 4 días, debía hacer una lista completa de todo lo que se teníamos que visitar... priorizar y agruparlo todo por zonas (para diseñar paseos productivos) siempre teniendo en cuenta las capacidades físicas de todos los integrantes.

Para elaborar la lista de todos los emplazamientos a visitar utilicé dos libros de París, busqué por Internet y lo consensué todo con mi padre: tomando una copa de vino y una cerveza artesana a la La Tasca (un agradable bar de la Sénia... su pueblo). La priorización, agrupación por días y confección de las rutas lo hice bajo mi criterio.

Llegados a París, tocaba cumplir el planning… ¡tuvimos suerte!, pudimos hacerlo todo: lo marcado como “imprescindible”, lo considerado secundario y otras nuevas propuestas que fuimos descubriendo sobre la marcha.

Pues bien, a continuación os dejo mi testimonio... el resumen de una escapada de cuatro días a París... la crónica de un viaje… ¡de un regreso!

  
Martes 22 de octubre de 2013

A las 8 de la mañana subimos al avión en el Aeroport del Prat de Barcelona. Tras una hora y media de viaje, llegamos al Aéroport de Paris-Orly. Allí tomamos el Orlybus que nos trasladó a Denfert Rochereau, donde cogimos el metro hasta Nation.

Salimos a la place de la Nation, a pocos pasos teníamos reservado el hotel. Una vez dejadas las maletas en consigna, volvimos a tomar el metro hasta la parada de Cité. Nuestro primer destino fue la Cathédrale de Notre-Dame, ubicada a la Île de la Cité: isla fluvial de la Siene (río Sena).

Cathédrale de Notre-Dame, desde la grada habilitada a la place Jean-Paul II

Hecha la visita completa a su interior, nos sentamos cómodamente en una grada ubicada delante de su fachada (en la place Jean-Paul II). Desde allí arriba pudimos admirarla bien y avistar, a mano derecha, el primero de los veintidós puentes sobre la Siene que veríamos durante estos cuatro días: el Pont au Double (1). Los iré numerando (por orden de aparición) para no perdernos.

Bajamos del entablado y fuimos paseando hasta el Pont Saint-Louis (2), bordeando el lateral norte de la catedral. Este puente comunica la Île de la Cité con otra isla fluvial: la Île Saint-Louis. Antes de llegar al puente, a la parte posterior de Notre-Dame, encontramos los jardines Square Jean XXIII, donde pudimos admirar su gran aguja gótica y ver el Pont de l'Archeveche (3), “rebozado” de millones de candados.

Hecha una pequeña incursión a la isla de San Luis, deshicimos nuestros pasos hasta Notre-Dame y continuamos hasta el hospital Hôtel-Dieu. De allí, nos desplazamos hasta la Conciergerie y la  Sainte Chapelle.

Sainte Chapelle y Conciergerie

Vistos estos dos preciosos edificios, salimos de la Île de la Cité por el Pont Saint-Michel (4), que debe su nombre de la próxima Fontaine de Saint-Michel. Al pasar el puente, a mano izquierda, tuvimos otra buena panorámica de la fachada principal de Notre-Dame y del Petit Pont (5).

Ya en "tierra firme" llegamos al Latin Quarter. En el barrio latino de París, paseamos por sus coquetas calles hasta la Église Saint Séverin.

Visitada la bonita iglesia gótica, tomamos la Rue Saint-Jacques y emprendimos la “ascensión” de la laxa montagne de Sainte Geneviève, almorzando en el boulevard Saint-Germain.

Después de comer "estiramos las piernas", paseando por delante de la universidad de la Sorbonney el Collège de France. Finalmente, llegamos a la “cima” de Sainte Geneviève, donde se encuentra el Panthéon.

Fachada del Panthéon a la “cima” de la montagne de Sainte Geneviève

Bordeando el Panthéon, por su lado izquierdo, pudimos ver la iglesia de Saint-Étienne-du-Mont, situada también en el punto más elevado de la montañita de Sainte Geneviève.

Nuestro próximo destino fue el encantador Jardin du Luxembourg. Llegados allí, deambulamos por sus plácidos paseos, visitando: el gran estanque central, la Fontaine de Médicis, el Palais du Luxembourg (donde se encuentra el senado de Francia), etc.

Palais du Luxembourg (Sénat) desde el Jardin du Luxembourg

Salimos del parque a la rue de Vaugirard, donde fotografiamos el Odéon Théâtre de l'Europe. Continuamos por la misma calle hasta la rue de Rennes, donde ya pudimos ver y acercarnos a la Tour Montparnasse.

Tour Montparnasse desde la rue de Rennes

La Tour de Montparnasse es un rascacielos aislado. Se puede subir a su terraza, a 210 metrosde altitud, obteniendo unas excelentes vistas de París y de la Tour Eiffel.

Era ya hora de retirarnos al hotel. Retornamos por la rue de Rennes, mirando los escaparates de sus tiendas, y tomamos el metro en Saint-Placide.


Miércoles 23 de octubre de 2013

El miércoles nos levantamos pronto y, sin perder tiempo, cogimos el metro hasta la parada de Bir-Hakeim: era el gran día, ¡volvíamos a la Tour Eiffel!

La mañana había amanecido con buena visibilidad. Cuando llegamos a la taquilla de la torre, media hora antes de su apertura, ya había más de medio centenar de personas haciendo cola… Un poco de nervios, espera eterna… ¡pero al fin entramos!, al fin tomamos el ascensor a la “somme”… al fin, nuestros pies, pisaron el tercer piso de la Torre Eiffel… ¡Y qué vistas!

Con la mirada treinta años atrás… en la “somme” de la Tour Eiffel

Estuvimos más de una hora visitándolo todo… pasando por todas las plantas de la torre… hartándonos de hacer fotos desde todos los puntos cardinales… poniendo nombre a todos los edificios que oteábamos desde la gran atalaya de metal.

Visto el ícono parisino, tocaba ir a ver el ícono de Nueva York… me explico, tocaba visitar: la réplique de la Statue de la Liberté, ubicada en un extremo de la Île aux Cygnes.

A los pies de la “Liberty” francesa , en la Île aux Cygnes

De camino a la réplica de la Estatua de la Libertad, paseando por el romántico allée des Cygnes, pudimos ver (a mano izquierda) el conjunto de rascacielos de la quai de Grenelle y (a mano derecha) el edificio de planta redonda de la Maison de la Radio.

Visitada la estatua de color turquesa, deshicimos nuestros pasos fijándonos ahora con los puentes del Sena que íbamos cruzando: el Pont de Grenelle (6), al lado de la propia estatua; el ferroviario Pont de Rouelle (7); el Pont de Bir-Hakeim (8), el cual cruzamos hacia la izquierda (para abandonar la Île aux Cygnes) y el Pont d’Iéna (9), entre la Tour Eiffel y les Jardins du Trocadero.

En los jardines de Trocadero nos sentamos a reposar un poco y a esperar que se encendieran sus fuentes. Después del refrescante espectáculo, subimos a la Esplanade du Trocadero… posiblemente, desde esa amplia plaza, construida frente el Palais de Chaillot, se obtienen las mejores instantáneas de la Tour Eiffel.

Tour Eiffel desde la Esplanade du Trocadero

Salimos a la place du Trocadero, donde se alza la Statue équestre du MaréchalFoch, y tomamos l'avenue Kléber hasta la place de l'Étoile(o place Charles de Gaulle). En esta gran plaza radial encontramos el impresionante Arc de Triomphe.

Arc de Triomphe en la place de l'Étoile

Para visitar el monumento, tuvimos que transitar por un paso subterráneo que traviesa por de bajo la concurrida plaza. Viendo en detalle el gran arco, se nos hizo hora para ir a almorzar…

Después de comer en la misma avenue des Champs-Elysées, tocaba un agradable paseo por tan conocida avenida. Nuestros pasos nos llevaron hasta el cruce con la avenue Winston Churchill donde vimos (a mano derecha) el Grand Palais y (a mano izquierda) el Petit Palais, con la estatua a Clemenceau en sus jardines.

Contemplados los exteriores de estos dos bellos palacios, retomamos la avenue des Champs-Elysées y, enseguida, ya arribamos a la place de la Concorde: lugar donde se decapitó a Maria Antonieta y donde se alza, en su centro, l’Obélisque.

Giro de noventa grados a la izquierda y encarrilamos la rue Royal. Al fondo apareció (como si de un templo griego se tratase) la Paroisse Sainte Marie Madeleine.

Sentado en una bici pública de París, frente la Madeleine

Delante la imponente fachada de la Madeleine, tenemos un cruce en Y: Si miramos hacia la izquierda avistamos l’Église Saint-Augustin, con su gran cúpula… pero nosotros continuamos hacia la derecha (por el boulevard de la Madeleine) donde, en pocos minutos, llegamos a la Opéra Garnier.

Visitados los exteriores de la opera antigua de París, nos desplazamos al ya próximo boulevard Haussmann, donde transcurrimos por algunos de sus elitistas centros de moda, como: las Galeries Lafayette o Printemps.

Todavía escandalizados por el precio de algún artículo que vimos expuesto, tomamos el metro a la parada Havre-Caumartin hasta Anvers, ya en plena ladera de la montaña de Montmartre.

A la salida del metro, enfilamos la rue de Steinkerque hasta la Square Louise Michel. Desde allí, ya pudimos admirar, en la cima de Montmartre, el albugíneo Sacré-Coeur.

Sacré-Coeur, en la cima de Montmartre, desde la Square Louise Michel

Desde estos jardines, para subir al Sacre-Coeur, hay la posibilidad de tomar un funicular… pero nosotros preferimos ascender por sus diversas escalinatas. Una vez en la cima, pudimos visitar los esplendidos interiores del templo, la Église Saint-Pierre de Montmartre (construida a la izquierda del Sacré-Coeur) y regalarnos las vistas de una fantástica puesta de sol sobre París, mientras descendíamos de la cima de Montmartre.

Una vez fuera de la Square Louise Michel, ya de noche, nos desplazamos perezosamente hasta la place Pigalle, donde tomamos el boulevard de Clichy: plagado de erotismo, luces y colores. Entre los variados locales, a destacar dos: el Bistrot Chat Noir y el archifamoso Moulin Rouge.

Frente la entrada del Moulin Rouge

Cansados todos, pero contentos de tan completa jornada, tomamos el metro en Blanche(frente el Moulin Rouge) y regresamos al hotel para tomarnos un merecido descanso.


Jueves 24 de octubre de 2013

El plato fuerte para nuestro tercer día era la visita al Château de Versailles. Después de desayunarnos, tomamos el metro hasta Invalides, donde hicimos transbordo al RER (el tren de cercanías de Paris) dirección Versailles-Château-Rive-Gauche.

Después de hacer una quilométrica cola para pasar un riguroso control de entrada, accedimos al castillo. Con la ayuda de las audioguías que nos facilitaron, fuimos conociendo todas las salas y pasadizos de tan suntuoso palacio.

Sala de los Espejos del Palacio de Versalles

Hecha la visita completa al castillo, salimos a sus exteriores para disfrutar de los conocidísimos Jardins du Versailles.

Estanque de Apolo a les Jardins du Versailles, al fondo Château de Versailles

Caminando por los extensos jardines, construidos con parterres geométricos, estanques y agradables paseos; llegamos al Grand Trianon (uno de los palacetes que encontramos dentro de los Dominios de Versalles).

Hecha la completa visita a los interiores del Grand Trianon, tomamos un trenecito que nos llevó al Domaine de Marie-Antoinette y al Petit Trianon.

Acabada la excursión, salimos del castillo y comimos en el mismo pueblo de Versalles. Después, tomamos el RER y regresamos a la estación des Invalidesde Paris.

A la misma salida de la parada de RER, nos recibió el Pont Alexandre III(10), posíblemente, el puente más bonito de París...

Pont Alexandre III, desde la salida del RER, al fondo le Grand Palais

Una vez arriba del puente, pudimos ver el cercano Pont des Invalides(11). Ahora tocaba cruzar toda la Esplanade des Invalides hasta Les Invalides, donde se encuentra la tumba de Napoleón.

Les Invalides desde l'Esplanade des Invalides

Hecha la visita a les Invalides, nos acercamos a la vecina École Militaire. En frente de su fachada principal (campeada por la Statue equestre du Joffre) se extiende le Champ de Mars, donde también se obtiene otra excelente panorámica de la Tour Eiffel, con Trocadero de fondo.

Hechas las fotos de rigor (enmarcando la mole de metal dentro del moderno Mur de la Paix) retornamos por la avenue Bosquet hasta el Pont de l’Alma(12). Al cruzar este puente (donde perdió la vida Lady Di), a mano izquierda pudimos ver la Passerelle Debilly (13). Ya en el otro lado, tomamos el metro en Alma-Marceau destino La Défense.

Al salir del metro ya era de noche… y nos quedamos sumamente impresionados al ver de cerca el colosal Grande Arche, construido en plena Esplanade de la Défense.

Mis padres frente al Grande Arche de la Défense

Mi “sensación”… sentarme bajo el gran arco, a la parte superior de su grada, y mirar el panorama envuelto de un extraño silencio… ante mí: una explanada inmensa entre rascacielos, moteada de infinitas luces y neones de vivos colores… al fondo, un “pequeño” Arc de Triomphe...

Una vez visitada la Défense, regresamos en metro al hotel para cenar. Al terminar la cena, mi mujer y yo, decidimos salir un rato para vivir “Paris la Nuit”.

Cogimos el metro hasta Sentier, saliendo a la Rue de Montorgueil. Allí, recorrimos el mismo tramo de calle que hicieron las 3 modelos, “ligeras” de ropa, en el video Baby Baby Baby del grupo Make the Girl Dance. Luego, proseguimos por las calles del 1er arrondissement de París, disfrutando del ambiente nocturno de bares y terracitas, hasta llegar al Pont au Change (14).

Desde ese puente, a mano izquierda, vimos iluminados la Notre-Dame y el Pont Notre-Dame (15). Continuamos hacia la derecha, disfrutando de otras vistas alumbradas como la Conciergerie,  la  Sainte Chapelle o el tramo norte del Pont Neuf (16). El Pont Neuf es el puente más antiguo de Paris y cruza (en dos tramos) el río Sena, “apoyándose” a la Île de la Cité.

Tomamos el metro en Pont Neuf destino a Trocadéro… Y es que no queríamos perdernos, en nuestra última noche en París, el espectáculo de ver de cerca la Tour Eiffel iluminada.

Sentados a la escalera de Trocadéro, nuestra silenciosa mirada se perdió en tan indescriptible visión… poco a poco, se fueron acumulando en mi fuero recuerdos y sentimientos de alegría pero, también, de cierta tristeza y añoranza… Recuerdos y sentimientos que se desvanecieron de golpe, cuando un vendedor subsahariano (como si de un angelito de Machín de tratase) se acercó y me ofreció una estatuilla de la Tour Eiffel pero, en esta ocasión, iluminada… Se la compramos y su tenue luz alumbró los vidriosos ojos de un niño que se había hecho mayor.

Sujetando la figurita con luz, frente la Tour Eiffel iluminada


Viernes 25 de octubre de 2013

El último día nos levantamos algo cansados por el trasnoche anterior. Guardamos las maletas en la consigna del hotel, desayunamos y tomamos el metro hasta la parada de Palais Royal-Musée du Louvre.

El Musée du Louvre es uno de estos grandes museos que es imposible verlo todo en un solo día. En mi planning sólo disponíamos de algo más de 3 horas, por tanto, lo importante era saber bien lo que queríamos ver más a fondo.

Al final tuvimos tiempo para recorrer prácticamente todas las galerías, profundizando con las que más nos interesaban… Obviamente, no nos perdimos las dos obras más visitadas del museo: La Gioconda de Léonard da Vinci y la Venus de Milo.

La Gioconda (1503-1519), Léonard da Vinci (Musée du Louvre)

Terminada nuestra estada al museo, salimos para disfrutar los exteriores del Palais du Louvre, las modernas Pirámides de Cristal y el Arc de Triomphe du Carrousel.

Pirámides de Cristal en la explanada del Palais du Louvre

Pasando por debajo del arco del Carrousel, lleganmos a les Jardins des Tuilleries... allí, pudimos recrearnos con las estatuas de Aristide Maillol. Continuamos paseando por estos extensos jardines hasta llegar a la place de la Concorde.

En esta plaza (que ya visitamos nuestro segundo día) cruzamos hacia la izquierda el Pont de la Concorde (17), pudiendo admirar de cerca el Palais Bourbon (l’Assemblée Nationale). Ahora tocaba retornar por la otra rivera de Sena.

Enseguida arribamos a la Passerelle de Solférino (18). Superado este puente peatonal, llegamos a los exteriores del Musée d’Orsay, construido a la antigua estación de tren de Paris-Orleans.

Antigua estación Paris-Orleans (Museé d’Orsay)

Sobrepasado el Musée d’Orsay, llegamos al Pont Royal (19) y, unos metros más adelante, al Pont du Carrousel (20). Unos pasos después, a nuestra derecha, admiramos edificios remarcables como: el Palais des Beaux-Artso el Institut de France.

Más tarde le tocó el turno al Pont des Arts (21) que, al igual que el Pont de l'Archeveche, esta infestado de millones de candados. Finalmente, nuestra particular ruta ribereña nos llevó al tramo sur del Pont Neuf.

Pont Neuf (tramo sur), a la parte izquierda de la Île de la Cité

Cruzamos todo el Pont Neuf, continuando por las calles de primer distrito, hasta llegar a Les Halles. En esta gran plaza (actualmente en obras) pudimos contemplar edificios interesantes como la circular Bourse du Commerceo la Église Saint-Eustache, de estilo gótico.

Nos desviamos un poco hacia el oeste, para poder visitar le Palais Royal, entrando a sus cuidados jardines y admirando su fachada principal, ubicada delante de la ala derecha del Palais du Louvre.

De vuelta hasta Les Halles, comimos cerca del moderno edificio de arquitectura atrevida: Centre Georges Pompidou.

Fachada este del Centre Georges Pompidou

Después del almuerzo, bajamos al cercano Hôtel de Ville (el Ayuntamiento de París). Se trata de un elegante edificio con una fachada plagada de estatuas de personalidades famosas. En frente del ayuntamiento se extiende la Esplanade de la Libération.

Fachada principal del Hôtel de Ville desde la Esplanade de la Libération
Al sur de esta explanada se encuentra el Pont d'Arcole (22) que cruza hasta la Île de la Cité. Pues bien, con este puente, completamos la visita de los veintidós que teníamos previstos para esta escapada. Durante los cuatro días que anduvimos por París, pudimos verlos todos: desde el Pont de Grenelle (donde estaba la réplica de la Estatua de la Libertad) hasta el Pont de Saint-Louis (pasada la Île de la Cité).

Dejamos el ayuntamiento, continuando por la rue de Rivoli hasta la place de la Bastille. En ese lugar emblemático de la Revolución Francesa, encontramos la moderna Opéra Bastille y, en el centro de la plaza, la Columna de Julio. Acabada la visita cogimos el metro en la parada de Bastille hacia nuestro hotel, para recoger las maletas de la consigna.

Ya cargados, retomamos al metro y pusimos destino hacia Denfert Rochereau. Durante ese último recorrido con el ferrocarril urbano de París, con buena parte circulando por el exterior, al cruzar el río Sena por el puente de Bercy (entre las estaciones de Bercy y Quai de la Gare), estuvimos atentos para poder contemplar, a nuestra izquierda (sureste), la Bibliothèque Nationale de France. Se trata de una construcción moderna flanqueada por cuatro torres con planta en L. Finalmente llegamos a Denfert Rochereau, donde cogimos el Orlybus destino al Aéroport de Paris-Orly.

A las 9 de la noche despegaba el avión rumbo al Aeroport del Prat… ¡rumbo a casa! Todos felices, con la satisfacción de haber realizado un completo viaje… y yo, personalmente, con la satisfacción de haber cumplido por fin… aquel... mi "segundo objetivo" de 1983.

Con mis padres en la cima de la Torre “Infiel” (23 de octubre de 2013)

Sólo me queda decir una cosa. Quisiera agradecer a mis padres, públicamente, este precioso regalo. Y no me refiero al viaje en si, sino al “regalo” de poder compartir con ellos estos momentos de la vida… ¡este presente intangible!, estos momentos que ahora son el momento para compartir… Y es que el tiempo pasa demasiado de prisa: ya veis… ¡treinta años no son nada! Compartir la vida es un regalo que le hacemos al alma… un faro que alumbrará con fuerza las tinieblas aquel día que ya no podamos volver juntos a la Ciudad de la Luz.
  

Iaio, jo no vull ser militar!

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Este post lo quiero dedicar a mis abuelos (José, María, Francisco y Lucía)
y a todas aquellas personas inocentes y anónimas
que sufrieron la cruda experiencia de la Guerra Civil Española.

El otro día mi madre, ordenando lo que fue la casa de sus padres, encontró unas hojas encuadernadas firmadas con mi nombre. Esos papeles que guardaban mis abuelos, eran un trabajo que hice de ciencias sociales cuando cursaba 3º de BUP (lo que hoy equivaldría a 1º de bachillerato) allá por el año 1990.

Y es que, durante ese curso, tratamos la Guerra Civil Española. La profesora nos pidió (aprovechando que todos todavía teníamos algún pariente vivo que había pasado aquella terrible guerra fraticida) les hiciéramos una especie de entrevista para que nos explicaran como la vivieron… como la sobrevivieron...
  
Guernica (1937) de Pablo Ruiz Picasso, representa los horrores de la Guerra Civil

Yo, por entonces, aun conservaba mis dos abuelos maternos. Los dos tenían tristes, pero interesantes historias que contar de aquel gris periodo de la historia de España… Escogí a mi abuelo porque él fue soldado y estuvo al frente en la Batalla del Ebro.

Pero lo cierto es que, mi abuelo (don Francisco Vaqué), no empuñó en toda la contienda ningún fusil, cosa que siempre le enorgulleció… Su única arma fue una máquina de escribir, ya que era el encargado de escribir los reportes de guerra de la tropa.

Soldado canadiense escribiendo un reporte en la 1ª Guerra Mundial. Fuente

Mi abuelo me contaba que, cuando estallaba alguna batalla, al no poder repeler el ataque, debía guarecerse donde buenamente podía, rezar y, sobretodo, proteger (con su vida) la pequeña máquina de escribir ya que, en caso de perderla o dañarla, hubiese sido fusilado.

Estuvo de soldado durante toda la Guerra Civil (desde los 21 hasta los 24 años)… estuvo en la larga y sangrienta Batalla del Ebro: cruda contienda donde hubo muchas bajas en los dos bandos.

Perdió la guerra y fue apresado por las tropas franquistas, lo tuvieron en un campo de concentración donde, por fortuna, salvó la vida. Luego, lo desplazaron a Euskadi y al sur de Francia hasta que terminó la guerra.

Cuando regresó a su Tortosa natal, se encontró con una ciudad arrasada por las bombas… tardaron muchos años en reconstruirla, tardaron toda una vida para curar esas heridas...
  
Puente de la Cinta caído sobre el río Ebro (1939) en una Tortosa destrozada por las bombas. Fuente

Pues bien, releyendo la entrevista, me doy cuenta que hoy: más de 23 años después, seguramente, a mi abuelo le hubiese preguntado más cosas de aquel triste pasaje de su vida… Pero, lo cierto es que, las preguntas que hice durante la interviú, habían sido “sugeridas” por la profesora para que las hiciéramos (a nuestra manera) a los entrevistados.

Pero bueno, a pesar de ese conductivismo pedagógico, aquella charla con mi yayo me impactó muchísimo… ¡sus palabras me hicieron madurar de golpe! Me impactó conocer, de la voz de un testigo, las barbaries de una guerra tan próxima… Quedé tan tocado que, después de aquel diálogo, decidí hacerme pacifista.

Poco después, al cumplir la mayoría de edad, fui llamado a filas para realizar el Servicio Militar Obligatorio. Asesorado por los consejos del gran amigo de mi padre y activista de Justicia y Paz, Arcadi Oliveres, fui prorrogando por estudios mi incorporación a la “mili”... cuando acabé la carrera, me declaré objetor de conciencia por motivos morales.


Arcadi Oliveres i Boadella

El ministerio de defensa aceptó mi petición... teniendo que realizar, a cambio, la prestación social sustitutoria. La PSS me tocó hacerla en un casal de jubilados: cuidando de los ancianos más achacosos... nonagenarios que también habían pasado aquella nefasta guerra... de viejecitos que me llamaban, cariñosamente: "el soldat" (el soldado).

Por eso, aquella charla con mi yayo, no sólo fue material para un trabajo de instituto… aquellas palabras fueron para mí una clase magistral a mi moral y educación antibelicista.
  
Con mis yayos Paco y Lucía en Barcelona (1987)

A continuación os dejó con la redacción (integra) de aquel trabajo que cambió mi vida... Las imágenes que veréis han sido añadidas, actualmente, para reforzar los contenidos del texto:

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EXPERIENCIAS DE LA GUERRA CIVIL


Humbert Sanz i Vaqué
3º B.U.P. – A – núm.33
Escola Casp
Mayo, 1990


Índice

1.- PRESENTACIÓN

2.- TRANSCRIPCIÓN DE LA CINTA REGISTRADA
            2.1.- Hechos políticos y religiosos
            2.2.- Economía
            2.3.- Vida cotidiana
            2.4.- Vida al frente

3.- BREVE BIOGRAFÍA DEL PROTAGONISTA

4.- REFLEXIÓN
4.1.- Valoración de la actitud del protagonista durante le entrevista
4.2.- Valoración de la actitud del entrevistador
4.3.- Valoración personal del período      
4.4.- Valoración del trabajo

5.- BIBLIOGRAFÍA


1.- Presentación

Estimados lectores tenemos, ante nosotros, el testimonio de las vivencias de una persona que, durante el período comprendido entre 1936 y 1939, sufrió las consecuencias del hecho más nefasto ocurrido este siglo en España: la Guerra Civil.

Mi yayo Paco (Francisco Vaqué) nos explicará qué pasó durante aquella guerra y como la vivió él... nos explicará como luchó, como sufrió, como la perdió...

No es nada gratificante remover unos terribles hechos ocurridos hace más de cincuenta años, sin embargo, creo que es muy ejemplificador (para que no se vuelva a repetir nunca más) conocer como todo un país se enfrentó violentamente y acabó perdiendo sus libertades.

La entrevista con mi abuelo la mantuvimos a principios de este año. Con su consentimiento, la registré íntegramente en una cinta de cassette. Veréis que las diferentes preguntas se han dividido en cuatro partes: hechos políticos, economía, vida cotidiana y vida al frente.

Os dejo con la transcripción completa de la interviú:


2.- Transcripción de la cinta registrada.

2.1.- Hechos políticos y religiosos.

- Buenos días yayo.
- Buenos días Humbert.

- Aquí en Catalunya, la Batalla de la Ebro marca un punto  de inflexión en el desarrollo de la Guerra Civil, ¿por qué?
- Porque la Batalla del Ebro fue la más dura y con más fuerzas de ejército por los dos lados. Decidió, casi, la guerra.

Instantánea de la Batalla del Ebro: soldados cruzando a pié el río, en Miravet. Fuente 

- Tú estuviste en ella, ¿no?
- Sí, estuve por la zona de Gandesa.

- A pesar de que la Guerra Civil fue un enfrentamiento de ámbito nacional, hubieron aliados extrangeros, ¿no?
- Sí.

- ¿Quien dio apoyo a las tropas franquistas desde el exterior?
- Los alemanes, los italianos y los musulmanes del protectorado español.

- ¿Y quien dio apoyo a la República?
- Rusia y... al principio, el Reino Unido y Francia.

- ¿Importancia de la Falange durante la guerra?
- Fue muy importante para el bando franquista...

- ¿Todos los sacerdotes eran franquistas?
- No. Porque la política es una cuestión muy personal... habían que pensaban una cosa y habían que pensaban otra.

- Sin embargo, muchos acabaron siéndolo, ¿por qué?
- Muchos acabaron siéndolo, porque (algunas personas) del bando republicano los mataban solo por ser religiosos.

2.2.- Economía.

- ¿Había mercado negro durante la guerra?
- Sí.

- ¿Por qué crees que había?
- Hombre, todo se hacía de “estraperlo”...

- Algunos ayuntamientos emitían dinero propio por falta de dinero estatal. ¿Sabes de algún caso?
- Sí, algún pueblo lo hizo. Me pienso que en Tortosa también emitieron… a pesar de que no lo puedo asegurar, porque fui soldado y no estaba en mi ciudad.

Billete de 50 céntimos de peseta, emitido por el ayuntamiento de Tortosa en 1937

- Si no había dinero, supongo que se extendió el intercambio de productos (el llamado “trueque”).
- Por falta de dinero no. Lo que pasaba es que estos no tenían ningún valor, me explico: podías dar 10.000 pesetas, por ejemplo, por una col y nadie te la vendía. Si la querías, debías ofrecer otro producto como: huevos, arroz, aceite...

- ¿Durante la guerra había lo que podríamos considerar una producción industrial normal?
- Bien, había fábricas, pero de armamento. En Tortosa mismo había una que después trasladaron a Vic. Todos los recursos se dedicaron prioritariamente a la guerra y, el resto, mira... iba haciendo.

- ¿En que estado estaba la agricultura, la ganadería, la pesca?
- Puedes hacerte una idea… ¿Quien quedaba para trabajar?, ¿para qué hacerlo? La gente tenía miedo de los bombardeos. Seguramente debía haber algo... pero, muy poco.

- Durante la guerra, ¿la gente pasaba hambre?, ¿por qué?
- Sí. Porque no había casi nada para comer. Alguna vez, incluso, los civiles venían a comer de los soldados.

- ¿Los productos de consumo, eran fáciles de lograr?
- No. No había casi nada… Si alguien tenía algo lo guardaba, porque, como he dicho antes, aquello tenía más valor que el dinero.

2.3.- Vida cotidiana.

- ¿En caso de bombardeo, que hacía la población civil?
- Iba a los refugios: metro, sótanos e, incluso, trincheras hechas expresamente.

Madre mira al cielo recelosa, viendo como pasan los bombarderos en Euskadi. Fuente

- La población civil que no estaba a primera línea: gente mayor, niños, mujeres... ¿huyeron de las ciudades?
- Sí. Pero no por propio gusto, sino por urgencia. Por ejemplo, muchos de Tortosa huyeron a Girona, que estaba más lejos del frente.

- El número de nacimientos, supongo que disminuyó, teniendo en cuenta que casi no hubo matrimonios durante la guerra, ¿no es así?
- Yo pienso que los años 1938 y 39 fueron los que menos nacimientos hubo del siglo. Los hombres iban a la guerra y los que quedaban eran demasiado mayores o demasiado jóvenes. Aunque no lo puedo afirmar, porque desconozco las estadísticas, creo que tampoco hubo demasiados matrimonios.

- ¿Murió mucha gente civil?
- Sí, murió mucha gente... La única justificación para matar, para muchos, era simplemente que no tenían las mismas ideas.

- A parte de matar sólo por tener ideas diferentes, ¿piensas que también pudo haber factores de tipo más personal?
- Los factores personales tenían tanta importancia como los políticos. Cualquier motivo que hubiese era suficiente. Por ejemplo, este me debe dinero, ahora que tengo más fuerza… ¡lo mato!

- ¿A los lugares conquistados por Franco, hubieron muchas represalias?
- Mira Humbert… represalias, en las guerras, siempre hay. Tanto si eres de uno o del otro bando.

- Cambiando de tema. ¿Los espectáculos públicos siguieron igual, o quizás cogieron un cariz más político durante la guerra?
- No lo sé. Pero supongo que había mucha política. Yo de la guerra no recuerdo cines, bares, ni diarios... solo armas y tiros.

2.4.- Vida a la frente.

- ¿Y tú como pasaste la guerra?
- Mira, hijo, nada más hay que decirlo: ¡guerra!

- ¿Pasaste hambre?
- No, yo no. Nadie en el ejército pasaba hambre.

- ¿Quien hacía la comida para los soldados?
-  Lo hacían los cocineros de la tropa.

- ¿Podías dormir bien generalmente?
- De eso tampoco me puedo quejar... dormía suficiente.

- ¿A parte de Gandesa (que nos has dicho anteriormente), por donde te moviste?
- Por muchos lugares, estuve por Mollerussa y Gandesa... estuve en la Batalla del Ebro.
  
Infantería republicana al ataque, una vez vadeado el Ebro con éxito. Fuente

- ¿Estuviste más por el campo o por las ciudades?
- Yo no pisé, prácticamente, ninguna ciudad durante la guerra.

- Así pues, ¿tuviste poca relación con la población civil?
- No mucho.

- ¿Y quien defendía los pueblos en caso de ataque enemigo?
- Siempre había una parte del ejército destinada, pero reducida en los casos que conozco.

- Para terminar le entrevista y considerando que, actualmente, se te ha reconocido el grado militar de sargento republicano por méritos de guerra, ¿nos podrías explicar como ha sucedido?
- Bien, tú lo has dicho: por “méritos de guerra”... Durante el año 1938, hubo una cruda batalla con muchas muertes y muchas bajas de cargos militares. Los que quedábamos de a pie nos iban ascendiendo (sin más motivo que este): primero fui cabo y, después, sargento.

-Muchas gracias abuelo por tu sincero testimonio.
-Muchas gracias a ti, Humbert, por escucharme.


3.- Breve biografía del protagonista

Francisco Vaqué es mi abuelo materno. Tiene 75 años, está jubilado y es de religión católica.

Nació en Tortosa el 1915. A los 13 años, comenzó a trabajar como botones. A los 15 años ingresó en el Banco de Tortosa (que más adelante pasó a ser el Banco Central) donde trabajó hasta la jubilación, excepto el tiempo que estuvo en la guerra…

El año 1936, con 21 años, fue llamado para ingresar al ejército republicano. Durante la Guerra Civil fue nombrado cabo y, posteriormente sargento.

Terminada la contienda, se casó con su primera esposa: Maria Cinta. Desgraciadamente ella murió poco después durante el parto de su primer hijo que, también, falleció durante el alumbramiento.

En el año 1944 conoció a mi yaya Lucía, viuda de guerra, y se casó con ella ese mismo año. De este segundo matrimonio tuvieron dos hijos: Lucía, mi madre, y Francesc.

Al cumplir los 50 años le descubrieron un glaucoma, a consecuencia del cual quedó ciego de un ojo.

En el año 1972, se vinieron a vivir a Barcelona.

El año pasado, fue víctima de una embolia cerebral que le ha afectado la parte derecha del cuerpo y que, con gran fuerza de voluntad, poco a poco, ha ido venciendo.


4.- Reflexión

4.1.- Valoración de la actitud del protagonista durante le entrevista

Bien, creo que mi abuelo, durante la entrevista, ha tenido una actitud diferenciada ante las preguntas. Las podemos dividir en dos grupos: las preguntas más embarazosas, las ha rehuido respondiéndolas muy dignamente. Las cuestiones más banales, las ha contestado de forma más relajada. En general me ha sorprendido mucho la charla abuelo-nieto que hemos mantenido, hasta hoy nunca habíamos tenido una conversación tan profunda y delicada.

Durante la entrevista no ha mostrado contradicciones en sus razonamientos ni se ha mostrado partidista.

Sus problemas de expresión durante le entrevista y la poca extensión de sus respuestas, también es, en parte, a su dificultad comunicativa debida a la reciente embolia antes mencionada.

4.2.- Valoración de la actitud del entrevistador

El hecho de entrevistar a una persona mayor que ha vivido la terrible experiencia de una guerra y, que además, esta persona sea tu propio abuelo, es un trabajo dificultoso, porque nunca sabes si lo que le preguntarás afectará a su sensibilidad o le llevará recuerdos demasiado dolorosos.

Por ello, antes de registrar la entrevista, le leí todas las preguntas que le quería hacer, para así, poder consensuarlas.

4.3.- Valoración personal del período

El año 1936, durante la segunda República, tuvo lugar el golpe de Estado del General Francisco Franco. Eso desencadenó la Guerra Civil española.


 Vicente Rojo Lluch (Jefe del Estado Mayor de la República) y General Francisco Franco. Fuente

Nos podemos preguntar: por qué ganaron las tropas franquistas frente las republicanas… analicémoslo:

España, tras el golpe, queda dividida en dos partes: Castilla la Vieja, Navarra, la mayor parte de Aragón y de Andalucía bajo el bando franquista. Madrid y los litorales cantábrico y mediterráneo quedaran controlados por los republicanos.

Franco contaba con la mayoría del ejército de tierra y todo el de Marruecos español. Los republicanos contaban con la marina y con el ejército del aire.

A pesar de ser un conflicto nacional, también participaron otros países como Italia y Alemania, dando apoyo a los nacionales, y la URSS a los republicanos.

Desde un primer momento, las guardias de asalto, los carabineros y la guardia civil defendieron la república en frente los sublevados.

Teniendo en cuenta todos estos factores, parece que las fuerzas de los dos bandos estaban bastante equilibradas… incluso, puede parecernos, que los republicanos tenían una cierta ventaja... sin embargo quien ganó fue Franco, ¿por qué?

Creo que la respuesta no es fácil, podemos hacer miles de conjeturas... yo, personalmente, pienso que Franco (astuto y buen estratega) atacó la endeble república y la pésima situación político social que pasaba España en aquellos momentos. Supo imponer su poder por las armas… un poder, ampliamente respaldado por los poderosos países fascistas europeos que se aliaron con él. Finalmente, el resultado de esa guerra, fue una dictadura militar que duró casi 40 años y que privó a todo un país de sus libertades más legítimas.

Videomapa del avance franquista durante la Guerra Civil

Pero, por otra parte, también creo que si hubiese perdido Franco, la posguerra tampoco no habría sido nada agradable... En primer lugar: pudiera ser que se hubiese reinstaurado la república y, quizás, hubiese continuado la etapa de profunda crisis y caos que estaba antes de la contienda pero, aumentada por los desastres y represalias de la propia guerra… una España republicana nos hubiese obligado a entrar, de nuevo (y, solo, al cabo de seis años), a otro conflicto bélico: la Segunda Guerra Mundial. Otra posibilidad, en caso que el bando republicano hubiese ganado, es que: para frenar posibles nuevos alzamientos fascistas, se hubiese instaurado en España una dictadura (pero, en este caso, leninista)... En cualquier caso, esto nunca se podrá saber…

4.4.- Valoración del trabajo

Bien, ya a las postrimerías de este trabajo, creo que sería conveniente hacer una valoración global del mismo.

La Guerra Civil siempre ha sido un tema que me ha impresionado. Ver como tantas personas inocentes perdieron la vida por una causa que se hubiese podido solucionar por un camino de diálogo y responsabilidad política. Ver aquellas fotos, envejecidas por el tiempo, donde ves quien sabes tú… personas humildes y sencillas… instantáneas de tristeza, miseria y muerte...


Un hombre mayor calienta, en plena calle, un cazo con agua a unos niños. Fuente

También era para mí importante dar voz a una persona que tanto admiro y quiero como es mi yayo Paco... así como a su mujer (la yaya Lucía) y a mis abuelos paternos (José y María... descansen en paz): los cuatro sufrieron los horrores de aquella guerra.

Creo que ha estado una experiencia preciosa poder hablar con mi abuelo de un tema tan serio como este, un tema que ambos siempre habíamos evitado tratar… Es un lujo para todos poder contar con el testimonio vivo de una persona que convivió la nefasta experiencia de la Guerra Civil.

Por otra parte, también creo que a él le ha hecho mucha ilusión ser el protagonista… a todos nos gusta que nos escuchen y más si, el que lo hace, es su querido nieto.


5.- Bibliografia

PARRILLA, José Antonio
Del onze de setembre fins ara
Vol. 3 de Breu Història de Catalunya
Ed. NONO ART, Barcelona, 1979, 1ª Edición

PEREZ NAVARRO, Francisco
Nosotros los catalanes
Ed. PLAN, Barcelona, 1978, 1ª Edición

VV.AA.
Enciclopedia Universal del Periódico
Ed. PRIMERA PLANA (Grupo Z), Barcelona, 1989, Edición especial

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Me gustaría terminar con unas palabras del escritor cántabro: Ricardo Fernández de la Reguera (1912-2000), extraídas de su libro: “Cuerpo a Tierra”. Unas palabras que nos hablan de aquellos que les tocó vivir una guerra en España... de aquellos que la sufrieron... murieron... de "todos" aquellos, de un bando y otro, que la perdieron:


Soldados nacionales cantando para afrontar sus miedos y penas. Fuente

“Vosotros, los que no estuvisteis allí, no sabéis lo que son esos hombrecitos feos, mal vestidos, sucios, piojosos; esos soldaditos de poca estatura y de gran corazón; esos inocentes arrastrados a defender una causa que casi todos ignoraban; esa “carne de cañón”. No; no sabéis cómo se puede amar a esos hombres incultos, malhablados, groseros, y también sufridos y valientes, con los que se han vivido años terribles, con los que se ha reído, y se lloró alguna vez, y se los fue dejando a tantísimos, tendidos para siempre sobre los campos de la patria.”

¡Hasta pronto amigos!

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Por motivos personales, y de forma indefinida, dejo de escribir mis publicaciones mensuales en este blog.

El abrazo de un ángel a un desamparado
¡Volveré!, no tengáis ninguna duda...

Jos Racero - De Aquí al Infinito

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El siguiente escrito ha sido cedido por el blog: Música Crónica, de mi buen amigo David Monserrat. Y a sido transcrito íntegramente, a continuación.

David, muchas gracias por darle voz a "Las Piedras de la Ágora" en estos momentos de silencio personal:

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Jos Racero, compositor, intérprete y productor, pone su pop-rock al servicio del Ave Fénix que llevamos dentro, esa que permite levantarte para seguir luchando por alcanzar tus sueños. De Aquí al Infinito es su primer disco, un debut en el que rebosa pasión y espiritualidad a partes iguales.


En canciones como "Salta al vacío” o “Ven conmigo al infinito” nos anima a ser valientes en la vida; refleja la melancolía de los sentimientos perdidos en "No puedo hablarte" y “Corazones de carbón”, incluso hay lugar para el inconformismo ante la situación de crisis actual en "Hecho de cristal" y “Vive la realidad.

Momentos para la reflexión mística con “Renacer” y “Con tu voz” en busca de la dignidad y plenitud como ser humano; el pesar ante los vaivenes amorosos en el primer single “Qué casualidad” (ver siguiente vídeo), fuerza serena en la esplendorosa “Flor de Lis” y pura dulzura en la intimista “Sin tus alas”, donde la voz y el piano funden la melodía con el dolor por la pérdida del ser querido, en un final de álbum rebosante de emotividad.


El sábado 15 de febrero presenta De Aquí al Infinito con toda la banda en el Cabaret Berlín de Barcelona.

David Monserrat

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Hoy 16 de marzo, un mes y medio después de la publicación de este escrito y con "Las Piedras de la Ágora" (más o menos) normalizadas, he querido incluir una instantánea que me hice, junto a Jos Rancero, en un concierto acústico que realizó, este pasado día 5, en el B Hotel (de Barcelona). Concierto que tuve la suerte de asistir como enviado especial de Música Crónica.

Gracias Jos, por tu cordialidad y alegrar con tu voz nuestros corazones...
Gracias David, por tu incondicional apoyo...
Gracias a todos por esperarme... ¡he vuelto! ¡¡De Aquí al Infinito!!

Junto al cantante Jos, al final de su concierto acústico

Cinexin. La película debe continuar

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Después de 3 meses sin escribir, hoy regreso para tomar de nuevo las riendas de mi blog. Sí... hoy retomo mis publicaciones mensuales con un post no muy extenso y (quizás) poco profundo... Hoy, voy a reencontrarme con ese niño que abandonaron en las tinieblas de un Cinexin, para agarrarlo de su mano y volver a caminar juntos, en busca de la felicidad.

¡Comencemos!

El año pasado, para mi santo, una semana antes de Navidad, me regalaron un juguete añorado que tuve en mi infancia… un juguete que andaba buscando desde hacía algún tiempo: ¡el Cinexin!

Caja original de mi Cinexin

El ejemplar que conseguí se trata de la primera versión que lanzaron de este famoso proyector cinematográfico infantil. La misma versión que yo tuve a principios de los ochenta.

Mi Cinexin se encuentra con un estado de conservación inmejorable y está totalmente completo (con sus instrucciones, hoja de garantía, etc.). Junto al proyector venía una película en blanco y negro: “Popeye Esquiador Olímpico”, más tres películas a todo color: “Donald Campeón de Hockey”, “La Siesta de Goofy” y “Donald en Bicicleta”. Además, con todo este pack, me entregaron un set original con 6 bombillas Cinexin de recambio.

Contenido (completo) de mi caja de Cinexin
Al igual que hicimos con la publicación de Geyper hace unos meses (cuando hablamos de sus Juegos Reunidos), en esta ocasión también empezaremos este pequeño artículo, haciendo un poco de historia de la empesa Exin.


Exin

“Exclusivas Industriales Sociedad Anónima” (EXIN) fue una compañía española, fundada por Ramón Carroggio Socías. Apareció en 1951 y se dedicaba, inicialmente, a la fabricación de utensilios de plástico, pequeños electrodomésticos y juguetes… Con el paso de los años, su actividad acabó centrándose, únicamente, a la línea de producción juguetera.

Lamentablemente Exin cerró sus puertas en el año 1993. Tras su desaparición, la empresa Popular de Juguetes, se hizo con los derechos de fabricación. Esta empresa también quebró , tomando sus derechos, en 2010, Giro.

Entre los muchos productos que Exin lanzó al mercado, hubieron algunos que fueron verdaderas joyas y mitos como: el Madelman, el Exin Castillos, el Tente, el Scalextric o el que trataremos en esta ocasión: ¡el Cinexin!



Cinexin… ¡El Cine sin Fin!

1ª generación

En 1971, Exin presentó uno de sus juguetes más famosos y que se mantendría durante más tiempo en su catálogo general: el Cinexin. Se trataba de un proyector de películas para niños que usaba el formato cinematográfico de 8mm (también conocido como Doble 8). Esta primera generación se distribuyo con 2 referencias: la 300, las primeras versiones y la 0800, las posteriores (como la que yo dispongo).

Proyector Cinexin de 8mm (1971)   fuente
Este juguete nacía inspirado en otros proyectores aparecidos en otros países. De hecho, se trata de una réplica del “Easy-Show Movie Projector” (1968) de la marca británica Chad Valley Toy Company, distribuido por la empresa Kenner en Estados Unidos.

Easy-Show Movie Projector (de Kenner) con el que se inspiró el Cinexin   fuente
El Cinexin original incluía una lente condensadora en la misma bombilla del proyector. Estas bombillas eran de tipo gota lente de 3,7V y 0,3A e iban alimentadas 3 pilas LR-20/D.

Set original de 6 lamparas de recambio para el Cinexin
Su carcasa estaba construida con un material plástico naranja muy resistente y que contaba con un mecanismo de proyección manual que resultó clave de su éxito, pues era el propio niño quien decidía si hacer avanzar, retroceder o congelar la imagen.

Partes del proyector Cinexin (clicad para ampliar)   fuente
La pantalla de proyección venía incluida en la contratapa de la caja original, aunque se podía visionar sobre cualquier pared o superficie blanca.

Pantalla de proyección en el anverso de la tapa (con sus 2 pestañas para fijarla)
Las películas para este juguete se vendían por separado, inicialmente sólo estaban disponibles en blanco y negro. Iban enrolladas en una bobina sin fin, diseñada para evitar tener que rebobinar, lo que hacía más sencillo el juego. El enhebrado de la película, para esta primera generación, se hacía manualmente.

Película en blanco y negro (en bobina roja), más tres películas completas en color
2ª generación

Doce años más tarde de su debut, en 1983, Exin lanzó una versión mejorada de su juguete llamada: Cinexin Super 8, con la película protegida dentro de un casete, entre otras novedades.

Super Cinexin de Exin (1983)
3ª generación:

Tras la desaparición de Exin en 1993, la empresa Popular de Juguetes, a finales de los noventa, rescató la idea reeditando nuevos modelos deCinexin.

Cinexin de Popular Juguetes (finales de los 90)

En 2007, por motivos económicos, también tuvo que cerrar la juguetera Popular Juguetes.

4ª generación:

Ya en otoño del 2010, la empresa GIRO presenta el Cinexinde cuarta generación en tres variantes: Princesas, Disney clásicoy Toy Story. Compactos y de costes más económicos.

Los tres modelos de Cinexin de Giro (2010)

Para terminar, me gustaría que todos volviéramos a ser niños por unos instantes. Me gustaría que nos sentásemos en el suelo, cerrásemos las luces y encendiéramos la cálida lámpara de nuestro Cinexin.

Envueltos por su áurea mágica y con el ambiente cargado de inocentes risas y olor ganchito y Fanta; la película arranca trazando ilusiones en nuestras atentas miradas. El "traca-traca" del rotor va fusionándose con el de nuestros propios corazones. Los fotogramas pasan, delante de nosotros, alegres y despreocupados... Van pasando... alegres y despreocupados, a pesar de la infinita tristeza que me va embargando y cegando.

¡Despierto!, vuelvo a ser mayor... vuelvo a estar solo en la solitaria habitación... Mientras tanto, la película sigue impasible delante mis desenfocados ojos… sigue, ¡sin fin!

Niños aplaudiendo al final de la proyección, en el anuncio de Cinexin (años setenta)
Espero que os haya gustado. Espero vuestros comentarios. Espero que os hagáis seguidores de las Piedras de la Ágora

¡Gracias a todas y todos por vuestro apoyo en estos momentos!


Ajedrez a tres… cuando dos son minoría

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En esta ocasión hablaremos de ajedrez... sin duda alguna, mi juego de sociedad preferido.

El ajedrez considero que debería ser un objeto indispensable en cualquier casa y que todo el mundo tendría que saber jugarlo o... al menos, saber mover sus piezas. J


"Ajedrez Giacometti" del artista barcelonés Jordi Pascual Morant
El ajedrez es un juego con muchísimas variantes: en este artículo nos centraremos en uno de los tipos más importantes: las pensadas para ser jugadas por tres jugadores simultáneamente y en un mismo tablero.


Tipos de ajedreces para tres jugadores 

Ajedrez hexagonal de Filek

El primero que citaremos lo inventó el polaco Jacek Filek. Se juega en un tablero de forma hexagonal:

Ajedrez hexagonal de Filek  Fuente
Este es el modelo que yo dispongo y con el que profundizaremos, en detalle, en este artículo.
  
Ajedrez a tres bandas

El segundo modelo también lo inventó el doctor Jacek Filek y se trata de un tablero con tres bandas bien definidas para cada jugador:

Ajedrez a tres bandas  Fuente
A pesar de la forma diferente de los dos tableros de Filek, las reglas de juego son las mismas en ambos casos.

Ajedrez hexagonal de Glinski

Otra variante muy popular es el ajedrez para tres jugadores de Glinski:

Ajedrez hexagonal de Glinski  Fuente
Como podemos ver, también se presenta en un tablero en forma de hexágono pero, en este caso, las casillas siguen una trama tipo panel de abeja. Las reglas para esta variante del ajedrez, podéis consultarlas al siguiente enlace de Wikipedia.

Ajedrez circular

Los ajedreces de tipo circular son otra variante muy interesante. También existen modelos para poder ser jugados por tres personas a la vez:

 
Ajedrez circular  Fuente
Como podemos observar, en el centro del tablero tenemos una circunferencia de un tono diferente: se trata de un espacio por donde las piezas podrán circular pero no podrán pararse. También se ven un montón de líneas superpuestas en forma de gota: sirven para definir los movimientos diagonales (por ejemplo para los alfiles). Otro detalle curioso del tablero son unas pequeñas barreras verdes (pintadas junto a las torres): están puestas allí para tener una referencia de cómo colocar nuestro grupo de piezas al comienzo de la partida y para evitar que las torres puedan capturar a sus adyacentes de forma directa.

Para jugar, las reglas son las mismas que las de un ajedrez convencional, pero el movimiento de las figuras se deberá adaptar a la forma redonda del tablero: las torres se mueven en círculos concéntricos o diametralmente (atravesando el centro del tablero), los alfiles se mueven en diagonal (siguiendo las citadas líneas en forma de “gota”), los caballos saltan igual (2+1 o 1+2), los peones avanzan en líneas diametrales (saltando el círculo central) y capturan en diagonal y la reina y el rey combinan los movimientos de torre y alfil.

Ajedrez triangular

La última variante que os mostraré (seguramente hay muchas más) es el ajedrez para tres jugadores con casillas de forma triangular:

 
Ajedrez triangular  Fuente
Este modelo es el único que os expongo que desconozco sus reglas, aunque se pueden intuir facilmente.

Ajedreces para más de tres jugadores

Existen otras variantes de ajedrez para ser jugadas por un número ilimitado de personas (4, 5, 6…) participando todos en un mismo tablero. Como es de imaginar: cuantos más jugadores, mayor va ser la complejidad de los tableros y del propio desarrollo del juego.

Ajedrez para cuatro. Es la única variante "multioponente" que conserva el tablero ortogonal  Fuente

Ajedrez para tres jugadores

Presentación

Ya hace años que conocía la existencia de los ajedreces para tres jugadores. Pero no fue hasta hace poco, que me puse a buscar por Internet, y encontré en venta el modelo hexagonal de Jacek Filek.

Set completo de mi ajedrez hexagonal de Filek

El mío es una edición de madera de 45 centímetros. El tablero es abatible mediante unas bisagras y se convierte en una lujosa caja (forrada de terciopelo) donde se guardan los tres equipos de trebejos.

Piezas guardadas al interior del "tablero-caja"

Preparación del juego

El tablero tiene forma de hexágono y presenta 96 casillas irregulares. Si nos fijamos, en sus 6 lados, alternan marcas con letras (de la A a la L) con números (del 1 al 12).

Se utilizan tres equipos: blancas, negras y… ¡rojas!, con las mismas 16 piezas que se usan en un ajedrez convencional.

Los trebejos rojos se sitúan en el lado A-H del hexágono, los blancos en el flanco L-A y los negros en el costado H-L. Los jugadores blanco y negro montan sus fichas con la misma posición inicial que en el ajedrez clásico, el jugador rojo puede elegir si colocar la reina a la derecha o a la izquierda del rey.

Comienzan las rojas y se juega por turnos (siguiendo el sentido de las agujas del reloj). Se utilizarán las mismas reglas que un ajedrez convencional.

Posición inicial del ajedrez hexagonal de Filek

Movimiento de las piezas

El movimiento de las piezas sobre el tablero es idéntico al ajedrez clásico, pero habremos de tener en cuenta 2 factores:

La forma hexagonal del tablero, distorsiona la forma regular de sus casillas. Esto provocará que las trayectorias de las piezas no sean rectilíneas (como pasa en el ajedrez convencional) y que se arqueen o se formen ángulos.

Por otra parte, la simetría trigonal del tablero, hace que en su centro de forme un punto triple con casillas blancas y un punto triple con negras… Esto nos dibuja una curiosa estrella de seis puntas (marcada en la imagen siguiente) que afectará el movimiento de las piezas cuando pasen o estén en ella.

Detalle de la "estrella central" del tablero (con sus puntos triples blanco y negro)
Dicho todo esto, comencemos mirando el movimiento de la torre (ya que es el más sencillo de entender). Su desplazamiento es de la misma forma que haríamos en un ajedrez convencional: movimientos en horizontal o vertical.

Debido a la forma del tablero, al cambiar de cuadrante, tendremos un pequeño giro en su trayectoria.

El movimiento de la torre es el único caso que no le afecta las casillas de la “estrella central”.

Movimiento de las torres
El movimiento del alfil es, como siempre, en la diagonal de su color.

Si la trayectoria pasa por el centro de la estrella central, al haber un punto triple, tendremos la posibilidad de escoger cual de los 2 caminos queremos seguir.

Movimiento de los alfiles
El desplazamiento de la reina, al igual que en el ajedrez clásico, es una combinación del movimiento de una torre y un alfil.

Movimiento de la reina
El desplazamiento del rey es en todas las direcciones avanzando una única casilla. Una vez más, si se encuentra en la posición de la estrella central, ampliará sus movimientos debido al punto triple.

Movimiento de los reyes
Los peones se mueven de la misma forma que lo harían en un tablero clásico: avanzan hacia su casilla delantera una unidad (en la de salida pueden desplazarse dos unidades).

La captura también es una casilla en diagonal. Si el peón se encuentra en el punto triple, podrá capturar hacia las 2 direcciones de este punto.

Movimiento de los peones
Por último, el movimiento del caballo, a priori es el más complicado de ver. Para entenderlo (como hacemos en el ajedrez convencional) debemos desplazarlo horizontalmente/verticalmente, desde su posición, 2+1 o 1+2 casillas. Nos deberían salir (como mucho) 8 posiciones:

Movimiento del caballo
Pero si el caballo se encuentra en la estrella central del tablero y seguimos "su regla de movimiento", aparecerán 2 posiciones más:

Movimiento del caballo (dentro de la estrella central)

Desarrollo de la partida

Al jugar tres personas a la vez, provoca que cada jugador tenga que preveer los movimientos de los otros dos contrincantes. Es decir, los jugadores no sólo deben concentrarse en su propio ataque y defensa doble... sino que, también, deben estar muy atentos a los movimientos que los otros jugadores se hacen entre si.

Esta variante del ajedrez provoca complejos factores de índole psicológico: es totalmente lícito realizar alianzas y romperlas cuando sea intencional o ventajoso para nosotros… ¡todo vale!, incluso la traición… ¡Sólo puede ganar uno!

A diferencia del juego convencional, en el ajedrez para tres jugadores, tenemos que capturar (comernos) al rey enemigo. Porque un jaque mate no garantiza que ganemos la partida, ya que el tercer jugador debe, si puede, evitarlo.


Modalidades de juego

Existen tres modalidades de juego, dependiendo de cómo acabemos la partida tras el primer jaque mate:

  1. La más habitual es que, tras un jaque mate, si ni el jugador amenazado ni el tercero pueden evitarlo en su turno siguiente, el atacante capturará el rey jaqueado, ganando automáticamente la partida. Los otros dos contrincantes la pierden por igual.
  2. Otra modalidad es que, tras la captura del rey, el juego continúa. Pero el jugador que ha realizado el jaque mate con éxito, toma el mando de los trebejos del vencido, uniéndolos junto a sus propias piezas, y continúa con todo el bloque contra el tercer jugador.
  3. Y, en el tercer caso, tras la captura del rey, los dos equipos supervivientes continúan jugando, cada uno con sus propias fichas. Pero se dejan inmóviles, sobre el tablero, las piezas restantes del jugador eliminado. Estas servirán de barreras para nuestras estrategias y pueden ser eliminadas, capturándolas de forma normal.
Espero que os haya gustado este escrito sobre el ajedrez a tres, espero vuestros comentarios, espero que os hagáis seguidores del blog.

¡Hasta el próximo mes!

Comenzar de cero… Barcelona Ruta 0-564

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¡Ocurrió!

A todos nos parecía imposible que pudiera suceder... ¡pero ocurrió!

Esa nave invencible, ese buque insignia, ese lujoso barco indestructible… ¡Se quebró en mil pedazos!

Se quebró súbitamente, sin previo aviso… Se quebró por donde nadie podía preverlo ni protegerlo: ¡desde su propio interior!

Se quebró esa noche de Navidad: mientras las luces rutilaban, cálidamente… mientras la orquesta sonaba, alegremente... hasta el fin...

¡De repente!

Una negra y gélida agua empezó a colarse por doquier: ahogando mis encandilados sueños, amarando mi mar de lágrimas, apagando mi faro vital.

El agua entraba ya a borbotones… sin freno ni achique… ¡sin compasión! El agua lo inundaba todo, inundaba hasta los inquebrantables cimientos de mi quebrado corazón.

Bregué con todas mis fuerzas, intentando en vano enderezar el rumbo... busqué desesperadamente un fondeadero, una ensenada donde poder atracarlo... pero el naufragio iba tomando forma, como la peor de mis pesadillas...

¡Os lo juro!, mi vida hubiese dado por salvar a ese bello navío... pero la brecha era demasiado grande para un solo marinero…

¡Derrotado!, caí rendido en la cubierta... ¡Impotente!, me abracé a su mástil... ¡Horrorizado!, vi como se iba hundiendo mi bello navío... hasta al fondo de los avernos… y, junto a él, también me iba hundiendo yo...

¡Infinito dolor! Frío, frío… y aún más frío... Y al final:

Silencio...

No se cuanto tiempo transcurrió. Mis restos fueron arrastrados a la deriva, hasta las playas de mi ciudad natal, y allí quedaron inertes en la orilla.

¡Desperté!

Malherido recogí, con dignidad, los despojos de mi alma anegada. Ya nada quedaba de esa preciosa embarcación… estaba solo, sobre la arena.

Mi mirada se perdió en el horizonte, ahora en calma... a pesar de todo...

¡Estaba vivo!

Mirando hacia el horizonte, desde la orilla de la platja de la Barceloneta

Con gran pena le di la espalda al mar y contemplé Barcelona desde la orilla.

Allí, como telón de fondo de mí mirada, vislumbré la Serra de Collserola… allí, altiva, estaba su cima: ¡el Tibidabo!

Quedé absorto mirándola, con mis pies aun en la orilla. Entre mis silencios, me pareció oír gralles y tabals en la cumbre… me pareció atisbar a un aguerrido grupo de castellers que querían tocar el cielo... querían subir, todavía más alto que la propia montaña...
  
Colla Castellera Jove de Barcelona en el Tibidabo, bajo la "Avioneta" (13/04/2014)

Su fuerza, su ilusión, su coraje… ¡me cautivó! ¡Tenía que ir con ellos!

A pesar de mis profundas heridas, tenía que empezar a caminar hacia arriba… tenía que llegar, de nuevo, a la cima.

Era consciente que sería un largo camino… que sería una inacabable cuesta... Era consciente de lo duro que es siempre...

¡Comenzar de cero!


Ruta 0-564 de Barcelona

La presente ruta se realizó el 16 de abril de 2014. Me acompañó Robert Guinovart: mi buen amigo, compañero de andanzas y habitual de la sección “Excursiones” de Las Piedras de la Ágora.

La cima topográfica del Tibidabo son 512 metros, pero existen construcciones humanas que sobrepasan esta cota.

Esta excursión sube hasta la parte “visitable” más alta de la ciudad de Barcelona (a 564,63 m): el mirador, construido bajo la imagen del Sagrado Corazón, del Templo Expiatorio del Tibidabo.

Vista del Sagrado Corazón del Tibidabo desde su mirador a 564,63 metros

Nota.- La Torre de Collserola es el edificio más alto, sobre el nivel del mar, de la ciudad de Barcelona; pero la zona de visitas de esta gran torre de telecomunicaciones, está 4 metros por debajo del mirador del Santo Cristo del Tibidabo (dato facilitado por el ascensorista de la basílica).

Así pues, esta ruta, va desde la cota más baja de la ciudad (la orilla de la playa de la Barceloneta) hasta el punto más elevado donde pueden llegar nuestros pies (el pequeño balcón del Sagrado Corazón). Transcurre siguiendo una trayectoria bastante recta, por algunos de los lugares más emblemáticos de Barcelona.

Este escrito lo quiero dedicar a todos mis compañeros de la Colla Castellera Jove de Barcelona. Gran grupo humano que, desde el primer instante, me acogieron y me dieron afecto e hicieron más llevadera la navegación, en estos momentos de marejada...

Los textos, mapas y fotos que aparecen son propiedad de “Las Piedras de la Ágora”. Las dos imágenes de “castellers”, han sido cedidas por Claudi Dómper (fotógrafo de de la colla). Poneros en contacto si necesitáis compartir alguna de esta información.

Ruta 0-564 de Barcelona
Plano general de la excursión (clickad encima para ampliarlo)

  • Tiempo:3 horas
  • Distancia:11 kilómetros
  • Desnivel: +564,63 metros (30 metros se hacen con ascensor).

Perfil topográfico de la ruta
Altura (en metros) - Distancia (150 puntos de control, para 11 km)

  • Dificultad: Baja-media. La mayor parte de la excursión es un paseo urbano (donde encontraremos paradas de transporte público constantemente, por lo que se puede abandonar la travesía en cualquier momento o hacerla por etapas). El último tramo es senderista pero bien marcado.
  • Agua: Tenemos fuentes, bares, tiendas de alimentación en todo el recorrido.
  • Equipamiento: Hay que ir bien calzado y con ropa cómoda. Es recomendable disponer de un mapa o guía de calles de Barcelona.
  • Aproximación:Para llegar a la platja de la Barceloneta, podemos hacerlo con la Línea 4 del Metro, bajando a la parada de la “Barceloneta”. Tomamos todo el Passeig de Joan de Borbó que nos llevará a la playa, cerca del Edifici Vela.

Cronología, altimetría y descripción del itinerario:

0 min. (0 m) Orilla de la platja de la Barceloneta

Comenzamos desde la misma orilla de la platja de la Barceloneta(dejemos que el agua roce nuestros pies), ¡estamos a cota cero!

Sal y arena en mis zapatos: en la orilla de la playa de la Barceloneta

Ante nosotros, el mar Mediterráneo… nos giramos y contemplamos el barrio marinero de la Barceloneta, comenzamos a caminar sobre la arena, travesando transversalmente toda la playa.

Llegaremos a la plaça del Mar. Si miramos al frente (un poco hacia la derecha) veremos el Port Vell de Barcelona, vamos hacia él.

De camino al puerto pasaremos por la plaça de Miquel Tarradell donde ya avistaremos el Tibidabo, alejadísimo tras la gran ciudad… ¡hacia allí nos dirigimos!


En Robert a la plaça de Miquel Tarradell, detrás el Port Vell y, al fondo, ¡el Tibidabo!

Seguimos paralelos por el Moll de la Barceloneta hasta llegar al Palau de Mar, donde encontramos el Museu d’Història de Catalunya.

Bordeamos por la derecha este bello edificio de obra vista y continuamos siempre en línea recta hacia Pla del Palau, pasando por el lado de la Facultat de Nàutica y cruzando el passeig d’Isabel II.

Arribaremos al Barri Gòticde Barcelona. Allí tomaremos el carrer dels Canvis Vells hasta el cruce con el carrer de l’Anisadeta, donde ya podremos admirar la impresionante iglesia gòtica de Santa Maria del Mar.

Fachada principal de Santa Maria del Mar desde el carrer de l’Anisadeta

Desde la plaça de Santa Maria, frente la misma iglesia, tomamos el carrer de l’Argenteria hasta la Via Laietana.

30 min. (13 m) Plaça Sant Jaume

Cruzamos Via Laietana y continuamos por el carrer de Jaume I hasta la plaça de Sant Jaumedonde se encuentran los edificios de la Generalitat de Catalunya y del Ajuntament de Barcelona.

En Robert posando frente la fachada de la Generalitat de Catalunya

Desde la plaza Sant Jaume seguimos por el carrer del Bisbe (a la derecha de la Generalitat) veremos que la calle sube ligeramente: estamos ascendiendo al Mont Tàber(un horst miocénico de la llanura cuaternaria de Barcelona). En la cima de esta pequeña elevación (de 16,9 metros) se asienta la Catedral de Barcelona. En nuestro recorrido (en el punto más alto del carrer del Bisbe) tenemos la entrada de Santa Eulàlia al claustro de la catedral.

Hecha una respetuosa parada frente la imagen de la copatrona de Barcelona, (representada en la mandorla o tímpano de la entrada) seguimos ahora bajando por el carrer del Bisbe hasta la plaça Nova.

Seguimos recto, por el carrer dels Arcs, no sin antes girar nuestra mirada hacia la derecha para contemplar la fachada principal de la Catedral de Barcelona. El carrer dels Arcs hace una L y desemboca al Portal de l’Àngel que seguimos hacia nuestra derecha.

45 min. (19 m) Plaça de Catalunya

Nuestros pasos por este bullicioso paseo comercial nos llevarán hasta la Plaça de Catalunya (en el centro de la ciudad). La travesamos diagonalmente, pasando por su centro, donde hay trazada una enorme Rosa de los Vientos.

En el mismo centro de la Plaça de Catalunya, rodeado de sus sociales palomas

Cruzada esta importantísima plaza, llegaremos a la Rambla de Catalunya. Recorreremos este plácido paseo, de punta a punta, travesando todo el Eixample de Barcelona, desde Ciutat Vella fins la Vila de Gràcia.

Paseo central de la Rambla de Catalunya (con el Tibidabo al fondo)

1 hora 10 min. (45 m) Cruce Rambla de Catalunya - Diagonal

Finalmente, la Rambla de Catalunya nos llevará a la avinguda Diagonal. La cruzamos y la bajamos unos metros hacia la derecha, hasta el cruce con el carrer de la Riera de Sant Miquel. Subimos por esta calle hasta llegar al carrer de Sant Gabriel.

Reposando junto a una fuente municipal en la Riera de Sant Miquel (Vila de Gràcia)

La calle de Sant Gabriel (pasado el Mercat de la Llibertat) pasa a llamarse carrer de Benet Mercader… Continuamos por él hasta la Rambla de Prat, donde giraremos a la izquierda, hasta la avinguda del Princep d’Asturies: allí encontramos un bonito ejemplar de algarrobo (Ceratonia siliqua), en el mismo chaflán, al lado de los “Cines Bosque”.

A la sombra de un algarrobo, entre el barri de Gràcia y el de Sant Gervasi

1 hora 25 min. (65 m) Cruce Rambla de Prat – Príncep d’Astúries

Travesamos la avinguda del Príncep d’Astúries y la bajamos unos metros hasta encontrarnos con el carrer de Saragossa. Subimos toda esta larga calle hasta el final... estamos ya en el barri de Sant Gervasi.

La calle Zaragoza nos llevará a la Ronda General Mitre, la cruzamos, y seguimos por ella hacia la izquierda (pasando por els Jardins de Josep Amat) hasta la confluencia con el carrer de Balmes.

Cruce de la Ronda General Mitre con el carrer de Balmes

1 hora 35 min. (95 m) Cruce Ronda General Mitre - Balmes

En la calle Balmes, comenzamos a subir (por su acera izquierda) hasta llegar a la plaça de John F. Kennedy, donde podremos ver el mítico Tranvia Blau. Cruzamos el passeig de Sant Gervasi y caminamos por él unos metros hacia la izquierda, pasando por delante de la entrada dels Jardins de la Tamarita.

Fuente a la entrada dels Jardins de la Tamarita, en el passeig de Sant Gervasi

Proseguimos unos metros más por el paseo de Sant Gervasi hasta llegar al carrer del Cister. Lo tomamos caminándolo hasta el final (a media subida veremos que la calle hace un quiebro). Llegaremos a una explanada con el Museu de la Ciència a nuestra derecha.

1 hora 50 min. (180 m) Museu de la Ciència (fachada noroeste)

Contemplando la fachada noroeste del Museu de la Ciència  (Cosmocaixa)

En este punto abandonamos definitivamente nuestro paseo urbano y comienza la excursión montañera propiamente dicha, hasta la cima de la Serra de Collserola.

A continuación tenemos una ortofoto con el detalle de la ascensión senderista y los puntos de mayor interés de la subida:

Detalle del tramo senderista (clickad encima para ampliarlo)

Pues bien, nos giramos (dejando el Museo de la Ciencia a nuestras espaldas) y nos fijamos con la explanada que tenemos ante nosotros (donde suelen aparcar autocares). Veremos que al fondo hacia la derecha, hay unas escaleras de madera que suben el terraplén de césped… vamos, las superamos y llegaremos al carrer de Manuel Ramón.

Tomamos esta calle hacia la izquierda y (a unos ciento cincuenta metros) veremos, a nuestra derecha, un sendero muy marcado que sube la vertiente… Lo cogemos y rápidamente llegaremos a una antigua cantera, convertida en un circuito de enduro de dudosa legalidad. A la izquierda de la cantera vemos como el sendero comienza a enfilarse haciendo zig-zag: hacia allí hemos de ir… no nos perdamos por las trialeras más marcadas.

Vamos subiendo haciendo cómodas lazadas, rodeados de campos de cultivo abandonados, con testigos vivientes como: almendros (Prunus dulcis), olivos (Olea europaea), algarrobos (Ceratonia siliqua), higueras (Ficus caricia), chumberas (Opuntia ficus-indica), etc.

Subiendo los primeros metros de sendero, entre almendros descuidados y maleza

Si nos fijamos con la geologíade este primer tramo senderista, tenemos también aspectos muy interesantes a destacar:

  • Estamos cruzando un batolito granítico: observaremos muchos afloramientos de sauló o granito alterado.
  • Podremos “tocar” algún contacto de esta antigua cámara magmática granítica con la roca encajante original (esquistos paleozoicos, básicamente) dándonos el típico moteado de recristalización por metamorfismo de contacto.
  • También veremos buenos afloramientos de esquistos y pizarras, con la presencia de intercalaciones de vetas de cuarzo lechoso.

Estudiando el plegamiento de las vetas de cuarzo en los esquistos paleozoicos

2 horas 20 min. (275 m) Carretera de les Aigües

Continuamos nuestro serpenteante camino hasta llegar a la Carretera de les Aigües. La cruzamos y continuamos por sendero que sigue por el otro lado de la pista.

A partir de ahora la vegetación cambia: dejamos los antiguos campos de cultivo y comenzamos a transitar por un bosque de pino blanco (Pinus halepensis).

Barcelona entre los pinos… Robert descansando cerca de la Carretera de les Aigües

Caminando sin pérdida, por este andurrial, pronto llegaremos a otra pista forestal: se trata del Camí de Barcelona a Vallvidrera.

La tomamos hacia la izquierda, dejando atrás el cruce con el camí a Can Borni. Enseguida veremos, a la derecha, justo en una curva cerrada, como sale un empinado sendero al Observatori Fabra (esta señalado)… lo cogemos y comenzamos la fuerte subida.

Sendero al Observatori Fabra, entre espesa vegetación

2 horas 40 min. (420 m) Camí a l’Observatori Fabra

Un rato más tarde, llegaremos a una carretera asfaltada: es el camí a l’Observatori Fabra… lo cruzamos y seguimos por la sendera que vemos al otro lado.

Tomando la sendera, una vez cruzado el camino asfaltado al Observatori Fabra

No tardaremos en llegar a otra carretera asfaltada al lado de un puente: es la carretera a Vallvidrera, la BV-1418, en su cruce con la vía del funicular del Tibidabo. También la travesamos y, justo al otro lado, tomamos otro ascendente sendero.

Robert, una vez cruzada la BV-1418 (a la derecha: el puente del funicular)

Este sendero nos trasladará a un tercer camino asfaltado: es el acceso a una de las entradas secundarias del Parc d’Atraccions del Tibidabo… nosotros lo tomamos hacia la izquierda, llegando pronto al parking del parque de atracciones. Una vez allí, giramos a la derecha, tomando el camí de Vallvidrera al Tibidabo (por su acera).

Parc d’Atraccions del Tibidabo desde el camí de Vallvidrera al Tibidabo

2 horas 55 min. (501 m) Plaça del Tibidabo

Ya sin pérdida, vamos subiendo por este camino asfaltado (¡ojo con los coches!) y, en pocos minutos, llegaremos a la plaça del Tibidabo: donde se encuentra la entrada principal al parque de atracciones y donde se asienta el neogótico Templo Expiatorio del Tibidabo.

Templo Expiatorio del Tibidabo, construido en la cima de la Serra de Collserola

Subimos la escalinata principal y entramos por la puerta inferior de esta iglesia modernista. Dentro la basílica, avanzamos en silencio y respeto por la izquierda, hasta la sala del ascensor. El ticket vale 2 euros por persona (año 2014) y nos elevará unos 30 metros hasta una amplia terraza ubicada sobre el rosetón central del templo.

¡Todavía no hemos llegado a la cúspide!, para subir al pequeño mirador situado a la base del “Cristo Redentor” de Barcelona, tendremos que ascender por 140 escalones en diferentes tramos de escalinatas.

3 horas (564,63 m) Mirador del Sagrat Cor del Tibidabo

¡Al final llegaremos!, ¡al final estaremos al punto más elevado de la ciudad de Barcelona!, ¡estaremos a 564,63 metros de altitud sobre el nivel del mar! ¡Lo habremos conseguido!

¡A disfrutar de las vistas!

Junto a Robert en el mirador, al fondo la Barceloneta y todo el trecho recorrido

Para regresar a la ciudad, podemos coger el Funicular del Tibidabo o los diferentes autobuses que hasta la cima suben.

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Y yo… todavía con arena de la playa en los pies, busco con anhelo als castellers que avisté desde la Barceloneta.

¡Allí están!, en lo más alto de la ciudad... la ciudad que, con honor, llevan su nombre bordado. ¡Allí están!, con su valiente aixeneta levantando el brazo hasta el firmamento…

Tímidamente me acerco a ellos… Entre gestos de afecto y sinceras sonrisas me siento incondicionalmente acogido… Con orgullo me visto su camisa y me ajusto la faja: ya soy uno más... ¡ya soy de la Jove de Barcelona!

"Fuerza, equilibrio, sensatez y valentía", esta es la esencia que debe tener un buen casteller... esta es la esencia que debemos aplicarnos -¡siempre!- a nuestras vidas.

Todos juntos haremos pinya... todos juntos haremos alto, firme y seguro nuestro "castell"...

Hoy vuelvo a estar en la cumbre, feliz entre esta extensa marea grana de fraternidad y compañerismo.

Celebrando con júbilo (en el centro) el final de diada al Tibidabo (13/04/2014)
¡Hoy volveré al mar! A ese mar... antaño de dolor y tristeza. Hoy volveré al mar, pero no lo haré solo: volveré acompañado por este grupo de curtidos "piratas" de los cielos.

Hoy, como un grumete más... Hoy, con mi corazón ya en calma... subiré ufano a su hercúleo navío y cantaré dichoso su radiante himno...

Todos juntos... ¡Marineros!

"Mariners", himno de la Colla Castellera Jove de Barcelona (clickad encima para ampliarlo)
Espero que os haya gustado la excursión. Todo parecido con la realidad es pura coincidencia. ;-)

¡Gracias a todos!

El macuto del geólogo

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Ya entrados en el mes de junio, acabando este primer semestre de 2014… aún me quedaba por publicar, en este blog, el escrito sobre “Geología” (uno de los 6 apartados que componen Las Piedras de la Ágora). Y… organizando mi vida, me topé con mi viejo macuto de geólogo: ¡cuantos recuerdos! Lo abrí y vi todas mis cosas allí metidas… me quedé pensando: ¿por qué no compartirlas con todos vosotros?

Imagen divertida de un geólogo y... su repleto "macuto" Fuente

La Geología es una ciencia multidisciplinar… Pienso que, los que nos dedicamos a ella, a parte de nuestra especialidad, deberíamos formarnos (siempre) de todas las otras materias que la componen.

Por otra parte, bajo mi punto de vista, un buen geólogo no sólo debe tener la mente abierta y racional del científico… también tiene que disponer de la sensibilidad y creatividad del “artista” y de la empatía y elocuencia del “pedagogo”.

Esto lo digo porqué la Geología no es una ciencia exacta: debemos evaluar y sacar conclusiones a partir del análisis de unas rocas o sedimentos depositados, generalmente, hace millones de años... Debemos tener mucha imaginación (siempre basada con un gran conocimiento por la materia y un exquisito rigor científico), saber interpretar nuestras “pistas de campo” (a veces pocas y confusas), extrapolarlas mentalmente, diseñar gráficamente y por escrito una teoría, donde podremos sacar datos y conclusiones. Y todo esto, deberíamos ser capaces de explicarlo (y que lo entienda): no tan sólo un sabio catedrático… sino, también, un niño de 10 años.

La polifacética labor de un geólogo se puede desarrollar en diferentes ambientes de trabajo: en una oficina, en un laboratorio, en un una aula… pero nuestro emplazamiento natural es, sin duda alguna: ¡el campo!

Dando una clase en la ruta geológica del Boquerón de Estena, P. N. Cabañeros (Ciudad Real), 2012

Para el trabajo de campo, los geólogos, necesitamos algunos objetos específicos. Yo, con más de 20 años de bagaje (entre carrera y profesión), como os podéis imaginar he ido acumulando algunos cuantos en mi viejo zurrón…

La mayoría de estos instrumentos son algo “rupestres” y… muchos de ellos, fabricados por mi mismo. Actualmente, los he ido reemplazando por otros más modernos, precisos y/o basados con las nuevas tecnologías... De todas formas, quiero mostrároslos igualmente: porqué su manipulación (metódica y precisa) nos da un mayor aprendizaje sobre su función y nos hace razonar para que fin lo estamos utilizando.

Bien, sin más preámbulos, abramos ya el viejo macuto, desempolvémoslo y fijémonos con los 20 objetos que contiene su interior:


1.- Martillo de geólogo

Comencemos por el martillo…sin duda, ¡el verdadero símbolo de un geólogo!

Mi martillo monobloque Estwing (con su empuñadura forrada de cuero)

Se trata de una herramienta indispensable, ya que para recoger muestras de un afloramiento (roca o sedimento), debemos tomar siempre un ejemplar representativo de corte fresco e inalterado. Picar con otra piedra no es una manera de obrar muy profesional… prometido: ¡lo he visto!

Hay varios modelos de martillos... y también de mazas o cinceles de geólogo. Pero, el más usual, es el clásico martillo de la marca americana Estwing. Por cierto, en España, tenemos los Bellota: más económicos, pero más frágiles debido a su quebrable empuñadura de madera.

Martillo de geólogo de la marca Bellota Fuente

Los martillos geológicos se diferencian, de los otros tipos, por la aleación especial que ha sido templado su metal, con la cual podremos golpear con eficiencia, prácticamente, cualquier tipo de roca.

Para usar el martillo, deberemos ponernos los siguientes elementos de protección individual: cascos auditivos, gafas de protección y guantes de trabajo (¡ya lo sé!, casi nadie lo hace… pero esto no nos exime de que es necesario para nuestra seguridad).

El resto de objetos que os mostraré de mi viejo zurrón, no precisarán de ningún EPI en concreto. Pero recordad de usar, ¡siempre!, la protección que corresponda según el lugar donde estéis trabajando, por ejemplo: Si andáis cerca de una carretera, vestiros con chalecos reflectantes… o, si vais a una obra, preguntad al técnico en prevención de riesgos laborales (o al encargado) que protecciones tenéis que poneros… tened siempre a mano: un casco de obra, un chaleco reflectante y unas botas de seguridad.

El martillo de geólogo se puede considerar un arma blanca. Recomiendo llevarlo discretamente (siempre protegiendo su puntiagudo extremo) escondido dentro de nuestra mochila o maleta y, junto a él, llevar nuestro carnet de estudiante o el de geólogo profesional.


2.- Brújula

La brújula es otro objeto indispensable para cualquier persona que se dedique a nuestro oficio.

La mía es una Silva 15TD-CL:  un modelo bastante sencillo (ideal para estudiantes) pero que ofrece una buena precisión.

Mi brújula de geólogo, comprada a principios de carrera

Para un geólogo no nos sirve cualquier tipo de brújula, esta debe tener, al menos, unas determinadas características:

  • Tener la roseta de graduación móvil, para fijar cómodamente la orientación tomada.
  • Estar montada sobre una base rectangular, para poder apoyar uno de sus lados sobre la línea horizontal de la capa a analizar (perpendicular a la línea de máxima pendiente del estrato).
  • Debe incluir un clinómetro, para poder tomar el buzamiento o inclinación máxima de esta capa.

A parte, si miramos mi modelo, tiene otras interesantes peculiaridades, como son:

  • Tiene la base transparente e incluye un espejo (a modo de retrovisor), para tomar medidas en capas cara abajo y por encima de nuestras cabezas.
  • Presenta los elementos necesarios para realizar una precisa triangulación.
  • Lleva marcadas unas regletas numeradas a sus lados, para tomar medidas cartográficas.
  • Incluye un nivel, para poder tomar (con mayor precisión) la orientación: manteniendo la brújula completamente plana.
  • Es fluorescente, para poder hacer mediciones en la oscuridad.
  
3- Lupa

La lupa, junto el martillo y la brújula, fue uno de los tres instrumentos que me “obligaron” a comprarme cuando comencé la carrera.

Ha de ser una lupa de precisión, como me dijeron: “Nada de coger la lupa de Sherlock Holmes que tiene nuestro abuelo para su colección de sellos”. La mía, de la marca Ruper, es de doble mirilla: de 8 y 15 aumentos.

Mi doble lupa, con su funda y un cordón que le puse para poder colgarla del cuello

Se utiliza poniéndola delante mismo del ojo y acercando/alejando la muestra que queremos analizar hasta centrar la imagen… ¡no al revés!

Recordemos que, para observar una muestra de roca, hemos de mirar el corte fresco que hemos obtenido golpeando con el martillo en el afloramiento. Este corte inalterado debe estar húmedo para poder apreciar mejor sus cristales, gránulos, fósiles…


4.- Chirucas

La Geología, como antes se ha dicho, es trabajo de campo... y esto significa tener que caminar mucho sobre terrenos baldíos e irregulares. Por eso, es fundamental ir bien calzado y con la ropa acorde al lugar y la época del año que estemos.

Mis primeras botas de campo fueron las clásicas “Chirucas”: un objeto completamente vintage, hoy en día:

La clásica “Chiruca”… una bota todoterreno para ir al campo hace unas décadas Fuente

Realmente, para nuestra campestre labor (a no ser que vayamos a zonas extremas) no precisaremos más que unas simples deportivas para realizar su cometido... ¡No seamos ridículos!, de verdad: he llegado a ver colegas, disfrazados con “pijo-botas” de trekking y con bastones de travesía nórdica para hacer una ruta geológica llana y sencilla… por cierto: eran las mismas personas que no traían martillo y golpeaban el afloramiento con un pedrusco…


5.- Libreta de campo

Hoy en día, los geólogos, vamos al campo con soporte informático; pero considero que todavía sigue siendo muy útil utilizar una libreta de campo… sobretodo para tareas más interpretativas y de diseño: dibujo de bloques diagrama, trazado de cortes geológicos “in situ”, alzado de columnas, representación de un croquis, etc. Toda esta información, posteriormente, podrá ser claramente extrapolada y digitalizada en la oficina.

La libreta de campo debería ser, bajo mi experiencia: de tapas duras, hojas con líneas o cuadrícula, encuadernada en espiral y de tamaño cuartilla.

Una de mis libretas de campo

Con la libreta usaremos siempre un lápiz. Hemos de evitar el bolígrafo por 2 razones: si nos equivocamos no podemos rectificar tan limpiamente y, si llovizna, la tinta del bolígrafo se nos podrá correr sobre la hoja, arruinando nuestro trabajo.

Por último, en nuestro estuche de campo, necesitaremos una buena goma de borrar y un sacapuntas. Y yo, a parte, siempre llevo diferentes lápices de colores (con 5 o 6 bastarán) para evitar tener que hacer tramas confusas a nuestras ilustraciones, una regla graduada(en centímetros y pulgadas) y un semicírculo para medir ángulos de clivaje.

Mi estuche de campo con mi set de trabajo


6.- Mapas geológicos

Hagamos el trabajo que hagamos, ¡siempre!, antes de ir al campo, hemos de estudiar el mapa geológico de la zona a visitar, leernos su memoria y profundizar con los cortes geológicos adjuntos (o nosotros diseñar de nuevos, según nuestras necesidades).

Mapa geológico y memoria de Flix (444 // 32-17)


7.- Fotos aéreas

Junto los mapas geológicos, deberemos apoyar nuestro trabajo con fotos aéreas. Actualmente se hace mediante imágenes de alta resolución desde el ordenador.

Pero no hace tanto, para poder apreciar imágenes del relieve en tres dimensiones, lo teníamos que hacer (mediante un estereoscopio) utilizando la pareja de fotos aéreas correspondientes del lugar que deseábamos observar.

Estudiante mirando fotos aéreas en 3D con un estereoscopio de mesa (en frente uno de portátil) Fuente

Para ir trazando nuestro trabajo sobre una imagen estereoscópica, como: niveles estratigráficos, coladas volcánicas, lechos fluviales... sin rayar el valioso documento; tenemos que fijar, sobre una de las dos fotos aéreas, un papel de acetato, donde iremos haciendo nuestras marcas de forma pulida.


8.- Mapas topográficos

Para cualquier salida de campo, un geólogo, necesitará un mapa topográfico donde ir referenciando todo su estudio o trabajo.

Mapa Militar de España. Valverde del Majano (17-18 // 482)

Actualmente, en España, tenemos una excelente base cartográfica informatizada, pero hasta hace unos años sólo era posible trabajar con mapas del ejército (como el de la anterior imagen). Os cuento una anécdota:

Un doctor de mi universidad, me explicó que, siendo él estudiante (durante la dictadura franquista), haciendo un trabajo de campo por el Pirineo, fue sorprendido (junto sus compañeros de estudio) por la guardia civil… Imaginaros: cuatro jóvenes, con barba, perdidos campo a través, vestidos con ropa de montaña, con unas anotaciones y cálculos muy “sospechosos” en una libreta y, lo peor: ¡con mapas del ejercito!, mapas que ni los propios agentes de la benemérita había visto en su vida. Pues sí… lo habéis acertado: fueron reducidos y detenidos como terroristas, les fue requisado todo su material y fueron encerrados e incomunicados… Tubo que ir el mismísimo rector de la universidad a Tremp para liberarlos: eran otros tiempos… esto, afortunadamente, ya no pasa… ¿verdad?


9.- GPS

Que os he de decir de los GPS… hoy en día se han popularizado y masificado en nuestra sociedad.

GPS y material cartográfico para poder realizar (de forma segura) una ruta de ski nórdico Fuente

Yo, el primer GPS, lo vi durante la carrera… lo recuerdo como un aparato sofisticado, pero muy atrayente… Lo llevaba un profesor de cartografía que nos enseñó a tomar, en el campo, el punto exacto de nuestra posición (por coordenadas UTM) y trasladar ese valor sobre el mapa topográfico. Con el GPS ya no teníamos que ir triangulando para saber nuestra ubicación exacta.

Actualmente, gracias a los “smartphone” dotados con una antena GPS y descargándonos una simple aplicación, podemos convertir nuestro móvil con ese deseado gadget de mi juventud y tomar la coordenada UTM con precisión y sencillez…


10.- Paleta tipo cuchara

Si tenemos que tomar muestras de suelos o sedimentos, picaremos (con la parte puntiaguda de nuestro martillo) sobre el afloramiento para disgregarlo. Con la ayuda de una paleta, tipo cuchara, apartaremos la capa superficial (alterada) y podremos cargar cómodamente la muestra de sedimento o suelo que deseemos.

Paleta tipo cuchara, utilizada para tomar muestras de sedimentos o suelos Fuente


11.- Recipientes para muestras

Las muestras que recojamos (ya sean cohesivas como disgregadas) deberán ser convenientemente guardadas, clasificadas y referenciadas en el mismo momento de su recolección. Para recolectarlas usaremos (depende del material o la cantidad): bolsas zip, potes herméticos de plástico, sacos, cajas, etc. Para marcarlas usaremos: rotuladores indelebles, etiquetas autoadhesivas…

Algunos ejemplos (botes, bolsas zip, etiquetas…) de material utilizado para la recolección de muestras


12.- Máquina fotográfica

Realizar un buen informe fotográfico es indispensable para cualquier trabajo de campo… Hoy en día, con las cámaras digitales, podemos hacer una infinidad de fotos, de alta resolución, y escoger las más representativas para nuestro estudio.

Mi actual máquina de fotografiar (esta foto la he hecho con el móvil J)


13.- Prismáticos

Ante todo decir que yo no soy mucho de prismáticos… En cualquier caso, su uso creo que debería ser: “el reposo del sabio y no las alas del perezoso”… me explico: nos pueden ser útiles para reseguir un nivel estratigráfico continuo desde un privilegiado mirador… ¡pero nunca!, para intentar definirlo sin ir a comprobarlo “in situ”.

Mis prismáticos de la marca Pentax


14.- Vara de Jacob’s

La vara de Jacob’s es un instrumento de medición. En geología se usa para medir el espesor real de los estratos de gran potencia.

Se trata de un tubo metálico de 1'50 metros, con marcas regulares a lo largo de toda su longitud y que lleva fijado un porta ángulos, con un nivel, que permite dar la inclinación a la vara con los mismos grados que tiene la capa o estrato que estamos midiendo. En su extremo superior se dispone un disco, en posición horizontal, con el que podemos proyectar la visual a un plano que corresponderá a la altura de la vara (un metro y medio) y que nos permitirá calcular el espesor real de la capa: el total será la suma de todas las proyecciones visuales tomadas.

Para la asignatura “Trabajos de Campo Exógena II”,  hicimos pequeños grupos (de 4 o 5 personas). A la hora de repartir las varas de la facultad, vimos que no había suficientes para todos y las tendríamos que compartir: esto retrasaría mucho nuestro trabajo y los plazos de entrega eran innegociables (y los días a campo no son gratis). Así que, teniendo en cuenta la sencillez del aparato y poniendo un poco de ingenio, fabriqué una vara usando un tubo rígido de PVC:

Mi vara de Jacob de fabricación casera

Para el disco superior, utilicé la típica “seta” que se coloca en los ejes de la rueda de una bici, como protector de embalaje. Las marcas las hice, cada 50 centímetros, con cinta adhesiva negra. En su base, como apoyo, le puse un taco de silla. Y, como porta ángulos, fijé en el tubo de PVC un semicírculo graduado con un nivel.

Gracias a su versatilidad y fácil manejo en el campo, la vara de Jacob's, ofrece la ventaja de poder obtener, con buena precisión, las dimensiones de capas inclinadas o muy inclinadas sobre un perfil topográfico irregular (por ejemplo, resiguiendo una carretera con altos y bajos).


15.- Cinta métrica

Llevar una cinta métrica al campo es siempre una excelente idea: nunca sabes cuando tendrás que medir algo… Yo recomiendo disponer de una retráctil (de 3 metros nos bastará).

Si hemos de medir grandes unidades, como parcelas en estudios geotécnicos… es imprescindible llevar una de larga (la mía es de 30 metros).

Las 2 cintas métricas que utilizo en mis trabajos de campo


16.- Granulímetro

Para trabajos con sedimentos o suelos, es muy importante disponer de un granulímetro. Se utiliza colocándolo sobre la arena que queremos clasificar y, por comparación, miramos a que medida corresponden el tamaño de sus gránulos.

Mi viejo granulímetro de la facultad

El mío lo fabriqué en unas prácticas de la asignatura “Estratigrafía”, tamizando un sedimento mal clasificado (compuesto de diferentes tamaños de arena) y depositando las medidas obtenidas en un guarda monedas de 5 compartimentos:

  • Arena muy gruesa (1 mm de diametro)
  • Arena gruesa (0,5 mm de diametro)
  • Arena media (0,25 mm de diametro)
  • Arena fina (0,125 mm de diametro)
  • Arena muy fina (0,063 mm de diametro)

Si llevamos un granulímetro a campo, podremos catalogar y definir el tamaño textural de cualquier material detrítico (no sólo las arenas): Si el sedimento se compone por partículas más grandes que una arena muy gruesa (granos mayores de 1 mm) serán gravillas, gravas y cantos… si el canto es mayor de 256 mm(lo sabremos usando la cinta métrica) se le denominará bloque. Por otra parte, si los granos son menores que los de una arena muy fina (inferiores a 0,063 mm), se tratará de un limo o una arcilla: si queremos diferenciarlos, comprobaremos “in situ” el límite plástico de Atterberg (haciendo el típico “churrito”).


17.- Caja de reconocimiento a “visu”

Dependiendo de que tipo de estudio hagamos puede ser útil trasladar a campo nuestro set de reconocimiento a “visu”.

Mi vieja cajita de puros con parte del material para reconocimiento a “visu”

Dispongo de una moneda de cobre, una navaja y un trozo de vidrio (para comprobar las durezas de los minerales), un trozo de porcelana (para obtener su raya), un imán (para verificar si tienen magnetismo), una regleta (para poner como referencia en las fotos),  un cuenta gotas con ácido clorhídrico (para discernir si son calizas o dolomías), pinzas y un pincel de tamaño 00 para trabajar delicadamente con muestras pequeñas... entre otros más objetos.


18.- Pizarrín y regletas para sondaje

Si tenemos que hacer fotos y queremos dejar constancia por escrito de lo que estamos fotografiando, es muy útil llevar un pizarrín(puede ser de tiza o tipo "Vileda").

Pizarrín y rotulador tipo "Vileda"

Por otra parte, cuando trabajaba como geotécnico en pleno bum inmobiliario, el exceso de obras llegó a ser desbordante: elaborar presupuestos, visitas previas, trabajo de campo, cálculo y redacción de los estudios, reuniones con clientes, funciones comerciales… terminó todo de golpe y… ¡crisis!

En mis visitas de campo o cuando los sondistas me traían las cajas de testigos a la oficina, tenía que levantar las columnas geotécnicas y hacer las fotos de las cajas. Para aligerar trabajo y para que quedara la instantánea estandarizada, ideé distintos pares de regletas para poder acotar las cajas de sondaje de forma pulida.

Caja de sondaje con mi par de regletas de 3 a 6 metros y mi pizarrín (el tubo de PVC es una muestra inalterada)

Dispongo de 4 pares de regletas de aluminio: para cajas de 0 a 3, de 3 a 6, de 6 a 9 y de 9 a12 metros. Para sondeos de mayor profundidad (raros en el tipo de estudios que yo realizaba) hacia el marcaje a mano, usando cinta de precinto blanca, y escribiendo las cotas con rotulador indeleble.


19.- Pintura en spray / cinta de balizar

Cuando se va a campo y dependen de ti otras personas (sondistas, maquinistas, etc.), es muy útil llevar encima pintura en spray, tiza o cinta de baliza para marcar y acotarles perfectamente los puntos o zonas donde se quiere realizar el trabajo.

Spray y cinta de balizar para marcar los puntos de trabajo


20.- Bota de vino

Hemos comenzado hablando del martillo… como he dicho: ¡uno de los iconos del geólogo! La bota de vino también debería serlo... ¡eso sí!, debidamente rellenada del tintorro más peleón y de mayor graduación que encontremos por la zona donde tenemos que realizar nuestro trabajo. :-)

Una bota de vino de medio litro Fuente

Utilidades de este objeto “typical spanish”:

  • Ayuda a sociabilizar con los compañeros más ariscos del grupo de trabajo: la convivencia puede ser muy dura, sobretodo tras de varios días perdidos por el campo...
  • Después de llevarse a la lengua tanto corte fresco de roca (para poder ver sus cristales con la lupa) que mejor que sacarse el gusto de caliza cretácica de la boca, con un buen trago del elixir de Baco.
  • Es indispensable usarlo (y siempre en cuantía generosa) cuando después de varias horas frente un afloramiento seguimos sin observar nada: Ver la falla inversa no se si la acabarás viendo pero, al menos, no nos “fallarán” las risas…

Bromas a parte, el alcohol: ¡Siempre con moderación! ¡Y ni una gota mientras se trabaja o estudia!

Bueno, ya es hora de ir guardando mis cosas al viejo zurrón: y lo hago con una sonrisa en los labios, con mi cabeza llena de gratos recuerdos, feliz… Lo hago con mi corazón anhelando un único deseo para todos mis colegas de profesión… anhelando que pronto regresen tiempos mejores… ¡para todos!

Gracias por vuestra atención… ¡¡Hasta la próxima!!

El cuento, científicamente probado, de la yaya Concha

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Introducción

De esto hace ya unos años...

Era una soleada tarde de invierno en la solitaria Cala Puntal de Vinaròs. Me senté sobre sus caldeados guijarros mirando el horizonte... las olas besaban tímidamente mis desnudos pies... me quedé en silencio, mi respiración era profunda y pausada.

La pedregosa Cala Puntal de Vinaròs (Castelló).  Fuente

Miré alrededor... mis compañeros de meditación eran una infinidad de silenciosos guijarros de procedencia muy diversa y... en medio de ese jardín Zen, ¡estaba yo!

De todas esas piedras que sustentaban mis pensamientos, había una que parecía mirarme, parecía querer contarme algo. No era la más bonita ni la más atrayente de aquella playa: era, tan solo, una ajada caliza de superficie tosca y colores apagados... era, tan solo, un canto rodado aplanado y roto por uno de sus extremos. Lo tomé y, entonces, vi el tesoro que guardaba en su mutilado costado: ¡los restos fósiles de un berberecho!

Canto rodado, recogido en Cala Puntal, con una valva fósil de berberecho

¡Cuánta energía desprendía!, cuanto tenía por contar esa vieja concha, cuanto... ¡a quien supiera escucharla!


Un ambicioso proyecto, "sedimentado", de momento...

En 2011, Mònica Pagès (periodista especializada en música clásica y artes plásticas) nos propuso al artista barcelonés Jordi Pascual Morant y a mí que uniéramos esfuerzos y creáramos un libro de artista. Jordi me dio rienda suelta para que inventara una historia. Por su parte, él pondría toda su experiencia y potencial creativo para plasmarlo y hacerlo realidad.

Autorretrato de Jordi Pascual Morant con Nebulosa (iluminada) 

Pensé que sería interesante explicar la "biografía" de ese fósil incrustado en aquel guijarro. A Jordi, le pareció genial la historia y la forma de presentarla. Nos pusimos manos a la obra, trabajamos duro en su taller. Probamos diferentes materiales para plasmar nuestro diseño y al final elaboramos un prototipo que superaba con creces mi bosquejo original: ¡eso ya era más que un libro de artista! Era, como lo definió el mismo Jordi: ¡un "poema objeto"!

Desgraciadamente, el proyecto se tuvo que aparcar, de forma indefinida, por falta de presupuesto. Jordi me entregó el arquetipo que conservo en casa como uno de mis mayores "tesoros" y que, por razones lógicas, no puedo mostraros públicamente.

Si estáis interesados en invertir en una obra original, con salida y que no dejará indiferente a nadie, poneros en contacto con Jordi Pascual o conmigo y... lo hablamos. :-)


Saber leer... saber sentir lo que nos transmite cualquier piedra

La geología, como un día dijo el doctor Joan Rosell (catedrático de Estratigrafía de la Universitat Autònoma de Barcelona) es la ciencia clásica menos "exacta". Según su opinión, un buen geólogo no sólo ha de tener la mente racional, metódica y abierta del científico... sino que, ¡además!, debería ser sensible, imaginativo y creativo como un poeta.

Columnas de la Universitat Autònoma de Barcelona.  Fuente

Yo pienso que cada piedra es un "libro" con una historia que contar... una historia que un geólogo podrá leer porqué conoce su "abecedario". Pero una piedra también es una "viajera del tiempo" que quiere explicarnos su historia, quiere narrarnos un cuento a las personas que seamos capaces de "escucharla".

Para entender esto que os digo, primero explicaremos de forma científica lo que podemos "leer" de nuestra muestra y, luego, "escucharemos" la historia que quiere contarnos.


1.- Análisis geológico de la muestra:

Desde un punto de vista estrictamente científico, la descripción visual de la muestra F003 (así la catalogué en la base de datos de mi colección) sería la siguiente:

Muestra F003: canto rodado con valva fósil de Cardiidae (Cala Puntal, Vinaròs)

Se trata de un detrito de un depósito litoral actual. Recogido en Cala Puntal de Vinaròs (Castelló), coordenadas E(X): 287525.5 - N(Y): 4484868.0 UTM 31N / ETR S89.

Es una roca carbonatada: una caliza con un alto contenido en dolomía. Tiene una superficie rodada y tosca con colores gris-pardusco. Presenta un contorno irregular y aplanado. Mide de 11 a 7 centímetros de base y de 5 a 3 centímetros de grosor, una masa 0,3 Kg y un peso específico de 1.8 Kg/dm3.

Se puede observar una presencia notable en microfósiles (como nummulites), así como secciones de exoesqueletos de invertebrados y la valva interna (relatívamente bien conservada) de un bivalvo del tipo cardiidae.

Especie de Cardiidae actual.  Fuente

Con toda probabilidad, este canto rodado proviene de la erosión de los estratos mesozoicos del Macizo dels Ports (Tarragona, Castelló y Teruel).


2.- El cuento de la yaya Concha:

Conchita era una pequeña cría de berberecho que vivía plácidamente en un mar tropical poco profundo del Jurásico (hace unos 200 millones de años), en el lugar donde hoy se levantan els Ports de Tortosa y Morella.

Conchita se pasaba el día medio escondida en la arena, con sus sifones desplegados filtrando alimento. En una ocasión, quiso aproximarse cerca de la costa y vio un continente cubierto por una espesa vegetación selvática. Distraída, no se dio cuenta como se acercaba un joven Tastavinsauro que quería "jugar" con ella... afortunadamente, se escondió bajo tierra en el último momento.

Representación de un Tastavinsaurus.  Fuente

Conchita se hizo mayor y dio a luz diferentes crías de berberecho. Pasó el tiempo y... una noche de tormenta tropical murió sin poder llegar a conocer a su nieta. Sus partes carnosas fueron aprovechadas por algún animal. Sus dos conchas, unidas por el frágil ápex quitinoso, se separaron: una de ellas, rápidamente, se fragmentó y se disolvió... la otra, quedó depositada junto a otros exoesqueletos dentro un fino sedimento calcáreo.

Concha de berberecho medio enterrada en el sedimento.  Fuente

Y allí quedó enterrada, preservada de los agentes geológicos externos para siempre... allí quedó intacta, la "yaya Concha", esperando algún día poder ver a su querida nieta...

El Jurásico termino y... lentamente, ese mar poco profundo, donde vivió nuestra protagonista se fue secando. Ese barro calcáreo donde estaba enterrada, se acabó convirtiendo (por diagénesis) con una firme roca carbonatada.

Pasaron milenios y con la orogénesis alpina se crearon grandes cordilleras... ¡nuevos paisajes! Esas rocas carbonatadas que contenían el fósil de la yaya Concha se comenzaron a plegar y levantar, formándose els Ports: ¡izándose a más de mil metros sobre el nivel de "su" mar!

Ports de Tortosa, con su cima: el Mont Caro (1442 m.) en el centro de la imagen.  Fuente

Un levantamiento de nuevos relieves implica siempre que comience una activa erosión sobre las zonas erguidas. La meteorización mecánica acabó separando un gran bloque del estrato donde estaba la yaya Concha. El gran peñasco se desprendió ladera abajo, rompiéndose, a su vez, con otros fragmentos menores.

Mareada y algo aturdida quedó nuestra entrañable fósil, todavía protegida en el interior del fragmento anguloso de roca (ya no mayor que un tetrabrik). La escorrentía superficial la fue bajando por la empinada ladera hasta el fondo del valle... hasta el lecho de un torrente.

Los periodos de tormenta, el barranco sufría grandes crecidas. Las piedras bajaban en tropel, golpeándose unas con otras, rompiéndose y limando sus ariscos contornos. Por cada barrancada, unos metros más avanzaba nuestra protagonista.

Cantos rodados en el lecho de un torrente.  Fuente

Durante uno de estos avances, pugnando con un bolo mucho mayor que ella, nuestro canto fue golpeado rompiéndose uno de sus extremos. La fresca fractura dejó a la vista a la yaya Concha, mostrando la parte interna de su valva, con sus "costillas" bien marcadas.

Ese barranco llevó así a nuestro canto hasta al río Ebro... el agua ya iba cogiendo gusto a sal. El avance sobre el lecho fluvial trasladó a yaya Concha, valientemente arrapada sobre el guijarro, a la desembocadura de este gran río... ¡de nuevo estaba en el mar!

Las corrientes litorales fueron desplazando el canto hacia el sur, hasta que se quedó quieto cerca de la Cala Puntal, con el fósil bien visible en la parte superior de la piedra. El mar estaba en calma y, poco a poco, los berberechos del lugar desplegaron sus sifones para filtrar los nutrientes en suspensión.

Berberecho enterrándose en la arena con la ayuda de su pie. Fuente

Una cría de berberecho apareció cerca del guijarro, la yaya Concha reconoció de inmediato a su tataranieta: ¡que poco había cambiado! La cría se acercó a ese extraño "pedrusco" que tanto se parecía a los suyos y tranquila se acurrucó a su amparo protector.

La yaya Concha pudo así transmitirle todo lo que no pudo decir a su nieta en el Jurásico, le explico su largo camino de 200 millones de años y lo feliz que era de haberla al fin encontrado...

Llegó la noche, la bonanza se convirtió en temporal de levante. "Escóndete bajo tierra, ¡rápido Conchita!" le apremió su tatarabuela. Todos los berberechos, replegaron sus sifones y escarbaron rápidamente el sedimento, colgándose bajo la arena. Conchita miró el cansado y viejo rostro de su tatarabuela, le dio un beso y le dijo: "Hasta siempre yaya Concha... ¡te quiero!".

Representación divertida de la joven Conchita.  Fuente 

Yaya Concha se quedó sola sobre la superficie, el mar se alborotó y levantó con furia el guijarro del suelo. Las olas, ¡altísimas!, lanzaron el canto contra la pedregosa playa. Una y otra vez fue arrastrada y proyectada contra la cala. Los golpes desgastaron aún más los contornos de la vieja valva.

El temporal, finalmente cesó, el canto quedo inmóvil sobre Cala Puntal y... ¡salió el sol!

Pasó mucho tiempo, quizás años... En verano, los ruidosos bañistas iban a esa playa y pisoteaban aquel olvidado canto rodado.

Y una soleada tarde de invierno, un chico llegó a la solitaria cala. Se sentó sobre los caldeados guijarros mirando al horizonte... las olas besaban tímidamente sus desnudos pies... se quedó en silencio, respirando profunda y pausadamente.

Miró alrededor suyo y se fijó en una de las piedras que tenía a su lado.  No era la más bonita ni la más atrayente de aquella playa: era, tan solo, una ajada caliza de superficie tosca y colores apagados... era, tan solo, un canto rodado aplanado y roto por uno de sus extremos. Lo tomó y, entonces, vio el tesoro que guardaba en su mutilado costado: ¡los restos fósiles de un berberecho!

¡Cuánta energía desprendía!, cuanto tenía por contar esa vieja concha, cuanto... ¡a quien supiera escucharla!

Primer plano de la "yaya Concha" sobre su gastado canto rodado

Esta historia tiene algo de cierto y mucho de inventado. Esta historia es lo que transmitió esa vieja concha, a este geólogo enamorado de los cuentos, a este cuentacuentos enamorado de las piedras.

Muchas gracias por vuestra atención.

Arte de estar por casa (2): Josep Guinovart i Bertran

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"La encina, soporte sideral central, constelar. Las paredes se transforman en paisajes, acumulándose signos y memorias de guerra. Pisamos líneas y mitos, esgrafías y cabezas adentradas en el pozo de los barros, el rayo que sale de la tierra y se entierra. Los trabajos geométricos de las abejas, la cera que se crea y se deshace en los cálidos rastrojos".

Josep Guinovart

La Cabana, Espai Guinovart de Agramunt (Lleida), Fuente

Con esta descripción de "La Cabana", que nos hizo su propio creador, quisiera retomar esta serie de escritos que llamé: "Arte de estar por casa" (dentro de la sección Arte de este blog) y que están dedicados a artistas de los cuales tengo el honor de poseer alguna de sus obras. Como recordaréis, comencé esta subsección el año pasado con: Josep Maria Subirachs. En esta ocasión, hablaré de Josep Guinovart i Bertran:

Josep Guinovart i Bertran (2007), en el Museu d'Història de Catalunya, Wikipedia

En esta ocasión, hablaré de uno de los máximos representantes del Informalismo catalán... hablaré de uno de mis "artistas de estar por casa".

Firma de Guinovart, en la litografía expuesta en mi casa


Un poco sobre Guinovart

Josep Guinovart i Bertran nació en Barcelona el 20 de marzo de 1927. Comenzó trabajando como pintor de paredes. En 1944 ingresó en la Escuela de Bellas Artes de la Lonja de Barcelona. A partir de 1951 se dedicó plenamente a la pintura.

Mural en el teatro de les Llars Mundet de Barcelona (1957), Wikipedia

Durante este periodo, también realizó ilustraciones para la revista del grupo Dau al Set. En 1952 se trasladó a París con una beca, de regreso fundó, en 1955, el grupo Tahüll, junto con Cuixart, Muxart, Tàpies y Tharrats.

A finales de los cincuenta inició una tendencia informalista con una fuerte presencia matérica, tanto por la incorporación de elementos y objetos diversos (maderas quemadas, cajas, objetos de desecho...) como por la aplicación de técnicas como el collage y el assemblage.

A partir de la década de 1970 empleó sistemáticamente materiales como arena, tierra, barro, paja o fibrocemento e inició una serie de obras en las que recoge preocupaciones sociales y políticas.

Inclusión de elementos como la madera o el barro en la obra de Guinobart, Fuente

A finales de los setenta, comenzó a experimentar con la proyección tridimensional de sus obras, que se concretó en la creación de ambientes o entornos espaciales como el titulado Entorn-Contorn (1978).

Entorn-Contorn (1978), expuesto al Poble Espanyol de Barcelona, Fuente

Guinovart posee una producción artística muy variada: pinturas murales, decorados y escenografías teatrales (como la realizada para Bodas de sangre de Federico García Lorca), ilustraciones de libros, diseño de carteles, tapices y esculturas. En 1976 comenzó su actividad como grabador.

Lleida (2007), uno de los últimos grabados de Josep Guinovart, Fuente

En 1990 se expuso una retrospectiva de su obra en el Centre Cultural Tecla Sala de L´Hospitalet de Llobregat (Barcelona), por la que recibió el Premi Nacional d´Arts Plàstiques concedido por el Departamento de Cultura de la Generalitat de Catalunya, ese mismo año.

En julio de 1994 se inauguró el Espai Guinovart en Agramunt (Lleida), un museo dedicado al artista. Si deseáis más información sobre este artista os recomiendo que visitéis su Web:


Vista general del diáfano Espai Guinovart en Agramunt (Lleida), Fuente

La obra de Guinovart siempre se ha mantenido a medio camino entre la pintura y la escultura por la incorporación de todo tipo de elementos tridimensionales. Otra constante a lo largo de los años es la presencia de temas políticos y de imágenes que evocan los lugares que visitó o residió.

Guinovart falleció en Barcelona el 12 de diciembre de 2007, debido a Infarto agudo de miocardio.


Una escalera al cielo

Pues bien, transitados por la vida y obra de Josep Guinovart, hemos llegado a mi dormitorio. Allí, en la amplia pared frente al camastro, podemos admirar una litografía de este artista.

No consta ningún nombre para este grabado, fechado en 1994, pero la evidente escala de mano que preside el centro de la obra hace que yo la acabara denominando como: "La Escalera".

"La Escalera" de Josep Guinovart, enmarcada y expuesta en mi dormitorio

Esta litografía se trata del ejemplar número 200 de una edición de 225 unidades. El grabado se realizó sobre un papel cuché de 76 X 24 centímetros, cortado de forma basta y firmado por el propio artista. Acabado el tiraje se destruyeron las 6 planchas usadas para la realización de esta obra de arte.

Para enmarcarlo, escogí un fino marco de aluminio azul marino (tono de uno de los azules usados en la litografía). El papel se montó sobre una base azul celeste (también usado en la obra) dejando un contorno a modo de paspartú para, de esta forma, poder apreciar los bordes rasgados del grabado. El cristal que elegí fue mate para evitar los reflejos.

Al igual que mi litografía de Josep Maria Subirachs, este cuadro me lo donó mi padre cuando me emancipé. A mi progenitor (por su parte) se lo regalaron, para Navidades, la imprenta Treballs Gràfics que eran clientes de la empresa donde él trabajaba. Parece ser que el estilo de Guinovart no le gustó a mi madre y la obra estuvo unos cuantos años en la penumbra de su altillo.

Folleto entegado junto la litografía

Esta litografía no deja indiferente a nadie que visita mi casa y son ya varias las personas que me han dicho que su contemplación les ha dado paz y sosiego, seguramente es por los tonos azules y claros que dominan el cuadro...

Si os parece, pasaré a describiros las sensaciones que me transmite a mí esta litografía. Lo haré desde un punto de vista muy personal y con todo el respeto hacia el artista: tened en cuenta que sólo soy un aficionado a las Bellas Artes. Con toda seguridad, Guinovart pensaba otra cosa cuando creó este gravado, pero esto es lo que a mí me hizo a mi sentir esta obra, tras mis largas y abstraídas contemplaciones desde el duermevela de mi lecho:

Litografía de "La Escalera", de Josep Guinovart (1994)

Desde un punto de vista meramente descriptivo, en esta litografía vemos, en primer lugar, lo que parece una escalera que sube desde la izquierda del cuadro hasta el centro... concretamente, sube hacia la amplia zona más blanca de la obra (rodeada por un ténue fondo azul celeste). En contraposición, esta escala se aleja de un manchurrón negro más pequeño que queda a su izquierda. Esta zona más blanca del cuadro, queda delimitada por tres marcas naranjas (con trazos negros y/o azules) formando un triángulo: parece que la escalera también quiere dirigirse a centro de esta figura geométrica imaginaria. A la parte inferior derecha del cuadro vemos una forma esférica azul marino, recostada sobre líneas diagonales. Por último, en la parte superior de la escalera, vemos una forma ovalada (también azul marino) de la cual le salen diferentes líneas gruesas.

Pues bien... esta obra abstracta, yo la interpreto de la siguiente manera: Tenemos un cielo azul donde, una "deidad" (el triángulo de marcas naranjas), crea una albugínea abertura. Desde el suelo aparece una escalera que sube directa al centro de este albar boquete, alejándose (por otra parte) de la zona obscura de la escena... También, desde el suelo, un anciano moribundo, recostado sobre su almohada (representado por la esfera i las líneas diagonales), observa la abertura. Por último, en la parte superior de la escalera, un ser que bien podría ser una especie de ángel (la forma ovalada azul con líneas gruesas a modo de alas), invita al expirante que suba sin miedo por la escala...

Espero que os haya gustado esta litografía, espero os haya gustado mi interpretación...

¡Muchas gracias por vuestra atención!

Bitlles catalanes

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Hace ya muchos años, no recuerdo ni cuando fue, yo era un niño muy pequeño... me regalaron 6 bolos de madera torneada pintados de rojo y dos bolas barnizadas, también de madera maciza. Mis padres llevaron aquel juego a la finca de olivos de mis abuelos, ya que en el piso de la ciudad no era apto para jugar...

A nadie de mi familia pareció gustar mucho ese deporte de puntería... sólo mi abuelo materno se interesó por él: me enseñó sus reglas, me contó su historia y se armó de mucha paciencia para jugar con ese chavalín algo torpe y de poca destreza.

Mi abuelo me dijo que ese juego se llamaba "les birles" y no era, para nada, el que veíamos jugar en las boleras de las películas americanas. Me dijo que esos 6 bolos no se ponían en tres líneas de 3-2-1 (como en un bowling) sino en dos líneas de 3-3. Me dijo que la bolas no se tenían que echar rodando por el suelo sino lanzarlas en el aire haciendo puntería. Me dijo que el objetivo no era hacer caer todos los bolos, sino que debíamos intentar dejar uno de pie. Me dijo... tantas cosas.

Las "birles" rojas con las que yo jugaba de niño con mi abuelo

Pero esas clases magistrales de mi yayo Paco se quedaron irremediablemente en el olvido, al igual que ese viejo juego de birles quedó guardado durante décadas dentro de una caja, en el trastero de la finca de Tortosa. Por su parte, las dos bolas de madera barnizada del juego se acabaron perdiendo: seguramente las rompí usándolas para cualquier otro menester alejado de su real cometido.

Fue a finales del año pasado cuando conocí a Marcel Legua: jugador del Club Bitlles Can Folguera de Santa Perpètua de Mogoda. Viéndolo jugar volvió a mi memoria ese olvidado juego de mi niñez, me hizo redescubrir este apasionante juego de sociedad. Marcel me transmitió todo su conocimiento y pasión por este deporte y me regaló tres bitllots oficiales para que pudiera completar mi desusado juego de birles. A pesar del poco tiempo que nos conocemos, Marcel me ha demostrado, con creces, el verdadero significado de la amistad.

Marcel jugando en el Club Bitlles Can Folguera de Santa Perpètua de Mogoda

A Marcel y a mi abuelo, les quiero dedicar este escrito.


Les bitlles catalanes

Les bitlles es un deporte tradicional y profundamente arraigado en toda Catalunya en el pasado y hoy en fase de recuperación. Tenemos constancia de su práctica en documentos fechados ya desde 1376. Actualmente lo practican unas 2000 personas en toda Catalunya, donde hay más de un centenar de clubs. Destaca particularmente a les Terres del Ebre donde reciben el nombre de birles (tal como las llamaba mi abuelo) y en la Plana de Lleida.

Durante los años de la dictadura franquista, el juego fue prohibido con el pretexto de que se hacían apuestas y, por lo tanto, sufrió una fuerte decadencia que en muchos lugares supuso la casi total desaparición. 

Fue en noviembre de 1987, gracias al esfuerzo de personas como Gaspar Aguayo (libretero muy querido de mi barrio y que yo tuve la suerte de llegar a conocer), que se fundó el "Bitlles Club La Cava-Guinardó 87", recuperándose así, de forma organizada, les Bitlles Catalanes en las comarcas de Barcelona y, poco a poco, en toda Catalunya.

Gaspar Aguayo frente unes bitlles i bitllots en su librería del carrer Amèrica de Barcelona. Fuente

Desde el 30 de agosto de 2007, la Federación Catalana de Bitlles i Bowling está reconocida en pleno derecho por la federación internacional, a pesar de que no puede jugar con otros países porqué el reglamento no es del todo igual a los otros tipo de bolos de derribo. Una de las diferencias más notables es que, en este juego, no se lanza una bola sino un "bitllot" (o birlot), es decir: un bolo más pequeño.

El reglamento oficial de les bitlles catalanes, redactado por la propia FCBB, dice lo siguiente:


Reglamento de les bitlles catalanes

1. Generalidades

1.1. Objetivo

El objetivo de este deporte es tumbar cinco de las seis bitlles plantadas (lo que se conoce como hacer "bitlla"), mediante el lanzamiento de uno a tres bitllots para conseguir la máxima puntuación.

El Marcel logra hacer "bitlla" en su primer lanzamiento

1.2. Fases del juego

1.2.1. Plantada de bitlles

Consiste en la colocación adecuada de las seis bitlles sobre la zona señalada al campo con la ayuda de la plantilla de plantada.

1.2.2. Lanzamiento

El lanzamiento es la acción de impulsar el bitllot hacia les bitlles.


2. Especificaciones técnicas del material

2.1. Bitlles

2.1.1. Naturaleza

Les bitlles (o birles) son cilindros torneados, preferentemente de madera de encina, más delgados al tercio superior y con una anilla de hierro de refuerzo a la base. Si son de material sintético, no es necesaria la anilla.

2.1.2. Medidas

  • Altura total 510 mm
  • Cabeza (diámetro) 65 mm
  • Base (diámetro) 90 mm

Detalle de la forma y las medidas de una bitlla reglamentaria. Fuente

Las medidas de los bolos de material sintético tienen una tolerancia de fabricación del 3%.

2.2. Bitllots

2.2.1. Naturaleza

Los bitllots (o birlots), también son cilindros torneados, preferentemente de madera de encina, más delgados por la empuñadura.

2.2.2. Medidas

  • Longitud total 280 mm
  • Empuñadura
    • longitud 100 mm
    • diámetro 40 mm
  • Base
    • longitud 140 mm
    • diámetro máximo 80 mm
  • Transición 40 mm

Detalle de la forma y las medidas de un bitllot reglamentario. Fuente

Las medidas dels bitllots de material sintético tienen una tolerancia de fabricación del 3%.

2.3. Plantilla de plantada

La plantilla de plantada permite colocar les bitlles correctamente en la zona de plantada. Dispone de un apoyo de 10 cm y tiene las dimensiones especificadas en el siguiente imagen:

Croquis de una plantilla de plantada. Fuente

Su uso es obligatorio antes de cada tirada.

2.4. Homologación del material

En las competiciones oficiales hay que emplear juegos de bitlles, bitllots y plantillas de plantada siguiendo las medidas establecidas en este reglamento.

La empuñadura dels bitllots se puede proteger únicamente con cinta adhesiva.


3. Campo de juego

3.1. Características

El terreno tiene que ser plano, preferentemente de tierra compactada.

3.2. Medidas

Un campo de bitlles catalanes tiene las dimensiones siguientes:

  • Longitud total 16,50 m
  • Anchura mínima 1,75 m
  • Anchura máxima 2 m

La longitud total incluye las dos zonas de seguridad: tras la zona de lanzamiento (2 m) y frente la zona de plantada (3 m), como podéis ver en el siguiente imagen:

Medidas y forma de un campo de bitlles catalanes reglamentario. Fuente

3.3. Señalización

El anterior gráfico nos muestra como debe ser la señalización del campo de juego.

Las líneas longitudinales se tienen que marcar de forma que no estorben la actuación del jugador/a.

Las líneas transversales también se tienen que marcar de forma que no estorben la acción del jugador ni, tampoco, el desplazamiento dels bitllots.


4. Plantada de les bitlles

4.1. Colocación

Las seis bitlles se plantan en dos hileras de tres. La primera fila se coloca encima la línea transversal de la zona de plantada, centrada sobre la anchura de la pista. La segunda fila se coloca fuera, en la zona de seguridad.

Un jugador plantando las 6 bitlles con la plantilla en la zona de plantada

Hay que usar la plantilla de plantada por colocarlas adecuadamente.

4.2. Distancia entre bitlles

La distancia entre la base de los bolos tiene que ser de 7,5 cm.


5. Lanzamiento

5.1. Distancias de lanzamiento

La distancia de lanzamiento varía según las categorías:

  • Cadete, juvenil y senior masculina: 11,5 m
  • Cadete, juvenil y senior femenina: 9,5 m
  • Infantil: 9,5 m
  • Alevina: 8 m
  • Benjamina: 6,5 m

En las competiciones oficiales seniors, si participan jugadores infantiles, alevines o benjamines, estos harán el lanzamiento desde 9,5 m.

5.2. Zona de lanzamiento

La zona de lanzamiento está delimitada por una línea transversal, a la distancia de tiro adecuada a la categoria, que señala la posición desde donde se pueden lanzar els bitllots.

Jugador lanzando el bitllot desde su zona de lanzamiento. Fuente

5.3. Posición de lanzamiento

El jugador puede adoptar la posición más adecuada, pero sin ultrapasar los límites de anchura de la pista ni pisar la línea transversal. Si lo hace, será amonestado.

La primera amonestación es de advertencia, y a partir de la segunda se le restan dos puntos por cada infracción del total de puntos de la partida.


6. Reglas del juego

6.1. Sistema de juego

Una partida de bitlles catalanes consta de nueve tiradas (por jugador), divididas en tres rondas de tres tiradas.

Se puede jugar individualmente o en equipo.

6.1.1. Competiciones por equipos

Se juega en equipos de cinco jugadores, pudiendo ser un equipo mixto.

El número de jugadores por equipo puede variar en función de las necesidades de cada liga territorial.

8 equipos disputan la final de la XII Copa Generalitat de Bitlles Catalanes a Godall (Tarragona). Junio 2015

6.2. Tirada

Una tirada consiste en el lanzamiento de hasta un máximo de tres bitllots (uno después del otro). En el momento de iniciar la tirada, el jugador puede traer a la pista un máximo de cuatro bitllots y lanzar los tres que más le convengan.

Si se tumban cinco bitlles con el primero o segundo lanzamiento de bitllot ya no hay que lanzar los restantes.

En el supuesto de que un bitllot tumbe algún bolo de otra pista, el árbitro tiene que colocar les bitlles como estaban. Si esto no es posible, hay que volverlas a plantar y el jugador tiene que volver a lanzar los tres bitllots.

Si un bitllot de un jugador queda ante les bitlles de otro jugador, este puede parar de jugar y pedir al árbitro que lo retire antes de retomar su tirada.

6.3. Ronda

Una ronda es el conjunto de tres tiradas consecutivas.

6.4. Puntuación

Después de cada tirada (con un máximo de tres lanzamientos de bitllot), dependiendo del número de bitlles que quede en pié, obtendremos la siguiente puntuación:

  • Cinco bitlles tumbadas: 10 puntos (“bitlla”)
  • Seis bitlles tumbadas: 6 puntos
  • Cuatro bitlles tumbadas: 4 puntos
  • Tres bitlles tumbadas: 3 puntos
  • Dos bitlles tumbadas: 2 puntos
  • Una bitlla tumbada: 1 punto
  • Ninguna bitlla tumbada: 0 puntos

6.5. Bitlla tumbada

Una bitlla puede no caerse del todo, quedándose apoyada sobre alguna de las otras. Se considerará bitlla tumbada cuando el ángulo de inclinación respecto el plano horizontal es inferior a 45º.

Para facilitar la decisión arbitral se puede medir la distancia vertical entre la cabeza de la bitlla y el suelo, la cual ha de ser inferior a 37,5 cm, como vemos en la siguiente imagen:

Posición límite de una bitlla tumbada Fuente

Para ver como se juega a les bitlles catalanes, os recomiendo que miréis el siguiente vídeo realizado por BowlingCat TV:



Y aquí me tenéis de nuevo, mirando fijamente esas seis birles rojas que tantas veces plantó mi recordado yayo Paco... aquí me tenéis, con mis pies sobre la polvorosa era, entre algarrobos y olivos centenarios... aquí me tenéis, tomando uno de los tres bitllots que tan gentilmente me regaló Marcel.

Los tres birlots que me regaló Marcel descansan en el suelo de la finca de mi abuelo

Respiro hondo, me concentro mientras mi brazo se balancea, apunto... ya vuela el bitllot por el aire!, ya vuelan de nuevo mis recuerdos, ya vuelan de nuevo mis ilusiones!

¡Gracias por vuestra atención! ¡Gracias por querer jugar conmigo!

Contemplando la Sénia... a vista de águila

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Hace un año, en noviembre de 2014, publiqué en este blog: La Sénia. El "Reine" als peus... Catalunya a l'esquena. Se trataba de una sencilla excursión por ese pueblo limítrofe del Montsià, que discurría paralela al río Sénia: un primer tramo por Catalunya y el regreso por la Comunidad Valenciana.

Si os acordáis de la descripción de la ruta, cuando estábamos por la parcela de frutales de mi padre, puse una foto que aparecía, por encima de la copa de los árboles, unas montañas las cuales nombré como la Lloma de la Tossa:

La Lloma de la Tossa sobresale por encima los frutales (octubre de 2014)

Si nos fijamos con la anterior imagen: a la izquierda, tenemos una cima redondeada llamada la Tossa (que da nombre a toda la loma) y, a la derecha, se recorta un pico prominente: es la Penya de l'Àliga.

La Lloma de la Tossa es una sucesión montañosa ubicada al norte de la provincia de Castellón, dentro del Parque Natural de la Tinença de Benifassà y englobada dentro del massís dels Ports. Su carena delimita los términos municipales de Rossell y la Pobla de Benifassà. Tiene una disposición W-E, perdiendo altura progresivamente hacia al Este. Tenenos las siguentes cumbres (de Oeste a Este): la Creu (1130 m), la Mola de les Canals (1011 m), la Moleta del Terme (944 m), la Tossa (865 m) y la Penya de l'Àguila (796 m).

Topográfico de la Lloma de la Tossa, la Sénia al SE (clicad para ampliar). 1:50000 ICC

Como podemos ver, la cima de menor altitud de esta sierra es la Penya de l'Àguila (también conocida como la Tossa de Sant Pere, al tener a sus pies la fuente de igual nombre).Pero su picuda forma y la caída abrupta sobre el río Sénia, la dotan de un atractivo especial. De hecho, fue mi padre quien me la descubrió desde su parcela de frutales, me dijo: "Humbert, mira esa puntiaguda cima... desde ella se debe ver la Sénia de forma inmejorable".

El autor de mis días no conocía el nombre de esa cúspide y no sabía si existía un recorrido para poder subirla... me reconoció que él ya no tenía fuerzas para intentar coronarla. Por eso, desde entonces, me propuse conocer más sobre esa cumbre e intentar llegar a su cima para poder describirle sus vistas... para poder transmitirle las sensaciones que se tienen cuando uno mira a la Sénia, con los pies colgando de tan privilegiada atalaya.

Penya de l'Àguila (al centro) desde la carretera CV-105 saliendo de la Sénia

¿Queréis saber un secreto?

Cuando hice la excursión del año pasado, mi intención no era hacer la ruta que finalmente publiqué. Mi deseo era subir a la Penya de l'Àguila desde la cara sur de la Lloma de la Tossa, por un directo barranco que baja hasta el pont de Malany. Cuál fue mi desesperante sorpresa cuando vi que gran parte de la vertiente sur de la loma está cercada por una colosal y quilométrica alambrada que llega hasta la misma carena... después de intentar el ascenso por tres vías desistí y terminé la ruta dignamente y como buenamente pude...

Cerco extensivo ya en la carena de la Lloma de la Tossa

¡Pero no me rendí! Estudié, de nuevo, la cartografía de la zona y me empapé de ortofotomapas hasta que intuí una posible ruta por la cara norte de la Lloma de la Tossa, saliendo cerca de la Cova dels Rosegadors, a los pies del Pantano de Ulldecona.

Volví a calzarme la botas y, por fin, este pasado 22 de octubre ¡pude llegar a la Penya de l'Àguila!, por fin, pude subir a tan ansiada cumbre... por fin, pude ver -¡a "vista de rapaz"!- la blanca estampa de ese bello pueblo de mi padre.

Aquí os dejo mi experiencia:


Cova dels Rosegadors - Penya de l'Àguila - Cova dels Rosegadors

Plano general de la ruta (clicad encima para ampliarlo)

  • Tipo de ruta: Ida y vuelta
  • Tiempo: 2 horas 15 minutos (en total)
  • Distancia: 7 kilómetros (en total)
  • Desnivel: +376 metros, -376 metros 
  • Dificultad: Baja-media. Se trata de una ruta de poca distancia, pero presenta pendientes puntualmente abruptos y tramos perdedores 
  • Meteorología: Evitar los días de mala visibilidad 
  • Agua: No hay en todo el recorrido 
  • Equipamiento: Calzado y ropa cómoda (acorde con la época del año), protección solar, cantimplora con agua, brújula, mapa, móvil, prismáticos... 

Muy importante: La Tinença de Benifassà es un parque natural, recordad que hay unas normas y recomendaciones que se deben cumplir y que podéis consultar en la Web Parc Natural dels Ports.


Aproximación:

Desde el Ayuntamiento de la Sénia, vamos siguiendo todos los indicadores que nos llevan al Parc Natural de la Tinença de Benifassà o al Embassament.

Finalmente saldremos del núcleo urbano por la carretera local CV-105. Después de una recta, bajaremos hasta cruzar por un estrecho puente el río Sénia (el Pont de Malany) aquí entramos ya a la Comunidad Valenciana. La carretera sigue por una sombreada zona arbolada. Llegada a una curva, pasaremos bajo un pequeño acantilado, es la Roca del Frare Pixon, desde aquí veremos altiva la Penya de l'Àguila.

Roca del Frare Pixon desde la CV-105. Al fondo la Penya de l'Àguila
Pronto pasaremos per la Font de Sant Pere y, un poco más adelante, veremos un camping. La carretera ahora, cruza el río a la otra ribera. Seguimos unos quilómetros, sin pérdida.

Cuando cruzaremos de nuevo el río a la izquierda (por el pont de la Cova dels Rosegadors), inmediatamente, a nuestra izquierda, comienza una pista cerrada por una cadena: ¡ya hemos llegado!

Si siguiéramos por la carretera, a poco más de medio quilómetro, tras dos pequeños túneles, llegaríamos al Pantano de Ulldecona

Aparquemos donde podamos el vehículo, sin obstaculizar ningún paso. 


Cronología, altimetría y descripción del itinerario:

00 min. (420 m) Pont de la Cova dels Rosegadors

En toda la ruta que os propongo, iremos encontrando alguna marca de pintura blanca y amarilla (a modo de PR) e hitos de piedras que nos podrán ayudar a proseguir en los puntos más perdedores. Transcurriremos por propiedades privadas y por el Parque Natural de la Tinença de Benifassà: respetad el entorno y no salgamos de los caminos y sendas.

El camino carretero que tomaremos, se trata de una antigua pista de unos 2 quilómetros que sube a una pequeña cantera abandonada. Sobrepasamos la cadena (a su izquierda veremos la primera marca blanca y amarilla pintada sobre una roca). Comenzamos a caminar plácidamente, ganando altura poco a poco. Al fondo ya veremos la silueta escarpada de la Penya de l'Àguila... ¡allí vamos!

Inicio de la pista, marca de pintura a la izquierda. Al fondo la Penya de l'Àguila

Esta primera parte de la excursión por la pista, nos servirá para ir calentando los músculos de las piernas... El camino sube sombreado por un aromático pinar.

Si observamos los taludes de la pista, vamos a diferenciar: calizas masivas, conglomerados con costras calcáreas (provinentes de pequeños abanicos aluviales) e, incluso, algun afloramiento con brechas de falla.

Contacto discordante entre el conglomerado (a la izquierda) y las calizas masivas

Disfrutando de los pequeños detalles que nos ofrece el paseo, la pista nos llevará a una pequeña trinchera donde veremos (a nuestra derecha) la segunda marca de pintura.

Trinchera al camino con la segunda marca de pintura a la derecha

Continuamos por el bucólico camino carretero que, subiendo sin pérdida, nos llevará (en unos diez minutos) a una tercera marca de PR. 

Sobrepasada esta tercera pintada, unos metros más arriba, si estamos atentos a nuestra izquierda, veremos un mirador donde avistaremos, al fondo, el pont de la Cova dels Rosegadors... ¡todo eso hemos subido ya!

Mirador de la pista: al centro de la imagen se intuye el puente de la Cova dels Rosegadors

Continuamos unos metros más y cuando el camino hace una curva a la izquierda, veremos la cuarta marca de pintura y, tras ella, una senda que sube empinada por un barranco.


25 min. (585 m) Cruce con la senda del barranco

Cruce con el sendero que sube por el fondo de un barranco (y cuarta marca de pintura)

Dejamos definitivamente la pista (si siguiéramos por ella llegaríamos, en breve, a la cantera abandonada donde se termina) y comenzamos a subir por el caminito de cabras que resigue el eje del barranco: a pocos metros del cruce, veremos otra marca de pintura que nos ratifica que vamos bien.

La zigzagueante subida por la senda del barranco es muy empinada y dura (no en vano estamos haciendo la parte más pesada del recorrido... ¡ánimo!).

Finalmente llegaremos a un cruce con una senda que viene de forma clara (y llaneando)  por nuestra izquierda.


35 min. (640 m) Cruce con la senda del pinar

Desde este cruce, antes de tomar la senda que nos ha recibido, si miramos a nuestra derecha, veremos un pequeño cocó (construcción para almacenar agua). Visto este pequeño aljibe, nosotros seguimos hacia la izquierda por el sendero alfombrado de pinaza que llanea deliciosamente hacia el Este.

Sendero que llanea plácidamente hacia el Este por un joven pinar

Seguimos sin pérdida por el sendero y, en menos de cinco minutos, encontremos un pino caído al suelo con su copa seca ocupando toda la senda. Lo sobrepasamos con cuidado (hay un paso abierto por el centro) y continuamos hasta que se nos abre de nuevo el paisaje a modo de mirador. Frente nuestro se recorta la Penya de l'Àguila. ¡Desde este punto parece inexpugnable!


40 min. (645 m) Mirador del barranco de Molí l'Abad

Penya de l'Àguila desde el mirador del Barranc del Molí l'Abad

El ancho barranco (a modo de anfiteatro) que se extiende a nuestra derecha es el de Molí l'Abad. Para llegar a nuestro objetivo, deberemos abrazar este gran valle hasta tocar a la base de las murallas de roca que sustentan la cima frente nuestro.

En este tramo de excursión por el barranco de Molí l'Abad, tendremos un verdadero regalo para los ojos... veremos una infinidad de formas caprichosas de piedra: arcos, setas, chimeneas de hada, monolitos, castillos...

Arco de roca que veremos en este tramo de excursión por el barranco de Molí l'Abad

Pues bien, desde el mirador, continuamos nuestra andadura hacia la derecha, subiendo primero unos pocos metros. Enseguida ya empezaremos a llanear, perdiendo siempre un poco de altura. En este punto es cuando el sendero se hace un poco perdedor... seguimos atentos hasta que acabaremos encontrando una tranquilizadora marca de pintura amarilla y blanca.

A partir de aquí el camino vuelve a ser claro... seguimos y, en pocos minutos, llegaremos a una pequeña tartera, la atravesamos en línea recta y continuamos por el otro lado.

Primera tartera que encontraremos, la cruzamos recto y seguimos por la otro flanco

Proseguimos la marcha y nuestros pasos nos llevarán a una segunda tartera, también no muy grande. Ahora bajaremos por ella haciendo un pequeña lazada y seguimos por el otro lado por el visible sendero.

Segunda tartera que atravesaremos. Bajamos un poco por ella para proseguir

El camino no tardará en hacer un ancho zigzag (hacia el Oeste y luego hacia el Este de nuevo) para bajar unos metros. Este pequeño descenso nos permitirá acercarnos a la base de la pared de roca que tenemos frente nuestro (y que sustenta nuestra cima) para poder proseguir bajo la alta muralla de roca.

El sendero avanza bajo la gran muralla de roca, a los pies de la Penya de l'Àguila

Cuando termine el paseo por debajo de la muralla, no tardaremos en arribar a una tercera tartera (esta grande). La atravesamos, llegando a un cruce marcado con carteles toscos de madera.


45 min. (660 m) Cruce con el sendero del camping

Si siguiéramos recto llegaríamos al camping que hemos visto a la carretera. Nosotros tomaremos el cruce de la derecha (girando 180º), veremos una marca de pintura amarilla y blanca y un cartel de madera que indica "La Tossa 865 m".

Cruce con el sendero del camping. Tomamos el que sube de nuevo hacia la tartera

Vamos remontando la tartera haciendo zigzags. El camino nos llevará a una pequeña pared de roca, seguimos hacia la derecha (resiguiéndola) hasta que encontremos unos troncos a modo de barandilla.

Paso de trepada con unos troncos habilitados a modo de barandilla

Trepamos por la roca (ayudados por el rústico pasamanos) y, una vez superado el paso, continuamos subiendo la ladera haciendo zigzags. Poco a poco nos iremos acercando a la base de la Penya de l'Àguila. Pasados unos cinco minutos (desde la "escalera") veremos otra marca blanca y amarilla bajo las paredes rocosas de la cima.

Pronto el sendero cambiará de sentido, subiendo hacia el Oeste (alejándose de la base de la cima). Avanzaremos por un frondoso pinar, hasta que veremos un gran monolito asomando entre los árboles. Nuestro camino bordeará la puntiaguda roca por la derecha.

Gran monolito de piedra entre los pinos. El sendero lo rodea por su derecha

Rodeada la gran aguja de piedra se nos abren de nuevo las vistas, ahora hacia el Oeste. Ante nosotros vemos: el valle del Molí l'Abad, els Ports de la Sénia, el pantano... y (muy, muy lejos) el puente de la Cova dels Rosegadors de donde venimos. 

Seguimos subiendo por el claro sendero haciendo zigzags y bordeando alguna pequeña muralla rocosa. El camino avanza hacia el evidente collado que vemos sobre nuestro. A media subida veremos la última marca de pintura de PR de nuestro recorrido.

Continuamos ya sin pérdida hasta el collado.


1 hora 10 min. (765 m) Collado de la Penya de l'Àguila

Arribados ya al collado ya podemos ver, a nuestra izquierda, la Penya de l'Àguila. A nuestra derecha, más alejado, el vértice geodésico de la Tossa.

La Penya de l'Àguila (ya muy cerca) desde el collado

Si quisieramos acceder a la Tossa desde este collado: ¡no va a ser facil! Primero, por la exigente orografía y las fuertes rachas de viento que encontraremos; segundo, por no existir un claro sendero que nos lleve a su cima y... tercero, por la horrible valla quilométrica que sube la empinada vertiente sur, unos metros más abajo, y resigue toda la carena hacia el vértice geodésico (como hemos podido ver en la imagen publicada en la introducción de este post) y que nos dificulta en demasía la progresión.

Así pues, damos la espalda a la Tossa (y a su cercado) y subimos sin problemas por el claro sendero, ¡hacia la soñada Penya de l'Àguila!


1 hora 15 min. (796 m) Penya de l'Àguila

Si hemos estado atentos durante la subida, entenderemos porqué esta cima se llama "la Penya de l'Àguila": sus riscos y murallas rocosas la convierten en un emplazamiento ideal para la nidificación de grandes aves rapaces. Yo avisté hasta cuatro ejemplares de águila real (aquila chryasetos), llevadas por las corrientes de aire, sobrevolando majestuosamente a pocos metros de mi cabeza.

El águila real es una de las grandes aves que podemos ver en todo el Port. Fuente

Desde arriba la cima, si cogemos un día claro, vamos a disfrutar de unas vistas impresionantes (¡no olvidéis vuestros prismáticos!). Sentaros sobre una caldeada roca, inspirad aire puro y... ¡disfrutad!

Siguiendo la línea de costa de norte a sur, vemos: el rio Ebro y parte de su delta, el Montsià, el peñón de Peñíscola, la Serra d'Irta y el Desert de les Palmes (este último, con la ayuda de los anteojos, avistaremos les Agulles de Santa Àgueda y la cima del Bartolo). Continuando la panorámica radial, ya tierra adentro, podemos observar: la plana de Castelló, la Mola de Catí, la carena de la Lloma de la Tossa, la Tinença de Benifassà, el pantano, els Ports de la Sénia, la cima del Negrell (1345 m), la Selleta de Pallerols, els Castells... Y, frente a nosotros, a primer plano: ¡la Sénia como nunca la había imaginado!

Panorámica de la Sénia desde la Penya de l'Àguila (la foto no hace honor a la visión)

Disfrutemos este momento... a nuestra manera... Si paseamos un poco por la cima (ojo con las paredes al vacío) veremos, sobre una roca y medio borrada, la firma del siempre presente caminante solitario que dejó anotado: "Tosa de San Pere - Rossell C.S.".

Saciada nuestra vista, es hora de regresar... Lo haremos por el mismo camino que hemos hecho la ida, poniendo especial cuidado de no resbalar y disfrutando, más plácidamente, de los paisajes que hemos visto en "modo subida". Si estamos atentos y en silencio seguro sorprendemos alguna cabra salvaje pasturando libremente.

Selfie de despedida, con la Penya de l'Àguila (al fondo) desde su collado


2 horas 15 min. (420 m) Pont de la Cova dels Rosegadors

En una hora, más o menos, estaremos de nuevo al pont de la Cova dels Rosegadors.

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Aquí os dejo con el dulce recuerdo de esta entrañable ruta que tanto me sorprendió... y no tan sólo por poder llegar a tan ansiada cima, también por todos los paisajes y detalles que me regaló su trayecto.

Padre... aquí te dejo este escrito que ha querido ser tus piernas para poder llegar a esa cima que tanto me hablaste... este escrito que ha querido ser tus ojos para poder ver, nuestra querida Sénia, de la forma que tan sólo la pueden ver... ¡las águilas!


Tocando el sol... desde "bajo"

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Dedicado a la Colla Castellera Jove de Barcelona y als Castellers de Tortosa


Tortosa, domingo 29 de diciembre de 2013. Me senté en el sillón de mi comedor en un profundo estado de shock.

Mi mente agotada quedó en blanco... superada por la agonía, la turbación y el llanto de aquellos últimos cinco días. Mi cuerpo quedó inerte y apático sobre el canapé...

¡Allí estaba solo!, abandonado en aquel hogar que, tan sólo hacía unos instantes, había dejado de serlo... ¡Silencio sepulcral!, mientras en la calle... era Navidad.


Ajeno a la tragedia, un agradable sol vespertino entraba por los ventanales iluminando el salón. El cálido roce de sus rayos hibernales embalsamó por unos instantes mi inconsolable pena... Me quedé inmóvil... como temiendo que un solo movimiento pudiera romper la paz de ese estado de letargo en que me había quedado sumido.

El sol se fue sofocando, como hoguera que ya nadie aviva... Las tinieblas ahogaron la luz del comedor, como si una losa cubriera despaciosamente mi tumba... la de mi exánime corazón.

Finalmente se apagó todo resplandor. La casa perdió el poco calor que aún conservaba. Un frío infernal fue calando mis ropas hasta los huesos... tenía que moverme, levantarme... tenía que comenzar a caminar... ¡se había acabado la función!

En la más profunda oscuridad deambulé los días venideros. Con urgencia tuve que exiliarme a mi Barcelona natal. Con esa infinita tristeza aplastándome... con esa incontinencia en el llanto... Con el rumbo de mi vida absolutamente perdido: naufrago en ese mar de lobreguez y depresión que apareció, así, de golpe y sin aviso... naufrago e inmerso en aquella terrible galerna que, ¡sin clemencia!, me envolvió a traición, sin darme siquiera intento para poder reflotar, aquel que un día fue, invencible navío.

Algunos que decían ser mis amigos, ¡como ratas!, abandonaron rápidamente el barco cuando empezó a entrarle el agua por la popa. Pero los verdaderos allí se quedaron: achicando sin tregua ni condiciones mi desconsuelo. Una de estas personas es Mònica Múrcia.


La Jove de Barcelona y yo

Mònica era una vieja amiga del instituto que hacía más de 20 años que no veía. Nos habíamos reencontrado hacia unos tres años en el Facebook y teníamos un café pendiente para ponernos al día.

Empujado por los infaustos acontecimientos, le envié un correo desesperado contándole todo lo sucedido, sabedor que ella también hacía poco que había pasado por una experiencia similar. Reaccionó rápidamente para aplacar mi dolor e intentar sacarme, ¡arrastras!, de esas indisipables tinieblas que me estaban asfixiando. Me dijo:

-¡El viernes quedamos y me acompañas a hacer Castells!

¡¡¿¿Castells??!!, eso sí que no me lo esperaba de ella. Yo, a Mònica, la recordaba de cuando éramos unos jóvenes alocados, correteando por el barrio barcelonés del Clot, escuchando a "Los Suaves", "Siniestro" o "Loquillo"...

¿Castells?, ¡¡¿¿en serio??!!, si en mi vida me había interesado ese tipo de "folklore"... ¡pero si yo siempre había considerado "eso" una actividad desusada practicada por unos "frikis" con faja. 

En fin... si quería verla tenía que acompañarla a ese ensayo. Eso sí, en secreto me dije que sólo iría aquella vez y, para otra ocasión, ya decidiría yo un lugar más "convencional" para quedar.

Viernes 31 de enero de 2014, poco antes de las siete de la tarde, me reencuentro con Mònica en la plaça Orfila del barrio de Sant Andreu. Nos fundimos en un largo abrazo sin ni siquiera saludarnos.

Junto a Mònica en el local de la Colla Castellera Jove de Barcelona. Febrero de 2014

Me llevó al local de la Jove de Barcelona, ubicado en la antigua fábrica textil "Fabra i Coats". Aquel día era también, para ellos, el primer ensayo de la temporada 2014. La primera sensación que tuve al entrar no me gustó: era un local frío y grande, de alta techumbre que daba sensación de poca luz, era todo muy gris y viejo...

Mónica me presentó a Roger, un veterano casteller encargado de la acogida de nuevos miembros, y desapareció dejándome sólo con él. Roger me preguntó:

-¿Has hecho alguna vez castells?

-No -le respondí- y, la verdad, no tengo ni idea de que va todo esto... -Mientras le decía estas palabras, con gran pavor observé cómo agarrados de las viejas columnas de la fábrica, los chicos y chicas allí reunidos se subían unos a otros. Interrumpí bruscamente el afable discurso de Roger y le dije:

-¡¡Ah no!!, yo tengo mucho vértigo, ¡no quiero subir! -Se rió y me respondió:

-Tranquilo que hoy no subirás...

-Bueno pues... si te parece, hoy sólo miro como lo hacéis y el próximo día ya empiezo. -Volvió a reír. Me miró en detalle, preguntó mi edad, peso, me hizo levantar los brazos y concluyó:

-¡Harás de lateral!

-Pero no voy a subir, ¿eh? -insistí... y volvió a reírse una vez más.

Me llevó hacia un grupo de chicos y les anunció:

-Os presento a Humbert, hará de lateral. -y se marchó.

Mirando de reojo la puerta (para salir pitando en cualquier momento) se me acercó un chico vestido de negro y cabello largo recogido con una cola. Me dijo:

-Hola Humbert, me llamo Senyor Sànches, ¿has hecho alguna vez de lateral?

Le dije que no tenía ni idea... Y es que, hasta ese día, yo pensaba que la piña de un castell era un tumulto de personas amontonadas de forma caótica (casi como una melé en el rugby). El Senyor Sànches me explicó muy bien la distribución ordenada dentro de una piña, como se ubicaban los diferentes integrantes (y su nomenclatura). Luego se centró en la posición del lateral, me enseño como debía colocarme y protegerme. Me pusieron una faja azul de novato y empezamos a practicar haciendo pilares volados.

Ya más tranquilo regresó Mònica. Me presentó a Xescu Jorba (el cap de colla), que me dirigió unas cálidas y breves palabras de bienvenida. Luego continuó presentándome a toda persona que se moviera por el local. Me encantó el afecto que me iban saludando la mayoría de castellers... ¡que "borrachera" de nombres!, sería imposible memorizarlos a todos, pensé...

Empezamos hacer pruebas "limpias" de castells, nos distribuimos en nuestras posiciones: yo de lateral, con mis manos en alto lo más cerca del muslo del casteller que había subido en frente mío, pero sin llegar tocarlo. La verdad es que aquellas pruebas eran algo lentas y aburridas, pero me sentía tan acogido que, por primera vez desde hacía muchos días, no pensé en mi aflicción.

Participando en las pruebas limpias de la Jove de Barcelona. Febrero de 2014

Pero hubo una prueba que cambió mi forma de pensar de golpe... una prueba que me proporcionó unas sensaciones que hicieron que quisiera ser uno de ellos a partir de entonces. Sucedió cuando comenzaron las pruebas de piña y me dijeron que me pusiera de segundo lateral, tras de Jojo.

Con Jojo ya habíamos estado hablando amigablemente entre prueba y prueba. Me dijo entonces:

-Yo ahora haré de lateral, fíjate como me coloco, especialmente con la posición de mis manos. Cuando digan: "segons laterals!", apóyate sobre mi espalda, coge firmemente mis muñecas (pero sin hacer mucha fuerza, si no te lo pido) y reposa tu mejilla sobre mi cuello.

Se fue montando la piña... el baix que nos tocó frente nosotros, recuerdo que era Pep Llopart. Vi como lo iban rodeando: el contrafort, les crosses, la agulla... pensé: "¡cómo me gustaría estar en esa posición algún día!: apretujado, soportando todo el peso, en el centro del meollo...", cómo me gustaría ser, algún día, como el bueno de Pep.

Poco a poco se fue cerrando la piña... gritaron mi posición y me puse tras Jojo, tal como me había explicado. "Abrazado" al fuerte y amable compañero me sentí consolado y protegido. Luego... "alguien" colocó su pecho sobre mi espalda, cogió firmemente mis muñecas y apoyó su mejilla sobre mi cuello. Noté calor y presión por todo mi cuerpo... Noté que el castell estaba vivo y que éramos todos uno... ¡me encantó esa sensación!

Se descargó con éxito la prueba y todos se pusieron a aplaudir. Yo... todavía muy emocionado, me uní a la ovación y tuve claro, al fin: ¡que quería ser casteller! A partir de entonces no fallé a ningún "entreno" con la Jove de Barcelona.

En el siguiente entreno, recordando a Pep, les pedí a los técnicos que quería que me "cargasen". Me llevaron a una columna para hacer espalderas. Pensé: "¡Ai Humbert! en que fregados te pones...", pero reflexioné sensatamente, diciéndome: "Mira, por mucho peso que vayan a ponerte a tus espaldas, nunca será tanto como la carga que tienes que soportar en estos momentos...".

Finalmente me subió un chico y, encima de él, una niña... noté el peso de los dos y el zarandeo al subir y bajarme, mientras yo me agarraba, muy solemnemente, a la vieja columna con mi espalda recta y los codos elevados... ¡Me gustó aquello!

Domingo 9 de febrero de 2014. Después de tres entrenos ya teníamos nuestra primera diada de la temporada. Era en honor a Santa Eulàlia (copatrona barcelonesa) en el inigualable marco de la plaça Sant Jaume de Barcelona. Yo, todavía sin la camisa de la colla (te las tienes que ganar participando activamente en un número determinado de ensayos y diadas) viví mi primera diada actuando en todos los castells como segundo lateral e, incluso, debutando en uno como primero. ¡Fue impresionante!

Mi primera diada, todavía sin la camisa de la colla. Febrero de 2014

Viernes 14 de marzo de 2014. Después de la Diada de Santa Eulàlia, no había más actuaciones hasta mediados de marzo. Yo seguí acudiendo con ilusión y ganas a todos los entrenos, ¡sin fallar a ninguno!, todos los martes y viernes. Se acercaba la siguiente actuación y, el viernes antes, había el "ensayo general".

Cuando se terminó el entreno, se íban a repartir las primeras camisas de la temporada. Pensé: "A mí todavía no me debe tocar: sólo llevo mes y medio y una sola diada". Pero cuál fue mi grata sorpresa cuando dijeron en alto mi nombre y todas las miradas se abalanzaron sobre mí, mientras me ensordecía un sonoro aplauso. Apabullado me acerqué a la tarima y se me hizo entrega de la bonita camisa de color granate (con las letras "Jove de Barcelona" bordadas en la espalda) y del escudo de la colla.

Probándome la bonita camisa de la Jove de Barcelona en casa de mis padres. Marzo 2014

Separados ya del burullo, Montse y su hijo Xavi Angerri me hicieron, más o menos, el siguiente discurso:

-Humbert, la Colla Castellera Jove de Barcelona te hace entrega de su camisa por tu esfuerzo en los entrenos y actuaciones que has participado. El escudo que lucirás frente a tu corazón nos representa a todos. Pero recuerda, ¡siempre!, que este escudo no te pertenece... en caso de hacer un comportamiento inadecuado llevándolo puesto, como: estar bajo los efectos del alcohol o drogas; verte involucrado en alguna pelea; comportamientos xenófogos, homófogos, sexistas o que atenten contra la convivencia pacífica de la sociedad, te será automáticamente retirado y serás expulsado de la colla. 

¡Totalmente de acuerdo!, ser casteller no es sólo hacer castells... ser casteller es una forma de actuar en la vida. Así que: ¡tolerancia cero para los que no acepten estas indiscutibles normas de convivencia!

Domingo 16 de marzo de 2014. ¡Llegó el día de mi bautizo! La diada era en la ciudad de Badalona, frente el paseo Marítimo. Fue una jornada especial, ¡todo salió bien! Recuerdo la ilusión de vestirme, por primera vez, con mis pantalones blancos, la camisa grana recién planchada con el escudo ya cosido en su parte izquierda y mi faja negra de 5 metros.

Mis pantalones blancos, mi faja y mi nueva camisa con el escudo cosido. ¡Todo preparado para mi bautizo!

Después de la gran diada comimos todos juntos sobre la arena de la playa de Badalona. Yo cerré un instante los ojos, bañando mi cara bajo el tibio sol... parecía como si el astro rey quisiera iluminar (tenuemente) aquellas tinieblas que me dejó encerrado tan sólo dos meses y medio antes. Quedé como en trance... mientras oía el ruido acompasado de las olas mezclándose con los gritos de los niños jugando... creo que llegué a esbozar una tímida sonrisa de felicidad.

Fue transcurriendo el año, disfrutando de todos los entrenos y las actuaciones que participábamos... Sin duda, el momento cumbre de aquella temporada, ocurrió en la Diada de la Mercè (la otra patrona de Barcelona) donde pudimos descargar, en la plaza Sant Jaume, ¡nuestro primer 7 de 7!

Primer 7 de 7 descargado por la Jove de Barcelona, 24 de setiembre de 2014. Foto de Claudi Domper

El 2015 lo comencé junto a la Jove de Barcelona. Repetimos actuaciones que tanto me marcaron el año anterior (como la diada de Santa Eulàlia o la de Badalona). Y yo me reafirmé en mi posición de lateral... ayudando a mi colla en todos los eventos que me era posible asistir.

Colocado como primer lateral, frente a Xavi Angerri (con gafas), Diada del Triacord 2015

Pero yo quería volver a mi casa: ¡a Tortosa! Quería volver a ese hogar que dejó de serlo aquel día que se quedó a oscuras, ese fatídico 29 de diciembre de 2013...


Els Castellers de Tortosa y yo

Fue en marzo de 2015 cuando supe, por primera vez, la existéncia dels Castellers de Tortosa, empezaban hacer sus primeros ensayos. Los vi en una foto de Instagram: en la imagen se veían haciendo una prueba de 3 limpia en la plaza de Barcelona, frente el Mercado de Tortosa. ¡Debía informarme!, pero pasaron los días...

Primera imagen que vi dels Castellers de Torosa. Marzo 2015. Foto de Ferrán Bel

Sábado 2 de mayo de 2015. Visitando la ExpoEbre de Tortosa, en el Pavelló Firal de Remolins, vi la parada de la colla tortosina y se me iluminaron los ojos. Me acuerdo que fui muy bien atendido por Cristina, la presidenta. Yo le dije que era casteller y que me gustaría conocerlos. Me invitó a que asistiera el día siguiente, por la tarde, ya que harían un ensayo fuera mismo del pabellón.

Domingo 3 de mayo de 2015. Por la tarde me dirigí a la cita... al llegar, todavía se estaban enfajando y algunos curiosos miraban. Nadie pareció percatarse de mi presencia en esos primeros instantes... busqué a Cristina, ¡allí estaba!

-Hola Cristina, ¡al final he venido! -le dije-. No he podido traer mi faja, la tengo en Barcelona, ¿me podéis dejar alguna?

Me dejó una de color granate y ella misma me enfajó. Luego le pedí que me presentará al cap de colla... ¡Vaya!, estaba en la otra punta... mientras me llevaba hacia allí me noté algo observado.

Me presentó a Cristian Dasi. "¡Qué cap de colla más joven!", pensé. Recuerdo las palabras que le dije:

-Hola Cristian, me llamo Humbert. -nos estrechamos las manos y proseguí con humildad- Soy casteller de la Colla Jove de Barcelona, generalmente hago de lateral. Mi intención es venir a Tortosa y me gustaría probar con vosotros. Cristian sonrió, no habló mucho, me presentó a los técnicos y volvió a su cometido.

Al igual que me pasó con la Jove de Barcelona, también me sentí muy bien acogido desde el primer momento. Había un ambiente distendido y de compañerismo que me encantó.

Mi primer ensayo con els Castellers de Tortosa, durante la ExpoEbre 2015

Empezó el ensayo... sin que tuvieran que decirme nada, me puse a voltar las pruebas limpias que iban haciendo. ¡De repente!, me anunciaron que me pusiera yo debajo de una de ellas. ¡Era un tres limpio!, como el que vi en la foto del Instagram. Pensé: "Madre mía... ¡pero si yo nunca he hecho esto!".

Sin que se notará mucho mi inexperiencia, me así a los brazos de mis compañeros, manteniendo mi espalda recta y la cabeza bien alta. Sólo subieron un piso y se quedaron un rato encima nuestro. Cuando bajaron, noté como el pié izquierdo del chico que tenía arriba recorría mi columna hasta la faja... luego aplaudieron todos, mientras yo sonreía...

A partir de aquél día, ya más instalado en Tortosa que en Barcelona, mis ensayos empezaron a ser más seguidos con la colla del Baix Ebre.

Els Castellers de Tortosa son una colla nueva (ni siquiera se ha bautizado) y tiene todavía poca gente. Por eso, allí todos hemos de saber hacer un poco de todo: tocando todas las posiciones que nuestro físico nos permita estar y, a mí, esta polivalencia: ¡me encanta!

Los siguientes ensayos, después de la ExpoEbre, ya los hicimos en su local habitual: ubicado dentro del Pavelló Firal de Remolins (encima del escenario). Desde el primer día me involucré mucho en el trabajo, la técnica me iba poniendo de bajo de muchas de las pruebas limpias.

Haciendo una prueba limpia de 4, en la EMD de Jesús

Llevaba pocos ensayos cuando, al final del entreno, anunciaron que haríamos una prueba de pilar con piña. Empezaron a cantar las posiciones... Isaac terminó el recuento y yo no tenía ubicación asignada... le pregunté algo mustio:

-Isaac... ¿donde quieres que me ponga?

-¡Ai sí! perdona Humbert... -me respondió- ¡tú vas a subir! Descálzate y sácate los calcetines.

Me quedé como helado unos segundos... ¡reaccione!, sacándome los calcetines antes que los zapatos, y me acerqué veloz a la piña... mezcla de una indescriptible alegría, gratitud y... para que engañarnos, ¡un "acojone" impresionante!

Viendo mi cara de pez al intentar abordar al segones mans, Luïssa se ofreció a hacerme la "escaleta". Subí y caminé por encima la piña... ¡allí estaba el baix esperando!

-¡Izquierda! -le dije.

Puse mis pies sobre sus hombros, que sensación más rara... "¿aguantará mi peso?, ¡pobre Àlex!", pensé. Me apoyé a los dos" fajos" de manos que toda la piña extendía hacia mí y recoloqué mis pies.

Cuando estuvimos cómodos, dije que ya me podían sujetar. Me soltaron y noté como ocho pares de manos apretaban firmemente mis muslos, ingles y trasero.

Xènia subió a piña y se acercó a mis espaldas. Hice los pasos que había practicado en el suelo para que subiera y... ¡ya la tenía arriba! Quedé mirando al frente, con expresión seria y con mis manos agarradas a sus pantorrillas... ¡cómo disfruté de ese instante!

De segundo en una prueba de pilar con piña

Ese día no subió nadie más, pero hemos seguido practicando y ya he empezado a ensayar pilares de 4 con piña. ¡Pronto espero estrenarme a plaza! También he subido de segundo alguna vez a piña, para practicar la difícil torre.

De segundo, junto a Michel; en una prueba de torre con piña
Otro momentazo fue durante el segundo o tercer ensayo después de la ExpoEbre. Estábamos practicando pruebas limpias cuando vi que colgaban en la pared el croquis de una piña con nuestros nombres anotados en las respectivas posiciones. Me acerqué a ver donde me había tocado y, estupefacto, pero inmensamente lleno de gozo, ¡observé que era uno de los bajos!

¡Tocó al fin la prueba de piña! Los nombres de los bajos fueron los primeros que anunciaron. Luego, se fue colocando toda la gente a nuestro alrededor. Empezaron a cerrar la piña, poco a poco sentí la presión a mi alrededor... Noté el peso del segundo al subirse sobre mis hombros... aquel primer día no subió nadie más. Como me acordé de Pep en aquellos instantes... Como me acordé de aquel primer día que hice castells, junto a Mònica...

De bajo, junto a Manel, en una prueba de piña

Yo lo tenía clarísimo: ¡me sentía perfectamente capacitado para hacer de bajo y que me cargaran todo lo que fuera!, ojalá los técnicos también lo considerasen así... Tenía pues que trabajar duro junto a mis compañeros, para poder alcanzar nuestro gran sueño... ¡descargar nuestro primer castell!

Empezó el verano. Hicimos muchos talleres, donde podíamos promocionar nuestra colla por el territorio. También hicimos alguna actuación benéfica, donde exhibíamos un pilar de 4. Trabajamos duro todas las posiciones los días de ensayo.

De bajo, en una prueba del 3d6 en la espaldera: desde piña hasta dosos. Julio 2015

Pasó el Renaixement, las fiestas mayores de la mayoría de pueblos del territorio... y llegaron, ¡por fin!, les Festes de la Cinta: ¡les Festes Majors de Tortosa!

Viernes 4 de setiembre de 2015. El próximo domingo era ya la diada y, nuestra intención, era presentar a plaza un 3 de 6. Las pruebas realizadas en el ensayo general fueron bien, pero todos quedamos con muchas dudas y miedos: éramos conscientes que no habría ninguna colla más en la plaza para ayudarnos y seríamos pocos para formar una piña con condiciones... ¿y la canalla?, ¿cómo reaccionaría en el momento de la verdad?, ¿se asustaría? 

Fue durante ese ensayo cuando me confirmaron que yo haría de "bajo" en ese primer castell. Me quedé profundamente feliz, agradecido y honrado. Esperaba, ansiosamente, no defraudarles...

Apareciendo en un cartel promocional, antes de nuestra primera diada. Foto de Isaac

Domingo 6 de setiembre de 2015. ¡Día grande de les Festes de la Cinta! Día en que nos presentábamos a la ciudad que llevamos su nombre.

Tortosa es una ciudad histórica, con mucho folklore y es un emplazamiento referente para el sur de Catalunya. Pero, curiosamente no tenía, hasta entonces, ninguna colla castellera que la representara y, hasta ese mismo día, no se había celebrado (¡nunca!) ninguna diada.

Y allí estábamos nosotros para hacer historia, vestidos con camisa blanca (nuestra camisa definitiva, después del bautizo, será granate como la bandera de Tortosa). Allí estábamos nosotros, con nuestras ilusiones y miedos bien prietos bajo la faja.

Vinieron a ayudarnos algunos castellers de Los Xics Caleros, colla hermana de l'Ametlla de Mar. Pero seguíamos siendo pocos para cerrar una piña con condiciones...

Nuestro primer destino fue a la plaça Nostra Senyora de la Cinta, allí hicimos dos pilares de 4: uno en honor a la Virgen, frente a su estatua, y otro al terminar la Misa Solemne. Luego nos fuimos juntos hasta la plaça de l'Ajuntament donde haríamos nuestra primera diada.

Llegamos los primeros a la plaza, ¡no había nadie!, aprovechamos el momento para hacernos una foto de grupo frente el ayuntamiento. Edgar, sentado en el bordillo de la fuente central, ultimaba los últimos retoques del croquis de piña con semblante preocupado... Yo me alejé unos instantes, buscando silencio y concentración, consciente de la importancia del acto que debíamos realizar. ¡No podíamos fallar!

Foto de grupo, posando frente el Ajuntament de Tortosa antes de la diada

Empezó a llenarse la plaza: las autoridades (con el alcalde y el obispo al frente), les pubilles, la Colla Gegantera, Cort de Bèsties i Dolçainers de Tortosa y una multitud de personas que se fue resguardando del calor bajo los soportales de la plaza. Al centro las dos parejas de gigantes más clásica: los reyes árabes y cristianos, a su lado mi querida Cucafera... "ellos" también querían estar presentes en nuestra primera diada.

Entramos andando hasta el centro de la plaza, acompañados de la música de les gralles y els tabals. Empezamos a montar la pinya, los primeros en llamar fuimos los bajos, luego fueron anunciando al resto del grupo.

Colocados (y ya cogidos) los tres bajos del castell

Entró Cristian, nos cuadró y nos dijo a todos unas palabras alentadoras. Ya estaba todo preparado, empezaron a cerrar la piña: nos cogimos los bajos (Manel a mi derecha y Joel a la izquierda), me abrazó mi contrafort (Maria Laura), entraron al centro las tres agulles (quedando Albert Esteve frente mío), entraron les crosses (Kevin a mi derecha y Marina Mora a mi izquieda), se fueron completando el resto de posiciones... uniéndose algunos integrantes de la Colla Gegantera de Tortosa y algún espontáneo del público. Miré a Manel y a Joel y les grité:

-¡Por nuestros cojones que vamos a aguantar este castillo!, ¡cueste lo cueste!, ¡que no sea por nosotros! -Lo reconozco... en esa ocasión fui algo soez, muy alejado de mi estilo más moderado, pero es que la adrenalina la tenía a tope.

Pregunté a mis crosses si estaban cómodas, hice subir un poco a Marina. Ya empezaba a notar la presión por todo mi cuerpo... un enjambre de brazos se levantó encima de mi cabeza, quedé quieto, concentradísimo... esperando la carga.

-¡Humbert, derecha! -dijo Victor y se posó encima de mis hombros. Se colocaron bien los tres segundos y... empezó a sonar el Toc de Castells.

Yo... en el centro de la piña, parecía estar como dentro de un búnker: oía amortiguados les gralles y els tabals, los gritos del cap de colla... me quedé a "oscuras", notando como iba aumentando el peso sobre mí... me cogí fuerte de las mangas de los compañeros y cerré los ojos. Quedé aislado, solo... rodeado por tanta gente. De repente Albert me dijo:

-¡Ya está la aixaneta arriba! -a oscuras oí el griterío del público como si yo estuviera dentro de una piscina... luego noté como temblaba todo el castillo sobre mí al irse descargando.



Foto del primer castell descargado a Tortosa... ¡de nuestro primer castell!, desde el ayuntamiento

¡Y se abrió de nuevo el cielo!, y el aire trajo a mis oídos una fuerte ovación: ¡Todo había ido bien! Estallamos de alegría, ya no había control después de tanta tensión: todo era júbilo desmesurado, saltos, abrazos, lágrimas, griterío...

¡Y se abrió de nuevo el cielo!, y el sol me "inundó" mientras yo botaba abrazado a mis compañeros. Ese mismo sol que se ocultó ese fatídico 29 de diciembre de 2013... ese sol volvía a brillar con fuerza, hasta lo más profundo de mi corazón, en la misma ciudad que aquel día se me apagó.

Aquí nos quedamos, con esos felices castellers que hicieron historia: por descargar el primer castell en la ciudad de Tortosa y por descargar su primer castell como colla. Luego vinieron 8 más: cuatro 3d6, tres 4d6 y dos 3d6a (¡todos descargados!), completando una primera temporada espectacular y... teniendo yo, el gran honor, de haber sido el "bajo" en todos y cada uno de ellos.

Aquí nos quedamos, con este casteller inmensamente feliz... con este casteller que, por fin, dejó atrás las tinieblas... este casteller que ahora baila loco de contento "bajo" ese cálido sol de verano... mientras, sonriente, levanta su brazo bien alto... como queriéndolo tocar.

Dos escudos, dos ciudades... ¡una misma camisa! ¡Orgullo grana al cuadrado!


Mancala. Sembrar nunca fue tan divertido

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Fue en el año 2002 o 2003 cuando me regalaron mi tercer teléfono móvil (desde 1997 que dispongo de alguno: primero fue un Alcatel y luego un Philips). Se trataba del archiconocido Nokia 3310, un impresionante celular con más de 100 millones de unidades vendidas.

Foto promocional del Nokia modelo 3310

Para mí, este fue mi primer móvil que incluía videojuegos en su memoria interna. Se trataba de 4 programas sencillos pero muy entretenidos y con un nivel adictivo bastante alto, eran los siguientes:
  1. Pairs II. El típico juego de memoria donde debemos recordar y hacer parejas de naipes.
  2. Snake II. Quizás el más conocido del 3310: el de la serpiente que va aumentando su tamaño poco a poco y debemos evitar que choque contra las paredes o sobre ella misma.
  3. Space Impact. Un divertido "matamarcianos" de scroll lateral, donde pilotamos una nave espacial disparando a todo lo que se ponga por delante.
  4. Y... Bantumi. ¡El raro!, quizás algún propietario de este modelo de celular no llegó ni tan siquiera a jugarlo, ya que a priori parecía algo complicado y aburrido...
Pues bien... fue con mi Nokia 3310 cuando descubrí los Mancala: El Bantumi es una variante del Oware, un grupo de de la familia de estos juegos.

Screenshot de una partida del juego Bantumi en la pantalla del Nokia 3310

Los Mancala (o Manqala: palabra árabe que significa "movible"), son una amplia familia de juegos de tablero abstractos, practicados entre dos personas y que comparten una serie de características comunes.

Son originarios de África Occidental, aunque encontramos variantes de este juego en todo el continente africano y algunas partes de Asia. En algunas regiones del sur de África, también se los denomina Kalah. Este nombre podría provenir de las zonas próximas del desierto Kalahari, en Namibia.

Atardecer en el desierto Kalahari en Namibia (África). Fuente

Las características comunes de los juegos Mancala son las siguientes:
  • El tablero está compuesto por una serie de receptáculos organizados en filas. Estos receptáculos pueden ser agujeros hechos en el mismo suelo o en un bloque de madera, piedra...
  • Como elementos móviles se juega con una serie de pequeñas piezas indiferenciadas como pueden ser: semillas, legumbres secas, pequeños guijarros...
  • El movimiento básico para jugar a los Mancala se denomina: "de siembra". Consiste en tomar todas las piezas contenidas dentro de uno de los receptáculos e irlas depositando (¡de una en una!) en contenedores consecutivos.
Mujeres de Costa de Marfil juegan al Mancala en un tablero Awale. Wikipedia

Dentro de estas características generales, existen numerosas reglas que acaban diferenciado la gran cantidad de variantes que existe para este juego.

Tenemos tres grandes tipos de Mancala:
  1. Manqala con dos filas de receptáculos. Son los más corrientes... el ejemplo típico para este gran grupo, como el que vemos en la foto anterior, es el Awale (también denominado como: Wari, Warri, Ware, Ourri, Owari, Awele, Walle, Awalé, Aware, Awaoley, Oware, Wouri...).
  2. Manqala con cuatro filas de receptáculos. En este caso, como vemos en la siguiente foto, tenemos como ejemplo el Bao (Bawo u Omweso).
  3. Manqala con un número impar de filas: Aquí entran las versiones de una fila (para solitarios como el Tchuka Ruma) y para tres (poco habituales).

Manqala de cuatro filas para jugar al Bao. Fuente

En definitiva, existen una infinidad de mancala y podríamos escribir eternamente sobre ellos. Pero, en este post, sólo profundizaremos y describiremos sobre una de sus variantes: los Awale (el ejemplo que hemos citado del primer tipo) y, más concretamente, sobre el Bantumi... ¡sobre el juego que traía el Nokia 3310!

Bantumi artesanal. Fuente

Me gustaba tanto jugar con mi móvil a este juego, que empecé a buscar por tiendas especializadas a ver si encontraba un Bantumi "tangible"... finalmente lo encontré en una tienda de Peñíscola (Castelló).

Mi juego del Bantumi (con el tablero plegado) y sus piezas dentro de la cajita

Mi tablero de Awale para jugar al Bantumi, es de madera, abatible y con los receptáculos torneados. Las "semillas" de juego que me entregaron originalmente (dentro de una bolsita de plástico), eran unos impersonales fragmentos de cristal que cambié por 60 pequeños guijarros rodados de mármol blanco (como pequeñas alubias) que recogí a la Playa de los Muertos del Cabo de Gata (Almería). Estas piezas las guardo dentro de una cajita de madera a juego con el tablero.

Mi tablero de Bantumi y mis 60 "alubias" de mármol blanco


Reglas del Bantumi

Material de juego

Como se ha visto, para jugar al Bantumi, se requiere un tablero con dos hileras de seis hoyos cada una (estos hoyos se los denomina: "casas"). En los extremos del tablero hay otras dos cavidades (generalmente algo mayores) llamadas: "almacenes", donde se depositaran las piezas capturadas.


Nomenclatura de los diferentes huecos del tablero

Las piezas son indiferenciadas y las llamamos: "semillas". Pueden ser legumbres secos, cachitos de madera, guijarros... Generalmente, en una partida se utilizan 48 "semillas" (4 por cada "casa" del tablero). Aunque también pueden usarse 60 (5 por hoyo) o, por el contrario, jugar con sólo 3 piezas por depósito.


Preparación de la partida

Los jugadores ocupan sus puestos junto a los flancos largos del tablero. Cada jugador es dueño de la hilera de "casas" más próxima y del "almacén" de su derecha.

Áreas de juego para cada jugador... "nosotros" jugaríamos con los receptáculos azules

Para iniciar la partida se cargan las seis "casas" de cada fila con 4 semillas cada una. Si ponemos 5 piezas por "casa", el juego será más complejo, y si ponemos 3, más sencillo.

Posición inicial de la partida de Bantumi. Generalmente con 4 "semillas" por casa


Desarrollo del juego

Comienza el jugador más joven o el que ha ganado la anterior partida. Elige cualquier "casa" de su fila y recoge, con la mano, todas las semillas depositadas en ella.

A continuación, en sentido antihorario y a partir de la "casa" adyacente que hemos vaciado, se van "sembrando" todas las "semillas" que tenemos en la mano (¡una a una!) y en cada hoyo de nuestro recorrido circular. Es decir: depositamos una pieza en cada "casa" de nuestro campo, una en nuestro "almacén" y una en cada "casa" de nuestro oponente. Si teníamos muchas "semillas" en la mano, es posible que regresemos a nuestro campo de nuevo, en este caso: no colocaremos ninguna pieza dentro del almacén del oponente.

Trayectoria de la "siembra" (pieza a pieza, hoyo a hoyo) que realizaría el jugador azul

Cuando se coloque la ultima "semilla", será el turno de nuestro adversario que empezará a mover de la misma forma. Se continuará jugando así, de forma alterna.


Excepciones

Si la ultima "semilla" la ponemos dentro de nuestro "almacén", volvemos a tirar. Como vemos en la siguiente imagen: acabamos de empezar una partida, hemos tomando las 4 semillas de la "casa" que ahora vemos vacía y hemos depositado una pieza en las 3 casas adyacentes (de la derecha) y, la última, dentro de nuestro "almacén"... ¡volvemos a tirar!

Al depositar la última "semilla" en nuestro "almacén", conservamos el turno y tiramos de nuevo

Si la ultima "semilla" la depositamos dentro de una de nuestras "casas" vacías, recogeremos la pieza introducida en esa "casa" y la colocaremos dentro de nuestro "almacén" y... a continuación, tomaremos todas las semillas que contenga la "casa" de enfrente (de nuestro oponente) y, también, las pondremos en nuestro "almacén". Ahora ya podrá jugar nuestro contrincante.

Miremos las 2 siguientes imágenes para entenderlo:

Si cogemos las 2 "semillas" de la "casa" señalada en rojo, la última pieza acabará en un hueco vacío

Ponemos en nuestro "almacén" esta última "semilla" sembrada y todas las de la "casa" de en frente


Finalización de la partida

La partida termina cuando consigamos recolectar en nuestro "almacén", la mitad más una del total de "semillas" usadas en el juego. Es decir: si jugamos con 48 piezas (4 por "casa" al comenzar), ganaremos si conseguimos (24+1) 25 semillas; si jugamos con 60 (5 por "casa"), venceremos con 31 piezas y si jugamos con 36 (3 por "casa"), con 19.

Si no queremos ir contando las "semillas" que vamos acumulando en nuestros "almacénes", también se dará por terminada la contienda cuando uno de los 2 jugadores se quede sin semillas en sus 6 "casas". El recuento de puntos, se podrá realizar de tres formas distintas que, en cualquier caso, se deberá acordar antes de comenzar la partida:
  1. El que se queda sin "semillas" en sus "casas"se bonifica y recoge las piezas que todavía conserva su contrincante en sus "casas", añadiéndolas a su "almacén". Se hace el recuento, ganando quien tenga más "semillas" almacenadas. Esta era la forma que finalizaba el juego la versión del Bantumi del Nokia 3310.
  2. El que se queda sin "semillas" en sus "casas"se penaliza y el contrincante recoge las piezas que todavía conserva en sus hoyos, añadiéndolas a su "almacén". Se hace el recuento, ganando quien tenga más "semillas" almacenadas. Esta es la forma que finaliza la versión informática que os presento a continuación para que juguéis.
  3. Independientemente de quien se haya quedado sin "semillas" en sus "casas", se cuenta el número de piezas depositadas en los 2 "almacenes" en aquel instante (sin contabilizarse las piezas que han quedado dentro de las "casas"). Gana quien haya acumulado más semillas en su "almacén".
En caso de empate, gana quien primero se haya quedado sin "semillas" en sus "casas".

Bien, para ir acabando... ¿os gustaría poder jugar una partida al Mancala (Bantumi) como hacíamos con nuestros Nokia 3310? Os emplazo a mi Web especializada Videoconsolas, donde podréis disputar todas las partidas que queráis con un programa sencillo y colorista que allí tengo instalado. Por favor, clicad en el siguiente enlace:




Hoyos excavados... semillas en mano... ¡que comience la siembra!

Jordi Pascual Morant y los coleccionistas de arte

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El coleccionista de arte es aquel que conserva y da soporte a la creación, cultivando la sensibilidad y estimulando al artista que tiene algo que decir para dignificar al ser humano.

Jordi Pascual Morant


A finales del año pasado, el polifacético artista barcelonés: Jordi Pascual Morant, nos invitaba a todos que deviniéramos “Coleccionistas de Arte”. Con este original concepto nos abría las puertas de su tienda online:



Cuando entramos a su e-shop, nos recibe una esplendente imagen de portada creada por él mismo:

Collage creado por Pascual Morant, como imagen de portada de su tienda online

Este collage está inspirado, por una parte, con las “Meninas” de Diego Velázquez:

Las Meninas (1656), de Diego Velázquez. Museo del Prado (Madrid). Fuente

Y, por otra, con ese tipo de cuadros-catálogo del siglo XVII, donde pintores, como el flamenco David Teniers El Joven, plasmaban escenas de gabinete abarrotadas de obras de arte, con el afán propagandístico de los gustos refinados de la aristocracia de aquella época:

El Archiduque Leopoldo Guillermo en su Galería de Bruselas (1650-52), de David Teniers El Joven. Kunsthistorisches Museum (Viena). Fuente

Como vemos en su foto de portada, en blanco y negro, Jordi fusiona estos dos cuadros. Sobre esta base, coloca ejemplos, a todo color, de algunas de sus obras creadas en su dilatada trayectoria: invitando de esta manera al espectador, a adentrarse a su galería virtual ávido por conocer todo su catálogo... ávido en convertirse en... ¡coleccionista de arte!

Por cierto, si observamos este sugestivo collage, vemos al propio Jordi Pascual Morant, en la esquina inferior izquierda mirando la escena. Y, como anécdota, en el espejo central de la imagen (donde Velázquez pintó reflejados a los reyes: Felipe IV y Mariana de Austria) aparece la pareja de Jordi, la psicoterapeuta y doctora en biología: Eugènia Monrós Marín.


Pascual Morant Shop

Dentro de su tienda virtual, Jordi nos ofrece parte de su obra artística, realizada a lo largo de más de 40 años de creación y experimentación plástica. 

Su heterogéneo catálogo se compone de obras elaboradas en su dilatada trayectoria personal, como son: las Obras Pictóricas, Esculturas y Dibujos. Así como otras disciplinas como: la Música, Joyería o Juegos. 

En todos los apartados de la tienda, el artista nos hace una breve y evocadora introducción que nos sirve para comprender mejor las piezas que allí nos presenta.

Todas las imágenes expuestas a continuación han sido extraídas de Pascual Morant Shop y son propiedad de Jordi.

Como Obra Pictórica, nos expone diferentes temáticas o épocas de su carrera artística como son: las Suites y los Fractales, donde el estudio pictórico se adentra en el cromatismo líquido de la resina. Las técnicas en yeso, las Levantinas o las Polimerotecas. Y las sublimes Nebulosas, serie que representa la culminación de su exploración con la resina y la luz artificial.

Nebulosa. Son, sin duda alguna, el súmmum de su exploración con resina de poliéster y luz inducida

Como Esculturas, Pascual Morant nos propone 4 apartados en su tienda: Arquitecturas de Mesa, Ámbar, Mirada de Gulliver y Trazados.

Cubo. Se trata de una escultura que amplia la técnica de sus Arquitecturas de Mesa

Proseguimos por la tienda y entramos a la sección Dibujos. En ellos podemos adquirir ejemplares realizados sobre Papel o Ámbar.

Dibujo en Ámbar de Jordi Pascual Morant

Durante estos últimos años, Jordi se ha reciclado y ha reciclado sus viejos materiales, convirtiéndolos en bellas joyas de autor. En sus piezas de Art que Vesteix, encontramos: anillos, collares, brazaletes, pendientes... todos exclusivos y únicos.

Anillo creado a partir de la resina sobrante de toda su trayectoria artística

Otra disciplina que Jordi a laborado es la Música. Se trata audios sugerentes y atrevidos, creados a partir de la libre inspiración; compartiendo, con todos nosotros, sus momentos de intimidad expresiva frente a un teclado.

Carátula de su álbum: "Relliscades per Piano"

Jordi Pascual Morant es un gran amante de juegos como el ajedrez o el futbol de mesa con botones. Estas dos aficiones las hizo suyas, creando sets de juego con su toque personal y que podemos comprar en su tienda:

En primer lugar, encontramos una preciosa serie limitada, llamada Ajedrez Giacometti, con las figuras de juego inspiradas con las esbeltas esculturas del genial artista suizo.

Detalle de las piezas del Ajedrez Giacometti

Para el futbol con botones, el artista barcelonés ideó un sencillo y práctico kit de juego, llamado aGol!, con el que pueden participar personas de todas las edades. Para más información, visitad: www.agol.cat.

Un niño observa el elegante kit aGol! creado por Jordi

Jordi nos asegura que, periódicamente, irá incorporando más obras y productos a su tienda. Convirtiéndola en un sitio activo que no dejará nunca de sorprendernos.

Para adquirir alguno de sus productos: haz tu pedido directamente en su e-shop y, una vez confirmado, Jordi se pondrá en contacto contigo para concretar una segura transacción. Todos los trabajos expuestos en su tienda online pueden ser admirados visitando su taller en Barcelona.

Para más información, podéis preguntarme a mí mismo o, directamente, al propio artista. Para contactar con Jordi Pascual Morant, podéis utilizar las siguientes vías: 


Poco más tengo que decir: Entrad, disfrutad de todas las secciones de su tienda, admirad la belleza de sus obras y... ¡comprad!

Recordad siempre que adquirir una pieza de arte es adquirir un pedazo de historia... ¡un pedazo de eternidad!

Jordi mostrándome sus nuevos trabajos en su taller (4 de febrero de 2016). Foto de Anet Duncan

Gracias, amigo Jordi, por regalarnos este fantástico espacio virtual donde todo el mundo podrá conocer tu trabajo... gracias, amigo Jordi, por darnos la oportunidad de poder ser, todos: ¡coleccionistas de arte!

Old Century Golf. Marcando swings en una bagatela

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El golf es un deporte que siempre he encontrado muy apasionante, pero que nunca he tenido el gusto de poder jugar. Para consolar las ansias de pisar un green, actualmente existen programas informáticos que reproducen de forma muy realista, tanto los gráficos como la física de este elitista deporte.

Mi videojuego favorito de golf es el que nos ofrece Nintendo para su consola Wii U (dentro de su Wii Sports Club de 2014). A continuación podemos ver la presentación de este videojuego (que sale, literalmente, fuera de la pantalla del televisor), narrado por el que era en aquellos momentos el director de Nintendo: Satoru Iwata (fallecido en 2015).


Por otra parte, desde niño, siempre me han apasionado los pinball. Recuerdo al salir de clase, ir a algún "salón deportivo" a ver como jugaban los chicos mayores con esas maquinas de luces, sonidos y colores. Las pocas veces que yo intentaba jugar, las 25 pesetas de mi partida duraban apenas 30 segundos...

Salón deportivo repleto de pinballs. Fuente

Mi frustrante y nula destreza, hizo que acabara pidéndoles a los Reyes Magos que me trajeran el juguete electrónico: Atomic Pinball, de la marca británica Tomy. Con él pude disfrutar, horas y horas, de este juego de habilidad, sin tener que vaciar más mis vacuos bolsillos de colegial.

Mi Tomy Atomic Pinball (1979), dotado de marcador, efectos, luces y sonidos

Podríamos preguntarnos: ¿de dónde provienen los pinball?, ¿han sido siempre de la misma forma?

Los pinball son una evolución de un juego de origen francés llamado "bagatelle" (bagatela) que se remonta al siglo XVIII.

El juego de la bagatela consiste en un tablero horizontal (o ligeramente inclinado) montado sobre una mesa, parecida a la del billar, pero provista por una serie de huecos, obstáculos y topes de madera, situados sobre el mismo tablero. Desde un extremo el jugador lanza una bola, impulsándola (generalmente) con un taco. Dependiendo del recorrido que haga entre los obstáculos y en que hueco se acabe parando, nos marcará la puntuación final de la partida.

Bagatela de estilo francés. Fuente

A mediados del siglo XIX, en Estados Unidos, se reemplazaron los topes de madera de las clásicas bagatelas por clavos metálicos (de aquí el nombre de "pinball", literalmente: bola-clavo). Entre 1930 y 1940, Automatic Industries comenzó a dar el aspecto moderno que conocemos de este tipo de juego de salón: fabricándolo en una caja de madera con mampara de vidrio y dotándolo de mecanismos electrónicos ocultos, marcadores, luces y sonidos que permitían una mayor diversión al usuario.

Pues bien, de golf y bagatelas quiero hablaros en esta ocasión:

Ya hace unos años, estudiando los orígenes del pinball, me topé con una antigua bagatela artesanal que recreaba un campo de golf, se trataba de un rústico pinball de madera llamado: "Old Century Golf".

Bagatela "Old Century Golf" original. Fuente 

¡Me encantó ese juego!, su colorido, su construcción... ¡quise incorporarlo a mi colección! Lo busqué, pero era muy caro al estar descatalogado. ¡No me rendí!, y mis tozudas pesquisas me hicieron descubrir, finalmente, que una empresa lo había reeditado con una línea más sencilla y económica. De esta forma pude, felizmente, comprarlo a un vendedor alemán. :-)

"Old Century Golf" de construcción más sencilla y económica

El juego lo recibí sin manual de instrucciones, al preguntar al juguetero germano me reconoció que no las tenía y que las desconocía, ya que él era un simple intermediario: ¡pues vaya!

Pero yo quería saber cómo se jugaba a esa bagatela... ¡y jugar bien! Así que, a partir de la poca información disponible en Internet del juego original y de mi conocimiento de las reglas del golf, pude interpretar las instrucciones de este bonito pinball artesanal... instrucciones que, a continuación, pasaré a describiros:


Reglas del "Old Century Golf"

Descripción:

El "Old Century Golf" es un juego de habilidad para dos participantes (aunque también podemos adaptarlo para una sola persona o para más de dos). Las reglas de este juego están muy relacionadas con las del propio del golf (podéis consultarlas en el siguiente enlace: Reglamento Oficial del Golf).

Se trata de una bagatela artesanal de madera de 45 cm de largo, 29 de ancho y 20 de altura máxima. Se juega sobre un tablero con una bola metálica (el set incluye 3 bolas). La pelotita la lanzamos con un tirador de muelle y... ya dentro de la área de juego, la propulsamos con una única paleta (o "flipper") accionada por una palanca. Dispone de 2 contenedores o receptáculos (ubicados a su izquierda) para recoger las bolas que caen por los agujeros de la bagatela.

Mi Old Century Golf

La mesa de juego viene montada sobre 2 patas (para darle más inclinación). Al fondo tiene un cartel de madera decorado que puede evitar que la bola salga fuera de la mesa. También dispone de un marcador de 2 filas de 10 agujeritos, con un peoncito de madera por línea.

Cartel decorado y marcador de madera con dos peoncitos

El área de juego es un ilustrado campo de golf donde encontramos varios ítems: pines y obstáculos de madera, una rampa y agujeros donde embocar la bola (unos más estrechos y otros más anchos que el propio diámetro de la pelotita).

Área de juego del Old Century Golf

En cada partida, cada jugador, disputará 10 juegos. Los contrincantes jugarán por turnos, pudiendo utilizar hasta 3 bolas por cada juego. Para simplificar, todos los juegos del "circuito" son considerados de Par 4.


Mecánica de juego:

Se sortea quien comienza a jugar primero. El jugador que empieza coloca una bola metálica en el canal de lanzamiento y la dispara con el tirador de muelle. Una vez la bola se encuentra dentro del área de juego, la propulsamos con la ayuda de la paleta (que accionamos con la palanca de la derecha de la mesa).

Tirador de muelle bajo el canal de lanzamiento y palanca para accionar la paleta (a la derecha)

Durante el juego, la bola se podrá detener en diferentes ubicaciones:
  • Puede subir por la rampa y caer al primer compartimento semicircular (el que tiene un agujero). Una vez en el interior de la mesa, la pelotita rodará hasta el contenedor o receptáculo superior del pinball.
Contenedor exclusivo para las bolas que caen por el agujero del primer compartimiento semicircular

  • Puede saltar por la rampa (con más fuerza) y caer al segundo compartimento semicircular (el que no tiene agujero), parándose allí. 
  • Puede quedarse empotrada en un "agujero estrecho" del tablero. 
  • Puede caer por uno de los "agujeros anchos" del tablero. Una vez en el interior de la mesa, en este caso, la pelotita rodará hasta el contenedor o receptáculo inferior del pinball.
Contenedor inferior de la bagatela, conectado a todos los "agujeros anchos" de la zona de juego

  • Puede caer a la zona de detrás de la paleta. 
  • Incluso, puede llegar a saltar fuera de la mesa. 

Dependiendo donde se pare la pelotita, obtendremos menor o mayor puntuación (como veremos a continuación).


Desarrollo de la partida:

Como pasa en el golf, hemos de intentar terminar cada juego con el menor número de puntos. Por lo tanto, lo ideal sería lograr una Bola en Uno en cada juego que disputemos. Recordemos que en el deporte del golf, una Bola en Uno significa embocar la bola, directamente, en el primer lanzamiento.

En el caso del "Old Century Golf", como todos los juegos son de Par 4, si logramos una Bola en Uno, lo habremos hecho con un 3 bajo Par. Y en golf, obtener una puntuación de -3 se le denomina Albatros.

Para conseguir una Bola en Uno en nuestro pinball, debemos procurar que la bola suba por la rampa y caiga en el primer compartimento semicircular (el del agujero). Una vez en el interior de la mesa, la pelotita rodará por dentro depositándose en el contenedor o receptáculo superior de la bagatela.

Rampa y primer compartimento semicircular (el del agujero), equivalente a un Albatros

Si logramos un Albatros (Bola en Uno), conseguiremos 1 punto (anotándolo en el marcador de madera) y terminaremos el juego cediendo el turno al contrincante.

Si no conseguimos hacer un Albatros, tendremos que intentar que la pelotita se pare a uno de los "agujeros estrechos" de la área de juego. Hay tres tipos de agujeros más estrechos que el propio diámetro de la bola, cada uno diferenciado con una trama de colores diferente. Estos diferentes agujeros los seguiremos denominando con nomenclatura golfista:

En primer lugar, tenemos los "agujeros estrechos" de Eagle: con fondo azul y dos círculos blancos. Si se para aquí la bola conseguimos 2 puntos (anotándolo en el marcador de madera) y terminaremos el juego cediendo el turno al contrincante.

Agujero estrecho de Eagle

Por otra parte, tenemos los "agujeros estrechos" de Birdie: con fondo blanco y dos círculos rojos. Si se para en este hoyo conseguimos 3 puntos (anotándolo en el marcador de madera) y terminaremos el juego cediendo el turno al contrincante.

Agujero estrecho de Birdie

Por último, tenemos los "agujeros estrechos" de Par: con fondo verde (como el campo) y dos círculos blancos. Si se para en aquí conseguimos 4 puntos (anotándolo en el marcador de madera) y terminaremos el juego cediendo el turno al contrincante.

Agujero estrecho de Par

Si la bola sube por la rampa, pero cae al segundo compartimento semicircular (el que no tiene agujero) también se considerará Par (de hecho, como vemos, es también de fondo verde con un círculo blanco). Conseguimos 4 puntos (anotándolo en el marcador de madera) y terminaremos el juego, cediendo el turno al contrincante.

Compartimento semicircular superior (sin agujero) equivalente a un Par (4 puntos)


Penalizaciones:

En el "Old Century Golf" existen diversos puntos de penalización. Si la bola termina en alguno de estos lugares de sanción la dejaremos allí quieta, sumando los puntos de castigo en el marcador de madera de la bagatela. Cogeremos otra pelotita (podemos jugar hasta 3 por turno), la pondremos en el canal de lanzamiento, disparándola con el tirador de muelle, y volvemos a intentarlo.

Hay tres tipos de penalización:

En primer lugar tenemos los "agujeros anchos" de Búnker: rodeados de blanco (arena), con fondo verde y círculos interno blanco y externo rojo. Si la bola cae dentro de un Búnker, rodará por el interior de la mesa depositándose en el contenedor inferior. Obtendremos 1 punto de penalización (que señalaremos en el marcador de madera). Tomamos otra bola (si nos queda alguna) y volvemos a empezar.

Agujero ancho de Búnker

Después tenemos los "agujeros anchos" de Obstáculo Acuático: rodeados de azul (agua), con fondo verde y dos círculos blancos. Si la bola cae dentro de un Obstáculo Acuático, también rodará por el interior de la mesa depositándose en el contenedor inferior. En este caso obtendremos 2 puntos de penalización (que señalaremos en el marcador de madera). Tomamos otra bola (si nos queda alguna) y volvemos a empezar.

Agujero ancho de Obstáculo de acuático

Si la bola se pierde en la zona de detrás de la paleta, diremos que se ha ido Fuera de Límites. En este caso, tendremos 3 puntos de penalización (que señalaremos en el marcador de madera). Tomamos otra bola (si nos queda alguna) y volvemos a empezar.

Compartimento Fuera Límites (bola perdida) detrás la paleta

Puede llegar a pasar que la pelota salga disparada fuera del Pinball. En este caso también se considerará Fuera de Límites: obtendremos 3 puntos de penalización (que señalaremos en el marcador de madera). Tomamos otra bola (si nos queda alguna) y volvemos a empezar.


Cálculo de la puntuación para cada juego:

Durante un turno, podemos conseguir; desde una jugada de 1 solo punto (si hacemos una Bola en Uno), hasta obtener a un máximo de 10 puntos. La jugada extrema de 10 puntos es la siguiente: la 1ª bola cae Fuera de Límites (+3 puntos), la 2ª bola vuelve a caer Fuera de Límites (+3 puntos) y la 3ª bola se para en un agujero de Par (4 puntos). Por tanto: 3 + 3 + 4 = 10 puntos.

Si jugada la tercera bola en un mismo turno volvemos a cometer otra penalización, terminaremos el juego aplicando el máximo de puntos posible, es decir: 10, cediendo el turno al contrincante.

Está totalmente prohibido golpear o mover el pinball durante la partida. Si se hace: el infractor obtendrá 10 puntos por ese juego y perderá el turno. En caso de que la bola se quedara parada en algún sitio no puntuable de la mesa (siempre avisando antes a nuestro contrincante) podemos dar un suave golpe a la izquierda de la bagatela para desatascarla.

Al final de la partida, ganará quien obtenga la menor puntuación de los 10 juegos disputados.

La nomenclatura de la puntuación obtenida para cada juego disputado en este pinball (recordemos que siempre son de Par 4) será la misma que utiliza el propio deporte del Golf:
  • 1 punto.-    Albatros (Bola en Uno) 
  • 2 puntos.-   Eagle 
  • 3 puntos.-   Birdie 
  • 4 puntos.-   Par 
  • 5 puntos.-   Bogey 
  • 6 puntos.-   Double Bogey 
  • 7 puntos.-   Tres sobre Par 
  • 8 puntos.-   Cuatro sobre Par 
  • 9 puntos.-   Cinco sobre Par 
  • 10 puntos.- Seis sobre Par 

Si nos hemos fijado, podemos conseguir una misma puntuación por diferentes caminos y en un mismo turno. Por ejemplo, un Birdie (3 puntos), lo podemos conseguir de 4 formas diferentes:
  1. La 1ª bola se para en un agujero de Birdie (3 puntos). 
  2. La 1ª bola cae en un agujero de Búnker (+1 punto) y la 2ª bola se para en un agujero de Eagle (2 puntos): 1 + 2 = 3 puntos. 
  3. La 1ª bola cae en un agujero de Obstáculo acuático (+2 puntos) y con la 2ª conseguimos un Bola en uno (1 punto): 2 + 1 = 3 puntos. 
  4. La 1ª bola cae en un agujero de Búnker (+1 punto), la 2ª bola cae en un agujero de Búnker (+1 punto) y con la 3ª conseguimos un Bola en Uno (1 punto): 1 + 1 + 1 = 3 puntos. 

Esta bagatela dispone de un rústico marcador (a la derecha de los dos contenedores semicirculares). Se trata de dos filas de 10 agujeritos y dos peoncitos. Cada jugador irá anotando los puntos obtenidos en cada uno de los 10 juegos de la partida, moviendo el peón por su línea de agujeros.

Marcador de madera con 2 líneas de 10 agujeros y 2 peoncitos

Cuando se acabe el juego, los números resultantes de los 2 contrincantes (anotados en el marcador de madera) los tendremos que apuntar a una tabla externa (y volver a poner a cero el marcador del pinball).

Ejemplo de tabla de resultados para jugar en el Old Century Golf (clicad para ampliar)


El jugador que obtenga menor puntuación en los 10 juegos de la partida, ¡será el ganador!

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Gozando nos quedamos... admirados de este antiguo juego artesanal con bouquet de madera añeja. Gozando nos quedamos... entre ritmos de "swing" de Duke Ellington... colándose, insolentes, entre las notas acompasadas de la "Bagatela" para Elisa de Beethoven.

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Ruta del Castanyer de les Nou Branques

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Flor que creix per tota banda,
en record d’aigua o de plor,
jo vull fer-ne la garlanda
pels silencis del meu cor.

                                                                           Maria Antònia Salvà


Con esta cuarteta heptasilábica, escrita con exquisita métrica catalana por la poetisa Maria Antònia Salvà, damos comienzo a este relato adornado de recónditas fuentes, bosques encantados y versos de poetas novecentistas, como el de la propia Salvà, de Carles Riba o Guerau de Liost.

Nos adentraremos al paleozoico macizo del Montseny por la zona de Viladrau (Girona), localidad conocida por su apreciada agua y... por sus castañas.

Y es que de agua y castaños nos empaparemos en esta ocasión: transitando por frescos manantiales, emboscados por sendas de recuerdo, hasta encararnos con el impresionante Castanyer de les Nou Branques… árbol monumental y símbolo de Viladrau (de hecho es el icono que aparece en su escudo municipal):

Escudo heráldico municipal de Viladrau

He escogido esta sencilla ruta porque, para mí, Viladrau tiene un grato y especial recuerdo. De pequeño (y durante varios veranos) solía pasar una quincena de julio en la casa de colonias de Santa Marta (hoy reconvertida en el Centre Santa Marta d'Innovació Educativa del Parc). Una de las múltiples actividades que realizábamos con los monitores del centro era ir de paseo hasta este maduro ejemplar de Castanea sativa para jugar bajo su paciente sombra.

Al centro, el Castanyer de les Nou Branques (todavía con sus 9 ramas). Años 1905-10. Fuente

Tardé en volver a Viladrau, más de 10 años... ¡pero regresé!, y desde entonces intento visitarlo una vez al año. Para ir a ese pueblo osonenc, suelo hacerlo con bici: yendo en tren de Barcelona hasta la estación de Balenyà-Tona-Seva, para luego subir a pedal hasta Viladrau (donde me pierdo por sus rincones, por mis remembranzas...) para luego retornar a casa, casi siempre por Arbúcies y Breda hasta la estación de tren de Gualba (al otro lado del Montseny).

Uno de los sitios que quería volver a visitar, cuando regresé a Viladrau ya de mayor, era el Castanyer de les Nou Branques. Actualmente, el camino hasta el castaño está muy bien indicado, pero hace unos años, ni la propia gente del pueblo no supo (o no quiso) explicármelo... ¡No me rendí!, y mis tozudas idas y venias sobre el terreno hicieron que, ¡al final!, lo descubriera en una recóndita hondonada, tímidamente escondido entre la vegetación… no os podéis imaginar la ilusión que me hizo cuando lo volví a ver.

Este pasado 5 de marzo regresé a Viladrau, regresé a los pies del precioso castaño. Y no lo hice solo, en esta ocasión me acompañó Marta Humet. Allí estaba el longevo árbol esperándonos: iluminado por los últimos rayos de invierno, desnudo aún de sus primaverales hojas. Allí estaba... achacoso, ¡pero todavía altivo!, con ya sólo siete de sus nueve ramas... con sus custodiados secretos guardados en su hueca cepa.


Viladrau - El Castanyer de les Nou Branques - Viladrau


Plano general de la ruta (clicad encima para ampliarlo)

  • Tiempo: 2 horas y 10 minutos (ida y vuelta) 
  • Distancia: 7 kilómetros y medio (ida y vuelta) 
  • Desnivel: +165 metros, -165 metros 
Perfil de la ruta: Altura (metros) - Puntos de Control (134 en 7,5 kilómetros)
  • Dificultad:Baja. Se trata de una ruta de poca distancia y muy bien marcada.
  • Meteorología: Evitar los días de mal tiempo
  • Agua: Encontramos agua en Viladrau y en las 6 fuentes del recorrido 
  • Equipamiento: Calzado y ropa cómoda (acorde con la época del año), cantimplora, móvil... 

Aproximación:

A Viladrau podemos llegar por la GI-520 desde Vic o por la GI-543 desde Arbúcies. Ambas carreteras terminan en una rotonda, frente el ayuntamiento de la localidad.

Desde el ayuntamiento, debemos dirigirnos a la oficina de turismo, ubicada al Espai Montseny (Centre Cultural Europeu de la Natura). Bajamos unos 500 metros por la carretera GI-520, dirección Vic, y tomamos la segunda calle a nuestra derecha (el carrer del Doctor Ariet).

Subimos por esta calle de tierra y giramos a la derecha por la segunda que encontraremos (el carrer Migdia) que enfila recta y decidida, cruzando el carrer Bofill i Ferro, y terminando en el regio edificio del Espai Montseny.

¡Ya hemos llegado!, aquí podemos aparcar nuestro vehículo.


Cronología, altimetría y descripción del itinerario:

00 min. (836 m) Espai Montseny

Dejamos el caserío del Espai Montseny a nuestras espaldas y empezamos a bajar por el carrer Migdia, custodiado por sendas hileras de cipreses. Al llegar al primer cruce (el carrer Bofill i Ferro), giramos a la izquierda y lo andamos hasta el final.

Espai Montseny desde la calle Migdia

La calle Bofill i Ferro desemboca al Passeig Farigoles, proseguimos hacia la derecha. Unos pasos más adelante, si nos fijamos a nuestra izquierda, veremos la piscina municipal que tantas veces yo chapoteé de pequeño...

Seguimos siempre recto, dejando algún cruce a ambos lados del paseo, hasta topar con la carretera de Vic (la GI-520). La cruzamos, con precaución, y continuamos de frente por el carrer Jacint Verdaguer.

Al final de la calle Jacint Verdaguer vemos, a nuestra izquierda, el ayuntamiento de la localidad. Nosotros giramos a la derecha, por el carrer Mercè Torres. Esta calle hace un giro de 180º bordeando, por debajo, la iglesia de Viladrau, dedicada a Sant Martí.

Església de Sant Martí de Viladrau

Rebasada la "curva en horquilla", la calle pasa a llamarse carrer Pare Claret y nos llevará rápidamente hasta la plaza Mayor, entre tiendas que todavía conservan el mismo encanto de hace más de 30 años...


15 min. (822 m) Plaça Major de Viladrau

La plaça Major de Viladrau acapara buena parte de la vida comercial y social de esta bella localidad gironina.

Plaça Major de Viladrau

Vamos a la derecha de la plaza, bajando un poco, hasta alcanzar el carrer Sant Marçal donde nos recibe un fastuoso edificio: es el Hostal Bofill. Proseguimos hacia la izquierda.

La calle Sant Marçal desemboca al carrer Torreventosa. A nuestra izquierda, un poco elevada y en una hombreada placeta, se encuentra la Font de Montserrat. Nosotros seguimos hacia la derecha y pronto veremos una bonita iglesia porchada, es La Pietat.

Iglesia de la Pietat


20 min. (822 m) Font de Miquel

Proseguimos por la calle Torreventosa y, enseguida a nuestra izquierda, arribaremos a otra mítica hospedería de Viladrau: el Hostal de la Glòria. Al lado del hotel veremos la Font de Miquel, ubicada en una plazoleta semicircular.

Font de Miquel, al lado del Hostal de la Gloria

Saciada nuestra sed, regresamos a la calle Torreventosa y seguimos, ahora, en ligera subida. Unos metros más adelante encontraremos un cruce en forma de Y, debemos tomar el ramal de la derecha.

Proseguimos un buen trecho, siempre por el camino principal, hasta que por fin veamos, al lado derecho de una curva, la Font del Sot de Can Rosell.

Font del Sot de Can Rosell


30 min. (857 m) Cruce del Sot de Can Rosell

Vista la fuente, apenas unos 10 metros más adelante, encontraremos un cruce de 4 caminos. En este punto comienza una ruta circular (bien marcada por cartelitos verdes) al Castanyer de les Nou Branques... se trata de una ruta que nos propone el ayuntamiento de Viladrau y que nosotros caminaremos íntegramente.

Tomamos el único camino sin asfaltar de este cruce (a nuestra izquierda, girando 180º) y empezamos a subir por la pista. Enseguida nos acompañará el riachuelo del Sot del Noguer, a nuestra izquierda.

Inicio a la ruta circular (primer cartelito verde), a la izquierda camino por donde hemos llegado

El camino ascendente no tiene pérdida, vamos siguiendo los hitos verdes.

Después de un trecho caminado, a nuestra izquierda, podremos visitar la Font de les Paitides. Sobre su caño (medio borrado) se puede leer un poema de Guerau de Liost:

Entre les feixes esgraonades,
cada una d'elles com un retall,
brollen tes aigües mai estriades
com ansa llisa de pur cristall.

Ton marge dóna granada userda.
Les cueretes beuen de tu.
D'una pomera que ja s'esquerda
neda en tes aigües el fruit madur.

Quan les pageses tornen de missa
amb la caputxa plegada al braç,
tasten de l'aigua bellugadissa.

I quan reprenen, testes, el pas,
entre les herbes de la païssa
troben la calma de llurs quintars.

Proseguimos, siguiendo siempre los indicadores, hasta encontrar un marcado cruce a nuestra derecha. Lo tomamos y continuamos por un camino de tierra rodeados por un espeso pinar.

Cruce y camino a la derecha que debemos tomar

Este camino, en pocos minutos, nos llevará hasta otras dos fuentes ubicadas en un entorno bucólico.


45 min. (910 m) Fonts del Noi Gran i del Ferro

La primera fuente que encontraremos, a la izquierda de la pista, es la Font del Noi Gran. En ella, gravada en una piedra, encontramos unos versos de Carles Riba:

La poesia?
Cal cercar-la on tu saps ja
que és com la gràcia
o l'aigua pura i dura
d'una font emboscada.

Sentado frente la fuente del Noi Gran

Regresamos al camino y, enseguida, oiremos el murmullo de la Font del Ferro (medio hundida entre la vegetación). Este manantial nos regala su agua fresca y la cuarteta de Maria Antònia Salvà que encabeza este escrito.

A partir de aquí, el camino se convierte en una empinada senda (la seguimos sin pérdida, amparados por los cartelitos verdes). El zigzagueante sendero nos irá presentando ya, los primeros ejemplares de castaños centenarios.

Gran castaño al lado mismo del sendero


55 min. (963 m) Pista del Martí

La senda, finalmente, llegará a una pista asfaltada que deberemos tomar hacia la derecha.

Cruce con la pista del Mas el Martí

Aquí, recortada entre los árboles, podremos admirar la carena del Matagalls, con su gran cruz en la cima. No tardaremos en ver un mas llamado el Martí, que dejaremos a nuestra izquierda. Seguimos ahora por una pista sin asfaltar, acompañados por los hitos de color verde.

Mas el Martí bajo la carena nevada del Matagalls


1 hora 10 min. (963 m) La Vila

El cómodo camino acompañará a nuestros pasos hasta un grupo de edificaciones llamadas la Vila.

La Vila aparece entre los árboles del camino

Frente la Vila, veremos que sale un camino de tierra que baja hacia la hondonada. ¡Lo tomamos!

Camino de tierra desde las casas de la Vila

La pista cruzará un riachuelo (el Sot de la Tona) y dejará atrás tres desvíos: seguimos siempre por el camino principal (sin pérdida gracias a los constantes hitos) hasta encontrar uno con una flecha a la derecha, que nos anunciará que hemos llegado a nuestro destino.


1 hora 20 min. (865 m) El Castanyer de les Nou Branques

Dejamos el camino y entramos a la explanada donde paciente nos aguarda el monumental Castanyer de les Nou Branques, junto a otros castaños tan viejos como él.

El Castanyer de les Nou Branques desde el camino

Por mucho que lo visite no deja de sorprenderme este grandioso árbol: con sus 23 metros de altura y sus 6 metros y medio de perímetro. Si contamos sus ramas principales, de las nueve que dice tener su nombre, ya sólo le quedan siete y... de estas siete, dos están muertas. Pero las cinco que le quedan todavía siguen dando castañas cada otoño, a pesar de la delicada salud de este viejo ser vivo.

Marta frente el Castanyer de les Nou Branques

Al fin toca despedimos...

Regresamos al camino, tomándolo hacia nuestra derecha. Enseguida volveremos a cruzar el Sot de la Tona. Pasado el riachuelo, dejamos el camino principal y enfilamos por un andurrial (siguiendo los hitos verdes) atravesando unos campos de cultivo.

Desvío que debemos tomar, una vez cruzado el Sot de la Tona


1 hora 25 min. (896 m) Pista del Mas de la Vila

Nuestros pasos nos portarán hasta una pista asfaltada. A nuestra derecha, llegaríamos de nuevo a las casas de la Vila, pero nosotros seguiremos hacia la izquierda comenzando un rápido descenso. 

Cruce con la pista de la Vila


1 hora 35 min. (857 m) Cruce del Sot de Can Rosell

A medio kilómetro llegaremos de nuevo al cruce del Sot de Can Rosell: donde hemos comenzado la ruta circular del Castanyer de les Nou Branques.

Desde este punto, regresaremos a la plaça Major de Viladrau deshaciendo los pasos que hemos hecho a la ida. 


1 hora 50 min. (822 m) Plaça Major de Viladrau

Llegados a la plaza, podemos aprovechar para hacer alguna compra, comer o tomar algo.

Junto a Marta en uno de los locales de la plaça Major

Desde la plaza Mayor, seguimos deshaciendo nuestros pasos hasta el cruce del carrer Jacint Verdaguer con la carretera GI-520.

Ahora, en este cruce, giramos a la izquierda y bajamos por la carretera, dirección Vic, caminando por su acera. Uno poco más adelante, tomamos la primera calle a nuestra derecha (el carrer del Doctor Ariet).

Subimos por esta calle de tierra y, pasado el carrer de les Puntaires, en seguida a nuestra derecha, veremos la entrada del CIEP Santa Marta... y, adentro, la casa de colonias de mis felices evocaciones...

Marta frente a Santa Marta


2 hores 10 min. (836 m) Espai Montseny

Saciado ya por esa dulce nostalgia, continuamos caminando para, finalmente, tomar la siguiente calle a la derecha (el carrer Migdia) que enfila recta hasta el Espai Montseny, donde habíamos dejado el vehículo.

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¡Siempre voy a querer regresar a Viladrau!
                                                         Marta... arropado por tu compañía.

Siempre voy a querer darle un guiño a mi infancia...
                                                                                 ¡que nunca termina!

Siempre voy a querer regresar al Castenyer de les Nou Branques
                                                                       y admirarte con sentido aprecio:

Siempre voy a querer acurrucarme dentro de ti, ¡protegido!
                                                     y escuchar, medio dormido... ¡tu silencio!


Dentro del ajado tronco del viejo Castanyer de les Nou Branques

¡Hasta pronto viejo amigo!

¡Hasta pronto!

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